SIMPLICIDAD VOLUNTARIA
- ¿Se define usted como objetor del crecimiento?
Sí. Yo objeto contra la imperante religión del crecimiento económico. Se venera el crecimiento como fin en sí mismo, se persigue siempre crecer por crecer. ¡Es algo irracional y suicida!
- Yo creía que crecer era bueno.
¿Sí? En Europa, el producto interior bruto en 200 años se ha multiplicado por treinta. Y pregunto: ¿somos hoy treinta veces más felices?
- Entendido.
Consumimos 20 o 30 veces más, ¡eso sí! La lógica imperante es: ¡más, más, siempre más! Eso nos conduce a una colosal presión sobre los recursos naturales, a agotarlos
Explotaremos más bolsas de petróleo.
Queda menos petróleo cada día. Y su explotación es cada día más costosa. Dentro de unos quince años, un barril costará 400 dólares: ¡eso hará inviable la aviación civil!
- Hallaremos nuevas fuentes de energía.
Los científicos no son tan optimistas al respecto. Por hoy, producir un kilo de carne de vaca europea exige ¡seis litros de petróleo!
- ¿Cómo calcula eso?
Sume el petróleo necesario para fabricar piensos, abonos, para mover tractores y la industria agroalimentaria del ramo, y el matadero, el transporte de la carne…
- Entonces la carne se encarecerá…
Además, esas vacas son viables porque fuera de Europa se usan territorios – para cultivar sojas y otros forrajes para sus piensos- cuya superficie equivale a ¡siete veces la de Europa! A cambio, les exportamos residuos.
- Carne por mierda
¡Un 20% de los habitantes del planeta consume un 86% de los recursos del planeta! Y en la cúspide estamos la llamada clase consumidora mundial:600 millones de personas (cifra que coincide con los automóviles que circulan en la Tierra), distribuidas así: 300 millones en Europa, 200 millones en EE. UU. y 100 millones en Japón y China.
- ¡Y todo el resto de la humanidad anhelando entrar también en este club!
Por eso la única salida sensata es decrecer. ¡Fomentar el crecimiento es insensato, sólo conduce a la debacle global!
- ¿Podemos ser ricos de modo sostenible?
Si vinculamos riqueza a consumo material, no. Por eso nuestro mayor desafío actual consiste en redefinir la idea de riqueza: entenderla como satisfacción moral, intelectual, estética, como empleo creativo del ocio.
“La única estrategia razonable ante esta evidencia es la re-localización (revertir la tendencia a la globalización vivida en décadas recientes). Estamos ante una tarea descomunal, pues requiere un cambio radical en los valores y anhelos de la mayoría de individuos de las sociedades consumistas”. SERGE LATOUCHE
publicado en el proyect0 matrix.wordpress.com