CIUDAD DE MÉXICO (CNNMéxico) — El asesinato de un candidato a la gubernatura de Tamaulipas fue calificado por grandes sectores de la sociedad mexicana como la gota que derramó el vaso. Pero para un estudioso de las relaciones entre las fuerzas criminales y el aparato electoral de Colombia, ese evento señala que el halo corruptor y de cooptación de la mafia apenas extiende sus brazos para tocar instancias más poderosas.
“México está en un proceso de captura del estado por parte de grupos ilegales”, dijo a CNNMéxico Luis Jorge Garay, fundador y director de Fundación Método, un grupo de investigación social basado en Colombia. “Todavía no se ven vestigios de una amplia penetración de los grupos criminales a nivel nacional pero ya hay una especie de configuración de alianzas con grupos políticos, de compromisos de mutua conveniencia”, advirtió.
Según el experto, que ha estudiado el fenómeno de la entrada de las guerrillas y grupos paramilitares a la esfera política colombiana (un proceso que Método acuñó con el término de narcoparapolítica), la connivencia entre agentes de seguridad (como las policías, los jueces y miembros del ejército) con los agentes ilegales “es un paso fundamental para una cooptación y configuración del estado con beneficios para los grupos criminales”.
La guerra contra el narco y la penetración de la mafia
En México, la muerte del priísta Rodolfo Torre Cantú, candidato de la alianza Todos Tamaulipas, que integran el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza (Panal) al gobierno de ese estado, fue visto, tanto por el presidente Felipe Calderón, como por analistas y expertos, como un punto culminante en la guerra contra el narco que libra la administración federal.
“(Calderón) lleva más de tres años y medio en una guerra contra el narcotráfico –como él la bautizó- donde cada año hay más muertos y la violencia extendió sus brazos asesinos en contra del candidato a gobernador en Tamaulipas”, escribió el columnista Raymundo Riva Palacio en Ejecentral.com.
Por su parte, Sergio Aguayo escribió en Reforma que: “El asesinato de Rodolfo Torre Cantú en Tamaulipas confirma una vez más que el principal logro de la transición y la democracia electoral se agotó”.
Sin embargo, Garay, de Método, dice que el verdadero peligro es que el crimen señala sólo el inicio de la influencia que los grupos criminales quieren tener en los procesos democráticos del país.
“Estos grupos buscan no sólo políticos a nivel local, sino a nivel regional y nacional, con proyección”, aseveró,
Con ello, el riesgo es que estos grupos participen en elecciones, penetren movimientos y partidos políticos para “insertarse en la normalidad democrática. Eso lo vimos en Colombia hace 20 años y comenzamos a verlo en el proceso mexicano”.
Garay concuerda con el presidente Calderón en que este proceso electoral, en el que se renuevan los gobiernos de 12 estados mexicanos, será fundamental para apuntalar la democracia en el país.
Pero advierte que también podría detonar el inicio de un estado con una penetración más avanzada de la narcopolítica.
“Nosotros pasamos por eso en Colombia hace 2 décadas”, dijo Garay. “Con la narcoparapolítica llegamos a tener hasta 40% de miembros del Congreso con alianzas y compromisos con la ilegalidad”.
Para el experto, que realiza una investigación patrocinado por la Fundación Soros sobre lo que llama procesos de captura y reconfiguración del Estado por parte de las alianzas de las mafias y los políticos, “los procesos democráticos” en México se pueden ver enturbiados por los intereses criminales.
“Se trata de una paradoja”, advierte, “por medio de la democracia se podría llegar a la legitimación social de leyes que no le convienen a la propia democracia porque benefician a grupos ilegales”.
Para evitar ello, recomienda, los partidos políticos y los agentes legales del Estado deberían promover una reforma política que permita un control estricto para garantizar que los candidatos y líderes no tienen ningún vínculo con grupos de poder ilegal.
“Sino se logra una reforma política desde los partidos para crear un control e impedir la cooptación, México lo va a tener muy difícil pues los narcos aprenden rápido y son más violentos”, afirmó.