miércoles, 29 de octubre de 2008
Sabias que?
El empresario Enrique Coppel, quien posee la cadena de tiendas con su nombre;envio a sus empleados una carta que los exhortaba a votar por Felipe Calderon?, en las elecciones del pasado 2006 para presidente en Mexico?
Como chingados no, son unos pinches "Delincuentes Electorales"
CCE violó la ley electoral de 2006: TEPJF
El tribunal juzgó ilegales los espots que el órgano empresarial difundió en ese año y pidió al IFE sanciones leves para los partidos beneficiados.
Laura Itzel Castillo En concreto
Estrategia y táctica |
Es digna de análisis la cantidad de opiniones vertidas por los intelectuales orgánicos del régimen en la que se descalifica al presidente legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador, por su oposición a la reforma energética aprobada por el binomio PRI-PAN y por un segmento de la izquierda. Abundantes han sido los adjetivos: esquizofrénico, loco, estúpido, resentido, perdedor… La lista de injurias no cabe en este espacio. ¿Por qué tanto encono contra él? Porque le tienen miedo. Miedo a su talento, a su liderazgo, a su credibilidad y legitimidad, a su congruencia y honestidad. La lista de virtudes es igualmente interminable. A López Obrador una y otra vez lo han dado por muerto —políticamente hablando—, pero ocurre que los muertos que vos matáis gozan de cabal salud. Si poseyera una milésima parte de los defectos que los analistas oficiales y oficiosos le atribuyen, simplemente no se ocuparían de él. Alguna vez leí que un individuo enamorado no detecta los defectos del ser amado. Ocurre también a la inversa: alguien que odia tampoco observa las virtudes y talentos de la persona odiada. AMLO desata pasiones en ambos extremos. ¿Qué de raro hay en ello? La política es sentimiento, más que razón. Lo llamativo es que algunos sesudos estudiosos de la ciencia política abdiquen de las herramientas y categorías de análisis aprendidas en la academia, y asuman el mismo “razonamiento elemental” del mexicano promedio, ese al que tanto desprecian por su baja escolaridad. Y muchos ni cuenta se dan de este fenómeno —excluyo, desde luego, a los mercenarios de la pluma—. Eso sí: critican apasionadamente la pasión de los demás y descalifican desde la fe la fe de los otros. Obtienen primero las conclusiones y luego acomodan las premisas. Clarifiquemos: la estrategia es el arte de ganar la guerra, mientras que la táctica estudia la forma de ganar batallas. Toda estrategia tiene como fin el triunfo. Para ello hay que superar las adversidades y doblegar las voluntades que se nos oponen. Y eso es lo que ha hecho López Obrador en materia petrolera. Muchas de sus propuestas las asumió el gobierno usurpador y las aprobó el Congreso. Eso es gobernar desde abajo. ¿No era, acaso, lo que le pedían muchos de esos intelectuales orgánicos que hoy lo vapulean? Cierto que hubo avances, pero prevalecen las trampas y los vicios ocultos. Por eso la lucha sigue. ¿Compartir el triunfo de la reforma petrolera con Calderón? ¡Por favor! Eso sí que es no tener visión estratégica. Eso sí que es confundir la táctica con la estrategia. Eso sí que es apostar a ganar pequeñas batallas, no la guerra. Ante lo que viene —la lucha por la defensa de la economía popular—, la batalla por el petróleo es apenas el ensayo. |
Dia a dia salen mas datos
MEXICO, D.F., 28 de octubre (apro).- Sin duda, una de las grandes empresas petroleras que respiraron tranquilas tras la aprobación de la nueva Ley de Petróleos Mexicanos fue la poderosa trasnacional norteamericana Halliburton.
Entre los principales accionistas de dicha empresa se encuentran George W. Bush y el vicepresidente Dick Cheney, quien posee 433 mil acciones del corporativo que llegó a presidir antes del año 2000, y a la cual retornará tras la previsible derrota de los republicanos en las elecciones presidenciales de este año.
Entre las razones de la tranquilidad de los grandes y poderosos accionistas de Halliburton está el hecho de que las reformas aprobadas en el Senado y en la Cámara de Diputados no afectan en lo mínimo los 81 contratos que esta corporación ha recibido de Pemex de 2000 a la fecha, por un valor total de cuatro mil millones de dólares.
De los 81 contratos que tiene Halliburton con Pemex, un total de 37 fueron adjudicados directamente, sin licitación alguna, 42 a través de licitación internacional y dos por invitación directa.
El último gran contrato recibido por Halliburton fue el 18575069-012-07, asignado por Pemex en enero de 2008 por 683 millones de dólares.
La característica fundamental de este contrato es que, gracias a él, Halliburton perforará y terminará 58 pozos petroleros en una misma zona; es decir, en un solo bloque de pozos que se ubican en el sur del país y que poseen el 16% del total de la producción nacional de crudo, de acuerdo con la propia información de Pemex Exploración y Producción (PEP).
Los 58 pozos que perfora y explota Halliburton desde enero de 2008 se ubican en la zona Cinco Presidentes, Bellota-Jujo, Samaria-Luna, Muspac y Macuspana, todos ubicados en la zona de Tabasco, el sur de Veracruz y parte de Chiapas.
Halliburton ya tiene experiencia en los contratos por bloques. El gobierno de George W. Bush le otorgó los más jugosos contratos en Irak, por 16 mil millones de dólares, asignándole el control de áreas completas del territorio invadido por Estados Unidos.
En 2003, en la zona de Reforma, Chiapas, Halliburton obtuvo contratos por 20 millones de dólares para expandir la infraestructura de gas natural en esta zona. El Frente de Trabajadores de Energía informó que, gracias a esta "alianza" con Pemex, Halliburton ha contratado en esta zona a 1,250 trabajadores y subcontrata a miles más. Tiene oficinas en Ciudad del Carmen, Reynosa, Poza Rica, Villahermosa y en la Ciudad de México.
En 2004, cuando el actual presidente Felipe Calderón estaba al frente de la Secretaría de Energía, Halliburton obtuvo un contrato por mil 953 millones de pesos por realizar trabajos de perforación y terminación de pozos para proyectos con presupuesto Pidiregas en la Región Sur, otro bloque que se le entregó a la poderosa empresa.
Al darse a conocer este reciente contrato de enero de 2008, Cris Gaut, presidente de la división de perforación y evaluación de Halliburton, expresó en un comunicado lo siguiente:
"Por los próximos tres años el grupo de manejo de proyectos de Halliburton proveerá a Pemex con soluciones integrales de perforación y finalización, que utilizarán nuestra fuerza y experiencia en tecnología e infraestructura para ayudar a Pemex a superar una serie de dificultades en el campo de perforación".
El optimismo de Halliburton llegó a tal grado que pronosticó, en marzo de 2007, que ellos participarían en la refinación privada del petróleo mexicano, uno de los puntos que se desecharon de la reforma original de Felipe Calderón.
El 19 de marzo de ese año, la empresa anunció que abriría una fábrica en Monterrey, Nuevo León, para satisfacer la creciente demanda de productos refinados y equipo para la exploración, producción y transportación de petróleos.
Halliburton fue uno de los consorcios que más cabildearon en torno de la reforma petrolera. Sus estrechos vínculos con el poder político en Estados Unidos le permitieron ser una de las grandes beneficiadas de la invasión a Irak, y de la "reconstrucción de ese país", con contratos por 16 mil millones de dólares sin licitación y de manera privada.
No sólo eso. La geopolítica de Halliburton la ha convertido en la aliada más firme de la estrategia de "guerra contra el terrorismo" que encabezó el gobierno de George W. Bush. En 2007, su división Kellogg Brown Root (KRB) construyó en Guantánamo, Cuba, 207 celdas destinadas a los "combatientes enemigos" y, en marzo del mismo año, abrió oficinas en Dubai, capital de los Emiratos Árabes Unidos.
Tras los resultados de la reforma petrolera en México, Halliburton ha comenzado a revisar los recovecos que le permitirá expandir lo ya logrado desde el gobierno de Vicente Fox en territorio mexicano.
jenarovi@yahoo.com.mx