Televisa, el gran negocio    Jenaro Villamil                                    MÉXICO, DF, 4 de mayo (apro).- El negocio más importante de  telecomunicaciones de este año --y quizá del sexenio-- iniciará esta  semana su periodo final: entre el 6 y el 7 de mayo, la Comisión Federal  de Telecomunicaciones (Cofetel) recibirá las ofertas de las empresas que  participarán en las licitaciones para telefonía móvil con servicios de  banda ancha.
 Se trata del arranque del cuádruple play en México y que  convertirá al ganador de esta pugna por las bandas 1.7 y 1.9 Ghz en el  consorcio más importante para dar servicios de Internet, audio, video y  telefonía móvil.
 Desde la discusión del Presupuesto de Ingresos de 2010, en octubre  del año pasado, fue un escándalo sin mayores consecuencias políticas que  la mayoría de diputados y senadores aprobara exentar durante dos años  el pago de derechos al ganador de la licitación de estas bandas del  espectro radioeléctrico.
 Sin embargo, quedó muy claro que esta condonación fiscal –estimada en  más de 5 mil 600 millones de pesos-- beneficiaba al nuevo competidor de  la telefonía móvil en México: Televisa.
 Y para confirmar esta apreciación, el 16 de febrero de este año,  Televisa anunció una alianza con Nextel por mil 600 millones de dólares  para que ambas compañías pugnaran por obtener hasta 80 Mhz en la  licitación de esta banda.
 Así, se tomaba en cuenta que Nextel era la única compañía que podía  rivalizar con Televisa en alcanzar esta licitación.
 Por ese motivo, el vicepresidente de Finanzas de Televisa, Alfonso de  Angoitia, artífice de la transformación del consorcio televisivo en un  conglomerado de telecomunicaciones, advirtió que la compra de hasta 30%  de Nextel sólo se concretaría si la empresa que controla 70% de las  frecuencias de televisión abierta concesionada ganaba también la  licitación de telefonía móvil convergente con banda ancha.
 Finalmente, la sociedad entre Televisa y Nextel fue autorizada por la  Comisión Federal de Competencia (CFC). Y desde ese momento quedó claro  que todo estaba preparado para incrementar el emporio de Televisa.
 Para marzo de este año, de las 27 empresas que se inscribieron en la  licitación anunciada por Cofetel, 20 renunciaron a la puja.
 Según la Cofetel, sólo quedarán en la recta final las siguientes  empresas:
 --Radio Dipsa, filial de Telcel, propiedad de Carlos Slim, que sólo  puede aspirar a un máximo de 10 Mhz.
 --Telefónica Movistar, la filial de la empresa española Telefónica,  dirigida en México por el exsecretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz.  Esta empresa sólo puede aspirar a un máximo de 30 Mhz y los  especialistas especulan que no peleará más porque la licitación de la  fibra óptica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) está orientada  para beneficiar a la compañía ibérica.
 --Grupo Salinas, del dueño de Unefon, Iusacell y Televisión Azteca,  que rompió lanzas contra la licitación al denunciar que las bases  constituían “un regalo para Televisa”.
 --Megacable, la tercera compañía más grande de televisión por cable  en México, asociada a Televisa en el cartel de cableras conocida  comercialmente con el nombre de Yoo. Se maneja la posibilidad de que  esta compañía establezca una alianza con el Grupo Hevi.
 --Axtel-Avantel, las dos telefónicas asociadas que pretenden  enfrentar a la ‘mega-alianza’ Televisa-Nextel, y al gigante de Telcel.
 --Y Nextel-Televisa, la alianza más importante que se ha anunciado en  los últimos tres años.
 Si Televisa y su socio Nextel salen beneficiados, se confirmará  entonces lo que desde el año pasado era muy claro: el gobierno de Felipe  Calderón optó por su alianza de mutuo beneficio con la empresa de  Emilio Azcárraga Jean para garantizar una cobertura mediática favorable  hacia el 2012.
 Este fenómeno explica también por qué el gobierno de Calderón le  ordenó al PAN que se retirara de última hora en la dictaminación de la  “reforma integral” a las leyes federal de Radio y Televisión y de  Telecomunicaciones, que se quedaron una vez más en el límite, el pasado  27 de abril, a unas cuantas horas que culminara el periodo ordinario de  sesiones.
 Lo más escandaloso es que no sólo este negocio está orientado para  beneficiar a Televisa. El propio ISSSTE benefició con un jugoso contrato  por mil 793 millones de pesos a la empresa telefónica Bestel, filial  también de Televisa, para que instalara la red privada de este  instituto.
 Telmex, de Carlos Slim, se amparó ante los resultados de esta  licitación acusando al ISSSTE de claro favoritismo hacia Bestel.
 Luego la jueza federal Ana Luisa Priego aceptó la demanda de amparo  de Telmex, pero todo parece indicar que nada frenará este regalote para  Televisa.
 ¿Y así habla aún Calderón de enfrentar a los monopolios?
