martes, 11 de agosto de 2009
'Juanito' Sí Cumple...
Ante las especulaciones que Rafael Acosta, alias "Juanito" refrenda compromiso ante la población de Iztapalapa
Foto: /Cuartoscuro
Foto: /Cuartoscuro
"Mucha gente quiere que me quede al frente de la delegación, pero tenemos un compromiso que vamos a cumplir... (Juanito) va a tomar protesta constitucional y posteriormente va a pedir licencia. 'Juanito' no sabe fallar, 'Juanito' cumple sus acuerdos", afirmó.
Ante las especulaciones que giran entorno a la promesa que hizo Rafael Acosta de renunciar a la jefatura delegacional por Iztapalapa, esta mañana el propio "Juanito" reiteró que pedirá licencia a su cargo cuando Andrés Manuel López Obrador y Clara Brugada se lo pidan.
giran entorno a la promesa que hizo Rafael Acosta de renunciar a la jefatura delegacional por Iztapalapa, esta mañana el propio "Juanito" reiteró que pedirá licencia a su cargo cuando Andrés Manuel López Obrador y Clara Brugada se lo pidan.
"Mucha gente quiere que me quede al frente de la delegación, pero tenemos un compromiso que vamos a cumplir... (Juanito) va a tomar protesta constitucional y posteriormente va a pedir licencia. 'Juanito' no sabe fallar, 'Juanito' cumple sus acuerdos", afirmó.
Durante una entrevista en un espacio radiofónico, Acosta señaló que lo único que pide es que se cumplan los compromisos y se trabaje a favor de la gente de Iztapalapa.
Insistió en que pedirá licencia "cuando Clara Brugada y Andrés Manuel López Obrador lo decidan".
Detalló que una vez que esté fuera de la delegación buscará acompañar al presidente legítimo en sus recorridos por el país.
"Yo no tengo palabra de político, tengo palabra de ‘Juanito', y voy a cumplir el compromiso que hice ante el pueblo de Iztapalapa. Primero, vamos a tomar la protesta constitucional y posteriormente vamos a pedir licencia, en el momento en que a mí me lo digan", recalcó el delegado electo en Iztapalapa.
Por su parte, el círculo de simpatizantes de "Juanito", conformado por organizaciones sociales nacionales e internacionales, aseguró que no busca influir en las decisiones políticas del petista, sólo que se identifican con él, y quieren ejercer presión a los gobiernos con el propósito de solucionar los problemas de la comunidad iztapalense.
http://sdpnoticias.com/sdp/contenido/2009/08/11/465471
La Iglesia paquidérmica
JAVIER SICILIA
Hay, entre todas las frases fundamentales del Evangelio, una que a lo largo del tiempo ha sido una de las piedras de tropiezo de la Iglesia: “La verdad los hará libres”. El problema no radica en su condición de Iglesia –de asamblea, de pueblo de Dios, de cuerpo místico de Cristo, de depósito de la fe–, sino en su carácter de institución, es decir, de una enorme empresa administrativa no distinta a la General Motors, al Estado o a la estructura de un partido.Una Iglesia así –cuyos inicios administrativos se remontan al siglo IV, cuando se volvió imperial, y cuya estructura ha sido modelo de las instituciones seculares– está, como toda institución que busca conservarse, condenada a la traición. Cuando se quiere mantener el poder es imposible no llegar a la mentira; cuando sólo se cultiva un discurso de bondades, se llega a la complacencia.
Por gracia, otra afirmación evangélica, lanzada contra los fariseos y que tiene que ver con esa misma verdad –“Nada hay encubierto que no se descubra, nada oculto que no se divulgue (...) lo que digan de noche se escuchará en pleno día; lo que digan al oído en las bodegas se proclamará desde las azoteas” (Lucas. 12, 2)– ha venido a sacudirla. Desde hace ya varios años, los actos pederastas de algunos de los miembros de la Iglesia, las redes de complicidades para encubrirlos, sus alianzas antievangélicas (nada, entre todas las corrupciones de las instituciones del mundo, hace más odiosa a la Iglesia que las traiciones a la grandeza que custodia), han comenzado a brotar como un agua estancada de una cisterna rota y la han obligado a una autocrítica y a un proceso de purificación tan paquidérmico como la dimensión de su estructura burocrática –la más grande del mundo.
Los visitadores que Benedicto XVI mandó a la congregación de los Legionarios de Cristo –una continuación de las acciones que inició en mayo de 2006 cuando, aceptando por fin las acusaciones que pesaban sobre su fundador, suspendió a divinis a Marcial Maciel y quitó a los miembros de su congregación los “votos privados”– hablan de ese proceso.
El proceso, pese a lo paquidérmico, es encomiable: un acto de estricta justicia y caridad frente a una rama de la Iglesia cuyos escándalos han hecho más contra ella y el Evangelio que todos sus detractores juntos. Una pregunta, sin embargo, es pertinente: ¿Esa “visitación” llegará a lo que todas las instituciones llaman con una arrogante suficiencia “últimas consecuencias”, es decir, no sólo a destituir, como lo prevé Fernando M. González –el mejor biógrafo de Maciel–, a “la cúpula dirigente para que la nueva dirigencia se encargue de ir limpiando lentamente la institución” (Proceso 1708), sino a tocar las redes que desde el centro de los Legionarios llegan a obispos, cardenales, empresarios y altos prelados de la Santa Sede, incluyendo al Papa Juan Pablo II, y, a partir de allí, hacer, como lo guarda el corazón de la Iglesia, un acto de contrición pública y de petición de perdón?
Como hijo de la Iglesia, lo espero por nuestro bien, por el bien de los hombres de hoy que estamos necesitados más de gestos que muestren la verdad, que de discursos que hablen de ella. Pero también, como hijo de esa misma Iglesia, casta y meretrix, que conoce sus oscuridades y sus sótanos, sé, por desgracia, que no irá más allá de una recomposición maquillada. La razón no está en lo que su corazón resguarda, sino, como he dicho, en su condición institucional.
Desde que la Iglesia se volvió imperial puso un velo entre la radicalidad evangélica que –hay que decirlo en su descargo– ha custodiado durante 2 mil años y su accionar institucional. Ese velo la ha corrompido al grado de que ya no se diferencia, más que por el grado de esquizofrenia, de las instituciones modernas y seculares que salieron de sus entrañas. Con ello, la verdad evangélica, que ahora la hiere y le exige alcanzar su presencia, se ha ido oscureciendo. No podría ser de otra manera. Mientras la institución clerical pretenda que la Iglesia se hace por los hombres que la administran –seres, como todo hombre, imperfectos, pequeños, caídos, necesitados del acogimiento y el perdón de los otros–, será como todas las instituciones, el rostro de una prostituta, cuyos oscuros comercios tratará siempre de disfrazar bajo el maquillaje de la decencia. Sólo cuando aprenda que a ella la hace su Señor: un Dios que se hizo pobre, una pobreza de carne que siempre es rescatada por la confianza; cuando aprenda que ella no es el cuerpo del César ni de sus poderes a los que hay que servir devotamente, sino el del Jesús desnudo –ese que en sus mejores hombres está en las cabeceras de los agonizantes, en la lucha por la justicia, en las chabolas, entre los apestados, los despojados, los humillados, entre aquellos que no hacen alianzas con el poder y están dispuestos a hablar con la verdad que siempre duele, pero que después consuela–, el del Jesús vuelto miseria, en cuya debilidad habita otra medida: el amor, entonces habrá renunciado a ser una institución, pero habrá ganado la sencilla grandeza de los que no temen la libertad de los hijos de Dios.
Además opino que hay que respetar los Acuerdos de San Andrés, liberar a todos los zapatistas presos, derruir el Costco-CM del Casino de la Selva, esclarecer los crímenes de las asesinadas de Juárez, sacar a la Minera San Xavier del Cerro de San Pedro, liberar a los presos de Atenco y de la APPO, y hacer que Ulises Ruiz salga de Oaxaca.
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iglesia catolica legionarios de cristo roma
Madrid, España.- Proceso “Norma Hilda Baños quedó embarazada cuando tenía 26 años y, en 1987, dio a luz una niña. El padre era Marcial Maciel, fundador de la congregación de los Legionarios de Cristo, a quien ella había conocido cuando aún era menor de edad. Durante años, la madre preservó celosamente el anonimato de la niña y de su padre. Pero ahora que el Vaticano investiga la vida de Maciel –fallecido en 2008–, su hija Norma puede convertirse en heredera de un imperio de 20 mil 500 millones de euros (461 billones de pesos)”.
Así comienza la historia que el diario “El Mundo” dio a conocer el pasado domingo 9, al lograr el acceso al “santuario” madrileño de esta mujer mexicana, originaria de Acapulco, Guerrero, y madre de “Norma Hilda Rivas”, hoy de 23 años, nombre real de la hija de Marcial Maciel.
El 4 de febrero pasado estalló nuevamente la polémica en torno al fundador de los Legionarios de Cristo, cuando el periódico “The New York Times” confirmó que Maciel había tenido una “doble vida” y procreado una hija.
“Yo nunca habría elegido este camino para mi vida… cuando conocí a ese hombre, yo era una menor… Ni mi hija ni yo supimos quién era realmente hasta el final”, asegura Norma Hilda Baños al romper el secreto tanto tiempo guardado.
De la publicación se desprende que la mujer conoció a Maciel cuando aún “menor de edad” y quedó embarazada de él a los 26, ocho años después de alcanzar la mayoría de edad.
La historia ocupa el tema principal de la sección dominical “Crónica” de “El Mundo”. Los reporteros señalan que la localizaron en una urbanización de lujo de Madrid.
“Está desconcertada. No es fácil el diálogo. Tras el vano, que va estrechando mientras entorna la puerta, se abre un piso de 327 metros cuadrados. Aquí es donde vive desde hace unos años con su hija”, apunta.
En la casa “no hay marido ni padre. Nunca lo ha habido. Su hija es fruto de una relación prohibida”.
Según el periódico, el monto de la fortuna de la congregación religiosa de los Legionarios de Cristo sería equiparable al “valor de Repsol YPF”, el gigante petrolero de España, “con casi 20 mil 500 millones de euros (461 billones de pesos) en activos”, a los que Norma Hilda Rivas podría acceder como “heredera” del patrimonio Maciel.
“Lo está pasando fatal”, lamenta la madre al referirse a su hija. “Menos mal que he abierto yo la puerta”, dice a los reporteros al referirse al frágil estado de ánimo de su hija. “Todo esto ha sido dolorosísimo, no puedes imaginar”.
Describen que Norma se desvive por proteger su intimidad y más ahora que el Vaticano ha ordenado una investigación a fondo sobre ellas y todos los escándalos sexuales, económicos y de espionaje alrededor de los Legionarios.
Descrita como una mujer con “rasgos indígenas, pelo moreno y baja estatura”, pero perteneciente a la parte privilegiada de la sociedad acapulqueña, se conduce con “voz templada, su corrección, su forma de vestir sencilla y elegante, en tonos oscuros, o el modo en que se dirige a la asistenta denotan que Norma Hilda es una mujer educada”.
Maciel le dejó dos casas a su nombre en el exclusivo inmueble donde reside y tres plazas de garaje en propiedad, todo por valor de unos 3 millones de dólares. “Además, madre e hija recibirían un suculento subsidio mensual” de la congregación habría pagado por el silencio de las dos mujeres.
Estudiante en la Universidad Anáhuac, en México, y después en la Universidad Francisco de Vitoria, en Madrid, ambas pertenecientes a la congregación religiosa, Norma Hilda dejó de acudir a sus clases en la universidad madrileña cuando en febrero estalló el escándalo, confirmó una fuente de esta institución.
Tanto la hija de Maciel, Norma Hilda Rivas, como su madre, Norma Hilda Baños, serán entrevistadas por el obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, que es vicepresidente de la Conferencia Episcopal española, como uno de los cinco jerarcas religiosos dispuestos por el Vaticano para la investigación sobre el estado general de la congregación religiosa que fundó Notre Pére, como los legionarios nombraban a Maciel.
RELACIÓN
NORMA HILDA
» La mujer conoció a Maciel cuando aún era prácticamente una niña, y quedó embarazada de él a los 26 años.
BIENES
» El sacerdote le dejó dos casas en el exclusivo sector donde reside y otras tres propiedades, todo con valor de unos 3 millones de dólares.
Zocalo-Saltillo
Así comienza la historia que el diario “El Mundo” dio a conocer el pasado domingo 9, al lograr el acceso al “santuario” madrileño de esta mujer mexicana, originaria de Acapulco, Guerrero, y madre de “Norma Hilda Rivas”, hoy de 23 años, nombre real de la hija de Marcial Maciel.
El 4 de febrero pasado estalló nuevamente la polémica en torno al fundador de los Legionarios de Cristo, cuando el periódico “The New York Times” confirmó que Maciel había tenido una “doble vida” y procreado una hija.
“Yo nunca habría elegido este camino para mi vida… cuando conocí a ese hombre, yo era una menor… Ni mi hija ni yo supimos quién era realmente hasta el final”, asegura Norma Hilda Baños al romper el secreto tanto tiempo guardado.
De la publicación se desprende que la mujer conoció a Maciel cuando aún “menor de edad” y quedó embarazada de él a los 26, ocho años después de alcanzar la mayoría de edad.
La historia ocupa el tema principal de la sección dominical “Crónica” de “El Mundo”. Los reporteros señalan que la localizaron en una urbanización de lujo de Madrid.
“Está desconcertada. No es fácil el diálogo. Tras el vano, que va estrechando mientras entorna la puerta, se abre un piso de 327 metros cuadrados. Aquí es donde vive desde hace unos años con su hija”, apunta.
En la casa “no hay marido ni padre. Nunca lo ha habido. Su hija es fruto de una relación prohibida”.
Según el periódico, el monto de la fortuna de la congregación religiosa de los Legionarios de Cristo sería equiparable al “valor de Repsol YPF”, el gigante petrolero de España, “con casi 20 mil 500 millones de euros (461 billones de pesos) en activos”, a los que Norma Hilda Rivas podría acceder como “heredera” del patrimonio Maciel.
“Lo está pasando fatal”, lamenta la madre al referirse a su hija. “Menos mal que he abierto yo la puerta”, dice a los reporteros al referirse al frágil estado de ánimo de su hija. “Todo esto ha sido dolorosísimo, no puedes imaginar”.
Describen que Norma se desvive por proteger su intimidad y más ahora que el Vaticano ha ordenado una investigación a fondo sobre ellas y todos los escándalos sexuales, económicos y de espionaje alrededor de los Legionarios.
Descrita como una mujer con “rasgos indígenas, pelo moreno y baja estatura”, pero perteneciente a la parte privilegiada de la sociedad acapulqueña, se conduce con “voz templada, su corrección, su forma de vestir sencilla y elegante, en tonos oscuros, o el modo en que se dirige a la asistenta denotan que Norma Hilda es una mujer educada”.
Maciel le dejó dos casas a su nombre en el exclusivo inmueble donde reside y tres plazas de garaje en propiedad, todo por valor de unos 3 millones de dólares. “Además, madre e hija recibirían un suculento subsidio mensual” de la congregación habría pagado por el silencio de las dos mujeres.
Estudiante en la Universidad Anáhuac, en México, y después en la Universidad Francisco de Vitoria, en Madrid, ambas pertenecientes a la congregación religiosa, Norma Hilda dejó de acudir a sus clases en la universidad madrileña cuando en febrero estalló el escándalo, confirmó una fuente de esta institución.
Tanto la hija de Maciel, Norma Hilda Rivas, como su madre, Norma Hilda Baños, serán entrevistadas por el obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, que es vicepresidente de la Conferencia Episcopal española, como uno de los cinco jerarcas religiosos dispuestos por el Vaticano para la investigación sobre el estado general de la congregación religiosa que fundó Notre Pére, como los legionarios nombraban a Maciel.
RELACIÓN
NORMA HILDA
» La mujer conoció a Maciel cuando aún era prácticamente una niña, y quedó embarazada de él a los 26 años.
BIENES
» El sacerdote le dejó dos casas en el exclusivo sector donde reside y otras tres propiedades, todo con valor de unos 3 millones de dólares.
Zocalo-Saltillo
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