domingo, 4 de enero de 2009

Testamento social

Jan
04
2009
Testamento social

Renán Ermilo Solís Sánchez*

--¿Fue usted gobernador y presidente del Partido Socialista del Sureste?
-Soy; no fui. Soy el Gobernador y el presidente de mi Partido- respondió el interrogado.
--¿Desea usted un notario?
-No tengo bienes, nada tengo que dejar.
--¿Desea usted un sacerdote?
-No lo necesito.
--¿Cuál es su última voluntad?
-No es precisamente para ustedes, señores, es para aquellos que han de continuar la lucha social en Yucatán. A éstos yo les pido: ¡No abandonéis a mis Indios!
El pensamiento y la ideología de don Felipe Carrillo Puerto adquirieron la inmortalidad, por su congruencia al actuar, incluso momentos antes de su asesinato cuando fue interrogado en la farsa denominada "juicio sumario"; alcanzaron ese lugar privilegiado por su sensibilidad y decisión al responder a las necesidades sociales y, particularmente, por su cercanía y contacto permanente con los más necesitados, aquellos que aún esperan mayores oportunidades y mejores condiciones de vida.
La visión social de don Felipe Carrillo Puerto lo llevó a una importante obra legislativa y a grandes aportaciones en el campo de la educación.
La legislativa inició en su interinato con la expedición del progresista Código del Trabajo, y continuó en su gestión constitucional con 420 decretos, en tan sólo 22 meses de gobierno.
Esta labor legislativa es reconocida porque comprende a todos los estratos de la sociedad, y destacan: la Ley de Institución de la Escuela Racionalista, la Ley de Moratoria, la Ley de Creación de la Universidad Nacional del Sureste, la Ley sobre Caminos Públicos, la Ley de Expropiación, la Ley que constituye la Casa del Niño, la Ley del Inquilinato, la Ley que constituye el Patrimonio de Familia, la Ley de Revocación del Mandatario Público y la Ley de Incautación y Expropiación de las Haciendas Abandonadas.
Los universitarios, con profundo orgullo recordamos el 25 de marzo de 1918 y el 25 de febrero de 1922, fechas en las que el diputado Carrillo Puerto propuso un proyecto de Ley de Creación de la Universidad Yucateca, y en la que, ya, como Gobernador, promulgó el decreto de creación de la Universidad Nacional del Sureste, sin contar Carrillo Puerto con instrucción universitaria, pero sí con una sólida formación, como resultado de los conocimientos adquiridos por el hábito de la lectura de obras de autores anarquistas, socialistas y marxistas, por el acercamiento con periodistas liberales, pensadores de su época, líderes sindicales, políticos, periodistas de los Estados Unidos de América y, sobre todo, por su permanente contacto con su pueblo, lo que le permitió palpar, conocer y vivir la realidad social del Estado.
Carrillo Puerto tenía otra visión de la educación pues, fundamentalmente, quería romper con el viejo esquema, eliminar el individualismo y despertar una conciencia de igualdad de oportunidades que no se había vivido.
Indiscutiblemente, una de las obras de mayor trascendencia de Carrillo Puerto fue la creación de nuestra universidad y, a pesar de que han transcurrido varias décadas, la misión de la Universidad Autónoma de Yucatán permanece fiel a los ideales de su fundador.
Hoy, podemos afirmar que la tarea educativa de Carrillo Puerto la continúa la titular del Poder Ejecutivo del Estado, al otorgar todo su apoyo a nuestra Alma Máter para el cumplimiento de sus fines y al poner en práctica programas sociales a beneficio de la niñez para facilitarles el acceso a la educación.
Habrá que considerar siempre, como hiciera Don Felipe Carrillo Puerto, la importancia del contacto y cercanía con los sectores desprotegidos; que el derecho y el deber son dos líneas paralelas, elementos indispensables para formar ciudadanos y construir patria, y que los programas sociales no son dádivas, ni constituyen paternalismo sino son, simplemente, justicia social. ¡Que no se olvide!
Los universitarios ratificamos, una vez más, que desde nuestra trinchera continuaremos cumpliendo con la función que nos corresponde: combatir la ignorancia y el individualismo, fomentar el estudio, enseñar a nuestros alumnos con el ejemplo; en síntesis, trabajar en la educación de nuestro pueblo, siguiendo los ideales de don Felipe Carrillo Puerto, así como tener presente y ejecutando, como fieles albaceas, su inmortal testamento social dictado sin titubeos y con esa determinación característica de quien ha dado todo por su pueblo, cuando en la falacia montada se le inquiere sobre su última voluntad y responde:
No es precisamente para ustedes, señores, es para aquellos que han de continuar la lucha social en Yucatán. A éstos yo les pido: ¡no abandonéis a mis indios!


* Abogado general de la UADY
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