domingo, 4 de enero de 2009

Narcoviolencia paraliza a niños mexicanos

GLORIA LETICIA DíAZ

MÉXICO, DF, 2 de enero (apro).- "Los altos niveles de inseguridad y la lucha contra el crimen organizado están teniendo consecuencias en los niños y niñas", advierte el estudio "La infancia cuenta en México, 2008" elaborado por la Red por los Derechos de la Infancia.
El documento --del que Apro tiene copia-- sistematiza información oficial sobre algunos indicadores de la situación de la infancia en México, entre ellos la violencia.
En el año que acaba de concluir, en el que se registraron más de 5 mil ejecuciones como resultado de la guerra contra el narcotráfico, los niños no han estado ajenos a ese ambiente de violencia.
El estudio destaca que, entre enero y septiembre de 2008, 44 niños y niñas murieron a causa de balas perdidas, confusiones y disparos.
El documento subraya casos ocurridos durante el año pasado en los que los menores estuvieron en riesgo de muerte, como el ocurrido el 17 de enero, cuando el Ejército enfrentó durante tres horas a balazos a un grupo de pistoleros ligado al cártel de los Arellano Félix en Tijuana, Baja California, en una casa de seguridad cercana a un jardín de niños, por lo que al menos 30 menores fueron desalojados por militares y policías federales.
Un caso más ocurrió en junio, cuando la policía incautó unos diez kilos de mariguana oculta en un jardín de niños en Mazatlán, Sinaloa.
En tanto que en Ciudad Juárez, Chihuahua, después de una ola de asaltos y extorsiones a las escuelas, a partir del 18 de noviembre se dispuso que 354 policías resguardaran centros preescolares, primarias y secundarias.
Miedo a morir
El director de la Red de Derechos de la Infancia, Gustavo Sauri, señala en entrevista que ante "un contexto de alta violencia que perciben los niños y niñas a través de las noticias, hay una sensación de inseguridad terrible, al grado que incluso en lugares donde no hay conflictos armados, los pequeños piensan que se van a morir".
Asegura que de acuerdo con trabajos realizados por agrupaciones vinculadas a la Red, en ciudades como Guadalajara --e incluso otras caracterizadas por su relativa tranquilidad, como Colima-- "hay pequeños de entre 3 y 7 años que tienen miedo de ir a la escuela o de salir a las calles, por el miedo a morir asesinado".
Para el activista en los derechos de los niños este fenómeno de angustia no está siendo considerado por las autoridades federales en la guerra contra el narcotráfico.
"Situaciones como los descabezados, 'encajuelados', una bomba en Michoacán, etcétera, los niños más pequeños las hacen parte de su entorno y les crea mucha inseguridad, ello debido a que no hay políticas públicas de mediación o contención.
"La lucha contra las drogas, la guerra contra el narcotráfico no ha sido sensible para contener su impacto en niños y niñas, en las escuelas y en los barrios", puntualiza Sauri.
Explica que el miedo en los menores --como "daño colateral" generado por la cruenta batalla contra el crimen organizado-- se manifiesta de manera distinta según los rangos de edad.
Pero es "en los niños de entre 5 y 10 años, que tienen todavía dificultad para ubicarse en el tiempo y en el espacio, que lugares como Culiacán o Morelia pueden ser para ellos la colonia de junto, sobre todo porque con los medios de comunicación las distancias se acortan, pero el miedo se incrementa".
La violencia contra los menores, destaca el informe, no sólo está en el ambiente generado por la lucha contra el narcotráfico, sino en que las niñas y niños están expuestos a ella desde que nacen.
De acuerdo con información recabada por la organización no gubernamental, en 2006 murieron asesinados unos 178 niños y niñas menores de cinco años.
Según datos de las Estadísticas Vitales del INEGI 2006, incluidas en el documento, la principal causa de muerte entre menores de uno a cuatro años son los accidentes, siendo en varones 26.5% y en niñas 23.4%; en tanto que por homicidio la proporción por género es de 1.9% y 1.8%, respectivamente.
La mayoría de los accidentes que sufren los menores, esto es 42.5%, ocurren en el hogar, "donde supuestamente se encuentran bajo la responsabilidad de un adulto que debería cuidarlos".
Se agrega que de acuerdo con la Secretaría de Salud, 130 mil niños sufren quemaduras y los incidentes se registran en los hogares de las familias más pobres.
El síndrome
Aunque sin datos precisos, por no haber registros oficiales, el estudio destaca que en México se incrementa el síndrome del niño sacudido, "una forma de maltrato infantil considerada muy grave por la alta posibilidad de ocasionar la muerte y, si esto no ocurre, de causarle severo daño neurológico y visual".
Sobre el tipo de agresiones a que están expuestos niños y niñas, el documento expone el resultado de un estudio en 149 menores con quemaduras, que ingresaron de forma consecutiva al Hospital Infantil de Tacubaya, en el Distrito Federal, de mayo a diciembre de 2002, y la edad promedio de ingreso era de 4.5 años, en un rango que iba de 8 meses a 16 años.
"Cinco niños sufrieron quemaduras en áreas consideradas como 'zonas de castigo': manos, pies, cara y genitales. Dos de los pacientes con quemaduras intencionales tenían lesiones en glúteos y genitales; en uno de ellos, de 2 años 8 meses, se trataba de 'corregir' su control de los esfínteres".
Por último, el documento señala que los niños y niñas también sufren violencia en las escuelas, pero que no hay un registro oficial puntual.
Sólo se cuenta con un caso documentado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la recomendación 055/2004, sobre el "maltrato físico y psicológico" por parte de una profesora de jardín de niños en el Distrito Federal.
Sobre la ausencia de información oficial, así como la percepción que ese sector tiene del entorno de violencia, Gustavo Sauri lo resume así: "Los niños y niñas no votan, por eso no interesan a las autoridades que deberían velar por ellos".

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