Honran su género

Honran su género

Jueves, 18 de Diciembre de 2008 00:00

Gilberto Balam Pereira Hoy no comentaremos los zapatazos a Bush, ni la privatización del petróleo, ni la crisis económica, ni el narcotráfico con sus descabezados, tópicos que han sido abordados suficiente y acertadamente por escribidores y escritores con el riesgo de estereotipar (repetir involuntariamente palabras o hechos, de manera plana o planchada) las “noticias”. Pero permítanme decirles que ocasionalmente se conjuntan en nuestro POR ESTO!, como el día de hoy miércoles, algunas colaboraciones que no pueden pasarse por alto, sin dejar de comentarlas. Sabemos que el periodismo es denuncia, comentario, análisis y crítica. Si es posible, con propuestas. Y en la edición de hoy de nuestro diario me encuentro todos estos caracteres plausibles en los artículos de Socorro Chablé (Reconocimiento Ciudadano 2008), Consuelo Ramírez, Gladys Pinto, Rubí Betancourt, Georgina Rosado, Maritere Jardí, todas ellas honran su género y el quehacer del escribir. Todas ellas a quienes admiro y que me honran con su amistad. Admirable el trabajo en POR ESTO! de Soco (me dan ganas de llamarla en diminutivo pero muchas no lo aceptan, por aquello del feminismo o por alguna otra razón) Chablé. Recuerdo que a Dolores del Río la encabronaba que le dijeran Lolita del Río como si a María Félix la hubieran tratado de Mariquita Félix. Tenían razón. Perdón por la digresión, pero a veces es necesario romper el dogmatismo del escribir, porque luego queremos parecer escritores tan académicos formales, que con frecuencia, por ello, los lectores nos ven pedantes y patéticos. ¿Ejemplos? Luego les digo. Soco está escribiendo magníficos ensayos sobre las injusticias de que son víctimas los (as) obreros (as) por parte de las empresas y los patrones. Mi ahijada Chelo Ramírez aborda este miércoles el maltrato y discriminación al campesino avecindado en Mérida y la agresividad con que la policía trata a los discapacitados, en su caso, la saña con que fue detenido un jovencito con síndrome de Dawn. Rubí Betancourt, mi viejita tan juvenil y sobradamente lúcida e inteligente sale a la defensa de la discriminación de los adultos mayores, poniéndose como ejemplo con una lamentable anécdota. Pero Rubí no se queda corta, sino que hace propuestas sumamente interesantes sobre la atención institucional, médica y social que deben recibir las personas de esta edad. Mi amigocha Georgina Rosado da un informe pormenorizado sobre el maltrato y violencia que han sufrido 6 mil mujeres yucatecas y que han sido atendidas en el año en el Instituto Yucateco para la Equidad de Género. Bien George. Gladys Pinto, que preside la Federación Yucateca de California Inc. se fajó ayer el cinturón y acudió a la CODHEY para interponer una denuncia contra el personal de la Aduana del aeropuerto de Mérida por el trato vejatorio de que son objeto los paisanos que vienen de EU a vacacionar a su tierra. ¿Y el programa “Bienvenido paisano? Para nada. Revisión exhaustiva de maletas, palabras altisonante, jaloneos y hasta hurtos de los contenidos en el equipaje. ¿Podrá hacer algo el Ombudsman yucateco? Esperemos qué va a hacer ante estas denuncias. Ta’canijo. Maritere Jardí ha venido escribiendo sobre las cínicas triquiñuelas de los tránsfugas de la izquierda, los maquiavélicos, mafiosos, macabrones y tenebrosos Chuchos poniéndolos en su justo lugar, al menos para contribuir a neutralizar los humos de incienso mediáticos que los embriaga de placer. A todas ustedes, mis estimadas, el pueblo les agradece su trabajo, mis mejores parabienes en estos días decembrinos de consumismo y trivialidad. Como no soy cristiano no puedo decirles feliz Navidad, pero sí desearles un feliz próximo Año Nuevo. Guardadas las debidas dimensiones de género, que conste, en la edición del mismo día, leímos la justa defensa que hace don Rafael Arenas Rosas de la discriminación y olvido en que el Ayuntamiento de Mérida tiene a sus comisarías. El ejemplo de San José Dzal es dramático, donde dejaron abandonado el campo deportivo que se inició hace años. Así es, mis queridas amigochas, síganles tupiendo duro a los villanos, que aquí tienen a sus fans.