La cosa se remite a dos páginas de EL UNIVERSAL de ayer: en la 13 aparece un anuncio de la prestigiosa casa de subastas Louis C. Morton que ahora ofrece su servicio de empeños; préstamos en efectivo sobre pinturas, joyería y antigüedades.
Indagando un poco me entero de que han venido creciendo geométricamente. De cómo los clientes llegan muchas veces con los ojos llorosos y lentes oscuros a dejar sus obras de arte, sus joyas más preciadas o las antigüedades heredadas por abuelos y bisabuelos. Y todos sin excepción rogando un compromiso de discreción absoluta. Siempre les urge el dinero para pagar a proveedores, para cubrir una nómina o nomás para el gasto de la casa.
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