Mar 24 2009 |
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Bananamex
Por Francisco Rodríguez
Este gobierno es lo más parecido a un bikini: nadie sabe cómo se sostiene, pero todos quieren que se caiga.
Del refranero popular
ES CLARO QUE, con su interpretación, la administración calderonista infringe el artículo 13 de la Ley de Instituciones de Crédito que a la letra señala: “no podrán participar en forma alguna en el capital social de las instituciones de banca múltiple, personas morales extranjeras que ejerzan funciones de autoridad”. Barack Obama, su gobierno, ya es propietario de Banamex. Y tras una decisión guanga, la Secretaría de Hacienda fija un trienio como plazo para que se cumpla la ley.
Equivale esto a un secuestro. Dentro de tres años, a lo mejor, el rehén Banamex podría ser liberado.
Exigen su rescate los priístas desde el Senado de la República. Desde ahí, su coordinador Manlio Fabio Beltrones ha señalado nuevamente que en la argumentación jurídica presentada por Hacienda para avalar la situación de Banamex y su casa matriz Citigroup hay una argucia, mala fe y, todo ello, revela una inocentada.
Es la proverbial corrupción, podría agregarse.
Lo entiende así –y nos lo explica— don Francisco Alberto Servín de Alba, lector del Indice Político, quien desde Salvador de Bahía, en Brasil, apunta vía electrónica que “los mexicanos debemos entender, que la corrupción comienza en el uso del lenguaje. Que somos parte de las bandas que nos han robado la tranquilidad (léase crimen organizado y desorganizado, en donde caben políticos, funcionarios, empleados, líderes sindicales, seudo inversionistas, etcétera), por no usar un adjetivo adecuado en el momento que se precisa. Nos hemos convertido en cómplices, por permitir que “nos doren la píldora”, con discursos amañados y que sólo representan una burla contra la poca inteligencia que mostramos.
“La resolución que dio a conocer la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), respecto de la tenencia accionaria por parte del Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica en Citigroup, y por ende en Banamex, no es más que el reflejo de lo que significa el país, y sus habitantes, para esta caterva de indignos funcionarios.
“Dentro del comunicado, se dice textualmente: ‘Corresponde a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público la interpretación sobre la aplicación de estas leyes’. La misma entidad dirigida por el que hace un año dijo que era un simple ‘catarrito’ lo que se convirtió en una crisis de proporciones extraordinarias, es la encargada de interpretar las leyes que competen a este caso. ¿Qué autoridad tiene, una institución que dejó pasar el fraude cometido en la venta de Consorcio Aeroméxico? ¿La que deja pasar el blanqueo de miles de millones de dólares por el sistema bancario del país sin atrapar a un banquero de medio pelo?
“¿Será, tal vez, como dice una parte del comunicado, que no hayan tenido la intención de hacerlo (en lo referente a que el gobierno norteamericano adquirió la mayoría del grupo financiero), y menos tener injerencia en el sistema financiero mexicano? ¿O más bien, aprovechan la coyuntura para apremiar los encargos?
“Dar explicaciones tales, como que un tratado de libre comercio tiene preeminencia (privilegio, ventaja, pues), sobre las leyes que regulan la materia bancaria, es, simplemente, la mejor demostración del grado de obediencia que cursa un gobierno salido de las urnas clandestinas. Razonamientos inicuos, forjados en la abyección a la cual se quiere acostumbrar al pueblo mexicano, para sensibilizarlo a un tiempo cada vez más cercano.
“Adecuar la normativa, cuando existe algo ilegal que cubrir, es una constancia en el pensamiento eólico de Calderón. Por eso lo impusieron. Ya, desde su paso por la Secretaría de Energía, abrazaba la tesis del simplismo: si habían contratos que eran ilegales, que se cambiara la ley para dar seguridad jurídica a sus tenedores. Por lo cual, no debe causar sorpresa las modificaciones que se hagan a la legislación vigente. Invasión que no duele, pero sí marca las nuevas limitantes.
“Por ello, ahora más que nunca, el mote de la institución bien puede ser ‘Bananamex’. Porque lo resuelto por la SHCP, nos dibuja como un país tercermundista, mejor conocidos, como bananeros.”
Indice Flamígero: Don Francisco A. Servín de Alba escribió un muy documentado libro sobre la fraudulenta venta de Aeroméxico a un grupo de empresarios que apoyaron la campaña de Felipe Calderón. Lo imprimió importante editorial y, con los derechos a su favor, decidió embodegarlo tres años. Los intereses oligárquicos se impusieron. Hoy, el autor vive en Brasil donde el Ministerio de Educación le ha editado un libro que se lee en todas las escuelas públicas del gran país del Sur. Pero pronto se leerá aquí su libro sobre ese otro fraude a la Nación.
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