Feb 23 2009 |
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Llama la Arquidiócesis de México “mercenarios” a las personas que por unos cuantos pesos se lanzaron a las calles para protestar por la presencia del Ejército en la lucha contra el narcotráfico / En estas manifestaciones NO hay un verdadero interés por la tranquilidad, sino una burda y descarada estrategia para encubrir las actividades ilícitas / Es una acción que refleja el nivel de descomposición social
MEXICO, D.F., 22 de febrero (LA JORNADA/UNIVERSAL).- La Arquidiócesis de México llamó “mercenarios” a las personas que por “unos cuantos pesos” se han lanzado a las calles en protesta por la presencia del Ejército en la lucha contra el narcotráfico. Este hecho, dijo, refleja el nivel de descomposición social alcanzado por la sociedad mexicana. “Debemos sentir vergüenza”.
Además, en la misa dominical del Cardenal Norberto Rivera, en la Catedral Metropolitana, se pidió por el Ejército Mexicano para que, recordando su origen “genuinamente popular”, reafirmen su vocación de paz y auxilio a la sociedad.
De manera especial, se pidió por los militares caídos en el cumplimiento de su deber, “para que Dios premie sus esfuerzos y a sus familias les de serenidad y la paz”.
Este domingo, al término de la misa y con motivo de que el próximo 24 de febrero se celebra el Día de la Bandera, se rindieron honores el Lábaro Patrio y se entonó el Himno Nacional.
Como se ha acostumbrado ya desde hace varios años, una escolta, en esta ocasión integrada por elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP), marchó hasta el Altar Mayor, desde donde se rindieron los honores, ante la presencia del Cardenal Rivera, autoridades religiosas de la Catedral y decenas de feligreses que asistieron a la misa.
En el editorial de su semanario Desde la Fe, la Iglesia Católica local se refiere a las narcoprotestas que se han presentado en algunos lugares del país, donde civiles han bloqueado calles en contra de la presencia de las fuerzas militares.
“Guardando las debidas distancias y diferencias, podemos colocarlos junto a los mercenarios a sueldo del crimen organizado. Debemos sentir también, y sobre todo, vergüenza como Pueblo, porque en estas manifestaciones no hay un verdadero interés por la tranquilidad de la sociedad, sino una burda y descarada estrategia para encubrir las actividades ilícitas de sus familiares o amigos”.
Además, deploró la descomposición social a la que ha llegado el país, de tal forma que por unos cuantos pesos, niños, jóvenes y mujeres están dispuestos a enarbolar cualquier bandera, incluyendo los turbios intereses de algunos políticos y partidos, que saben manejar muy bien estas inconsistencias sociales, promoviendo marchas, plantones y bloqueos sin motivaciones claras.
La publicación señala una diferencia clara entre la exigencia y observancia a los Derechos Humanos en todas las acciones que emprenden las Fuerzas Armadas en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, y otra muy distinta, el pedir que los militares se retiren y que dejen en campo libre a la delincuencia.
Así, la Iglesia Católica en México manifestó su indignación y califico al mismo tiempo de vergüenza el hecho que existan manifestaciones de personas que en una “burda y descarada estrategia para encubrir las actividades ilícitas de sus familiares o amigos” salgan la calle a demandar el retiro del Ejército para combatir el narcotráfico.
Luego de que en la Catedral Metroolitana se hicieran honores a la Bandera y se cantara el Himno Nacional, se elevaron plegarias para pedir por los generales, oficiales y elementos del Ejército Mexicano que perdieron la vida en la lucha que sostienen contra las organizaciones del narcotráfico.
En la misa dominical, encabezada por el Cardenal Norberto Rivera Carrera, los feligreses y el jerarca católico celebraron de forma anticipada el Día de la Bandera (24 de febrero), mientras que una escolta de la Policía Federal Preventiva realizó un recorrido por el recinto católico.
En el semanario Desde la Fe, la Arquidiócesis de México señala que hemos llegado a la “descomposición social... por unos cuantos pesos”, y en ello se ha involucrado lo mismo a niños, jóvenes y mujeres que están dispuestos a enarbolar cualquier bandera.
Dice que incluyendo “los turbios intereses de algunos políticos y partidos, que saben manejar muy bien estas inconsistencias sociales promoviendo marchas, plantones y bloqueos sin motivaciones claras”.
Al tomar un dicho popular que señala: “Para todo hay gente”, la jerarquía de la Iglesia Católica pide “mostrar nuestra indignación” contra esas personas.
Al mismo tiempo, cuestiona: ¿Pretenden que sean los grupos criminales quienes dominen nuestro territorio y no las fuerzas del orden?, ¿No comprenden que con éstas acciones sólo provocan que México se siga hundiendo como un estado dominado por el tráfico y el consumo de drogas?
Por Esto!
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