Compilaciones gripales |
Sábado, 06 de Diciembre de 2008 00:37 |
Francisco Luna Kan Nuestra vida es temporal y se tiene, además, conciencia de la fluctuación de la existencia en toda la población. Tal percepción se reconoce por toda la sociedad, independientemente de su nivel educativo, sus creencias religiosas o posición social y política. Las proyecciones de las estadísticas vitales han variado en función de los conocimientos adquiridos pero finalmente la permanencia humana, en la tierra, es pasajera. Tal vez por ello nos inclinamos por hacer balances de logros obtenidos en diversas ocupaciones y en algunas se hace indispensable evaluar los avances de los planes y programa. En el caso del gobierno existe la preocupación, compromiso de hacer cortes en tiempos anuales para analizar programas, modificarlos, adecuarlos o impulsarlos en profundidad y extensión para ofrecer seguridad a la comunidad. En días pasados, el 1º de diciembre en curso, se cumplieron dos años del gobierno del presidente Calderón. Al respecto, el mismo funcionario expresó que no se observaba progreso palpable en los niveles de vida de los mexicanos como lo había estimado al asumir la titularidad el Poder Ejecutivo. Señalaba los problemas de nivel internacional que se han reflejado en nuestro país, como limitantes de los adelantos esperados o deseados. Por otra parte, grupos diversos de opinión como los partidos políticos, organizaciones empresariales, medios informativos impresos y electrónicos; analistas, estudiosos de las finanzas, investigadores de universidades y otras instituciones, en sus trabajos analíticos coincidían en que en el lapso transcurrido, no ha habido progreso en el desarrollo general de México. Lo más preocupante es que nuestras perspectivas futuras, también son muy limitadas y por tanto el porvenir amenaza con más carencias en la vida cotidiana. Sin pretensión de hacer una minuciosa evaluación con sustento estadístico y tomando algunas referencias sobre la situación nacional, se tiene que reconocer la detención del desarrollo, con una perspectiva muy débil, al recordar que según los organismos oficiales los proyectos desarrollistas para el año próximo no alcanzarán ni el 1% del PIB. Con tal nivel queda excluido el pivote de sustentación de un “Presidente del empleo” como deseaba ser llamado, según expresó Calderón en el desarrollo de la campaña electoral. Ciertamente que en tales condiciones de adversidad, no hubiera habido alguien que pudiera revertir por sí mismo y con otro programa de gobierno, el efecto negativo que se pulsa universalmente. Lo que se pudo evitar son aquellas expresiones tanto del presidente Calderón, como de su secretario de Hacienda Carstens, cuando en territorio norteamericano proclamaban que estábamos ajenos a las repercusiones del desajuste del país y su falsa seguridad de que la “gripa” de Estados Unidos no nos afectaría. La situación se complica más porque con nulo crecimiento económico, el país tiene que afrontar problemas educativos de diversos niveles en diferentes Estados. No sólo padecemos déficit en creación de puestos de trabajo, sino se cierran fuentes de ocupación. La Salud Pública tiene severas limitaciones en sus actividades programáticas. Nuestras reservas monetarias disminuyen en forma preocupante porque se sale al mercado de dinero para “defender” la estabilidad del peso y las empresas transnacionales se llevan del país las millonadas de dólares de utilidades. La seguridad de la sociedad está en un nivel muy bajo. La lucha contra el narcotráfico y la delincuencia organizada no suprime tales problemas. La criminalidad aumenta a grado tal que un periódico de la Ciudad de México estimó en 7,969 las víctimas en los dos años del actual gobierno, no obstante que nos dicen que estamos de gane en esta lucha. Sin crecimiento; con complicidad de funcionarios dedicados al combate del narcotráfico. Con la esperanza que el Plan Mérida ayude en este ámbito, sin pérdida de la soberanía nacional, el pueblo mexicano y su presidente vivirán las elecciones llamadas intermedias en que se elegirán nacionalmente a 500 diputados federales y para los Congresos de 13 Estados; los Gobernadores de 4 entidades Nuevo León, Sonora, Campeche y Colima además de alcaldes en muchos municipios. Ante este panorama y frente al repunte del PRI sobre todo en el año que finaliza, el presidente de la República, tendrá que poner lo que de su poder persuasivo tuviera, para afianzar al PAN en el Congreso de la Unión. El convencimiento de que su gobierno influiría a favor de su partido, se encuentra en entredicho, entre otras causas porque el país está estancado. Por el frente de la izquierda mexicana, se reporta el fenómeno de dispersión. Convergencia y el Partido del Trabajo, han expresado que no harán coalición con el PRD. Pero éste con su nuevo presidente Jesús Ortega, confía en la aglutinación de representantes no sólo de trabajadores de la ciudad y el campo, sino pretende persuadir a empresarios progresistas, inversionistas con vocación nacionalista, confiando en que puedan coincidir en el propósito del progreso del país en un ámbito de comprensión de ganancias justas para el capital, pero con salarios decorosos para quienes realizan el trabajo. De cualquier manera viviremos poco tiempo para llegar a las elecciones federales de julio del 09, y observar el comportamiento del electorado. La “gripa” no debe subestimarse; porque si derivara en neumonía, su índice de letalidad aumentaría. Por Esto! |
No hay comentarios:
Publicar un comentario