lunes, 24 de noviembre de 2008

Discurso de AMLO en la marcha del domingo 23 de Nov.

Movilizaciones
Lunes, 24 de Noviembre de 2008 02:13

* Ante miles y miles de mexicanos, el Presidente Legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador, anuncia dos acciones inmediatas

* La primera: manifestación el 1 de diciembre, a las 5 de la tarde, frente a las oficinas de Hacienda, en Palacio Nacional, para exigir que bajen los precios de las gasolinas, el diesel, el gas, la electricidad y los artículos de primera necesidad

* La segunda: nueva manifestación, el martes 9 de diciembre, a las 5 de la tarde, frente a Televisa, para demandar una respuesta al escrito que se les entregó, solicitando se garantice el derecho a la información / Texto íntegro de su discurso

Presión sobre el usurpador

MEXICO, D.F., 23 de noviembre (LA JORNADA/Gobierno Legítimo de México).- La concentración económica y del poder político en unas cuantas manos va a durar sólo hasta que el Pueblo quiera, advirtió Andrés Manuel López Obrador ante miles y miles de simpatizantes, a quienes les dijo que el movimiento del que forman parte es “una real oposición, que no actúa como palero”, y que “sin titubeos ni vacilaciones está anclado en la izquierda, en el compromiso de luchar con firmeza por la igualdad y la justicia”.

En la última asamblea informativa de este año, convocó a dos movilizaciones en diciembre: el primero frente a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, para exigir que bajen los precios de las gasolinas, el diesel, el gas, la electricidad y los artículos de primera necesidad; el 9, una más frente a Televisa para refrendar respeto al derecho a la información y el 25 de enero, a una nueva asamblea nacional.
“No nos dejemos apantallar con las campañas de desprestigio. Que no nos aturda el ruido mediático. Levantemos la mira, tenemos la enorme responsabilidad de transformar la vida pública del país”. Entre todos, continuó, “hemos logrado levantar este movimiento, el más importante, que se oiga bien y que se oiga lejos, en la historia reciente del país”.
Tras un reconocimiento a Alejandro Encinas “a quien le tenemos respeto y admiración”, López Obrador interrogó a los asistentes congregados frente al Palacio de Bellas Artes:
¿Qué partido, qué organización política, agrupa a tantas mujeres y hombres conscientes y comprometidos como los que forman parte de este movimiento? ¿Qué partido tiene la capacidad de movilización que tiene este movimiento?
¿Qué partido tiene la creatividad y el talento de quienes participan o simpatizan con nuestro movimiento? Contamos con la simpatía de las mujeres y de los hombres más lúcidos del país, de los mejores escritores y de los mejores intelectuales. Y lo más importante, ¿qué partido representa la esperanza y la posibilidad de un cambio en beneficio del 90 por ciento de los mexicanos que ganan menos de 9 mil pesos al mes, como lo propone y busca nuestro movimiento?”, preguntó el tabasqueño, quien a pesar de esto no logró acallar los gritos y manifestaciones de inconformidad en contra de quienes integran la corriente perredista Nueva Izquierda, bajo cuya presidencia se encuentra el PRD.
“Seamos capaces de actuar con paciencia, con serenidad sin límites. Es tan importante esta lucha que se requiere humildad, mística, trabajo cotidiano, perseverancia, mucha labor de convencimiento y una inquebrantable fe en las causas que defendemos. No olvidemos que no sólo buscamos un cambio en lo económico, lo político y lo social, sino que aspiramos a crear una nueva corriente de pensamiento que reconozca y exalte la cultura y la inmensa bondad que hay en nuestro pueblo. Una nueva corriente de pensamiento para impedir el predominio del dinero, del engaño, de la corrupción y del afán de lucro sobre la dignidad, la verdad, los valores morales y el amor al prójimo”.
Luego de la marcha que partió del Angel de la Independencia, López Obrador rindió frente al Palacio de Bellas Artes un informe a dos años de la conformación del Gobierno Legítimo de México, cuyos objetivos principales se mantienen: defender al pueblo y al patrimonio nacional. Advirtió que darán continuidad a la lucha en defensa del petróleo y de la soberanía nacional aunque ahora se volcará toda la fuerza del movimiento a evitar un mayor empobrecimiento, más descomposición social, más inseguridad y más violencia, sin dejar de lado el apoyo “a quienes luchan por la libertad y la justicia, a quienes enfrentan y padecen el autoritarismo de la oligarquía y del régimen”.
Exigió libertad para los presos políticos y cese a la “saña” contra los presos de Atenco. De igual manera demandó que cesen las agresiones al sector magisterial por oponerse a la Alianza por la Calidad de la Educación y dio su respaldo a los trabajadores y técnicos de Pemex despedidos por “organizarse y defender sus derechos”.
También expresó una enérgica protesta por la agresión que enfrenta el periódico de Yucatán POR ESTO!, “acosado injustamente por la Secretaría de Hacienda porque le llama usurpador a (Felipe) Calderón, lo que realmente es”.
Fue literalmente un paseo dominical. Una entusiasta caminata colectiva desde el Angel hasta la Torre Latino. Un alegre desfile de banderas y pancartas en el marco de la Convención Nacional Democrática, pero sobre todo una celebración, sin bombo ni platillo, del segundo aniversario del Gobierno Legítimo, en la que Andrés Manuel López Obrador anunció la ampliación de su gabinete con 10 nuevas subsecretarías, dio un espaldarazo a Alejandro Encinas y presenció el reparto de miles de copias de un documental grabado en dvd acerca de la reforma energética.
En un templete atiborrado de colaboradores y amigos, entre las espaldas de los maniquíes del Sears más antiguo de México y los merengues de mármol del palacio de Bellas Artes, el “presidente legítimo” leyó su segundo informe de gobierno ante una multitud que escuchaba y tomaba notas de todo, apretujada a lo largo de la avenida Juárez.
No habían grandes contingentes venidos del interior del país; la mayoría de los participantes era del Distrito Federal y del valle de México, pero el gentío llegaba hasta el monumento a la cáscara de plátano, en la esquina de Juárez y Reforma; se escondía entre los árboles de la Alameda, y se tostaba al rayo del sol en la explanada de Bellas Artes.
Y muchas personas, hay que subrayarlo, tomaban notas. Eran tal vez eslabones de cadenas de transmisión, que copiaban conceptos del discurso –como ese de que “los nuevos amos de México son un puñado de familias, dos partidos, un pelele y la televisión”—, para después divulgarlos entre quienes por angas o mangas no habían podido asistir al mitin.
Pese al escándalo de un helicóptero blanco que estuvo largo rato zopiloteando sobre la multitud, y saboteando los esfuerzos de las torres de sonido repartidas entre Bellas Artes y el Hemiciclo a Juárez, López Obrador recordó que desde su toma de posesión, aquel 20 de noviembre helado de hace dos años, el Gobierno Legítimo se propuso dos objetivos centrales: “defender al pueblo y al patrimonio nacional” y “construir un movimiento para la transformación de la vida pública de México”.
Y para gozo y contento de sus oyentes, que fue lo que más le celebraron, en el tramo final del discurso dijo que “los poderosos están histéricos” porque “no han podido destruir nuestro movimiento”, y “vaya que lo han intentado y sin duda lo seguirán haciendo”, pues “nos calumnian en la mayoría de los medios de comunicación, un día sí y otro también. Los menos vulgares se la pasan diciendo que ya no representamos nada, que cada día tenemos menos capacidad de convocatoria (pero) si eso fuera cierto entonces por qué nos atacan tanto”.
De allí pasó a explicar la importancia de que se tenga claro lo que “realmente representamos”, porque somos, dijo, “millones de ciudadanos a nivel nacional, pero la cantidad no es lo que importa, sino que se trata de las mujeres y de los hombres más conscientes y comprometidos del país”. Ese fue el trampolín retórico que le permitiría saltar al tema de la crisis en el PRD, del que se deslindó sin mencionarlo, aunque para ello tuviera que darle un rozón al PT y a Convergencia:
“¿Qué partido, qué organización política agrupa a tantos hombres y mujeres conscientes y comprometidos como los que forman parte de este movimiento?” La multitud coreó: “¡Ninguno!”. El orador reiteró la pregunta, multiplicándola: “¿Qué partido tiene la capacidad de movilización de este movimiento? ¿Qué partido tiene la creatividad y el talento de quienes participan en este movimiento? ¿Qué partido tiene los mejores escritores y los mejores analistas?”.
Era un día de fiesta. Y de repente, por encima de las cabezas, brotaban carteles que advertían: “El gobierno no tiene dinero para comprar al pueblo, sólo a los traidores que se ponen en venta”, y otros con mensajes poco amables para Graco Ramírez, Carlos Navarrete, Ruth Zavaleta y Jesús Ortega. Pero sin duda lo más representativo era que, a diferencia de otros mítines en que las reflexiones personales se exhibían en pancartas, hoy las palabras se metían en los cuadernos, para irse quién sabe a dónde o para qué.
Por lo pronto, López Obrador fijó tres nuevas citas para volver a reunirse con la gente: el lunes primero de diciembre a las cinco de la tarde, frente a la Secretaría de Hacienda, en el Zócalo, con el fin de exigirle a Agustín Carstens que suspenda el aumento semanal del diesel y las gasolinas. Luego, el martes 9 de diciembre, también a las cinco de la tarde, pero frente a Televisa, para preguntarle al consorcio si ya tiene una respuesta a la carta petitoria que el movimiento le entregó hace varias semanas. Y una vez más el domingo 25 de enero, a las diez de la mañana en el Zócalo, “para hacer el balance de lo logrado y definir nuevas acciones”.
Antes, el Presidente Legítimo había informado que desde el pasado 30 de octubre “se amplió la dirección” del movimiento, con la integración de 10 comisiones, llamadas “nacional”, de la “defensa de la Constitución”, de la “defensa de la economía popular”, de “ayuda mutua en apoyo a la economía popular”, de “vigilancia del consejo de administración de Pemex”, de “combate a la corrupción en Pemex”, de “asuntos internacionales”, de “estudios y actualización del proyecto alternativo de nación”, de “difusión”, de “seguimiento y acciones inmediatas” y de “coordinación nacional de las brigadas”.
A continuación, el texto íntegro del discurso del Presidente Legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador, en la asamblea informativa realizada en la explanada de Bellas Artes
Amigas y amigos:
Hace tres días, el 20 de noviembre, se cumplieron dos años de la constitución del Gobierno Legítimo. Por eso hoy es preciso rendir un informe sobre lo realizado, compartir con ustedes algunas reflexiones y avizorar el futuro de nuestro movimiento.
En primer término, es indispensable recordar que desde el inicio nos propusimos cumplir dos objetivos fundamentales: defender al pueblo y el patrimonio nacional y, al mismo tiempo, trabajar en la construcción de un movimiento para la transformación de la vida pública de México.
Este año pusimos el énfasis en la defensa del petróleo. Así lo han exigido las circunstancias. Como todos sabemos, el fraude electoral del 2006 lo llevaron a cabo quienes han venido imponiendo, desde hace 25 años, una política que les ha permitido apoderarse de los bienes del pueblo y de la nación. Y como era obvio, después de robarnos la Presidencia de la República, este grupo continuó con las supuestas reformas estructurales, que son la de fachada para justificar el pillaje y seguir cometiendo sus fechorías.
No pasemos por alto que la agenda impuesta por los organismos financieros internacionales e impulsada en nuestro país por una minoría rapaz, no tiene nada que ver con las necesidades reales de la nación. En ella, por ejemplo, no aparecen los dos principales problemas de México: la desigualdad y la corrupción. Sin embargo, desde hace años, en esa agenda está el tema de la llamada reforma energética, con el cual se ha pretendido ocultar la privatización de la industria eléctrica y del petróleo.
Por eso sabíamos que, así como han adjudicado y rematado desde 1983, más de mil empresas públicas, entre ellas, Teléfonos de México, los ferrocarriles, las minas, los puertos, los aeropuertos, las líneas aéreas, los bancos y parte de la industria eléctrica; así también iban a proceder con la industria petrolera nacional.
De modo que con tiempo nos preparamos para impedir la entrega del petróleo. Gracias a nuestro movimiento y al apoyo de muchos ciudadanos, de técnicos, expertos e intelectuales, se pudo frenar la privatización de la refinación, el transporte, los ductos y el almacenamiento de petrolíferos, como pretendía Calderón y las cúpulas del PRI.
Pero esto aún no termina, continúa el acecho. Es mucha la ambición que provoca este recurso natural estratégico. Sobre todo, debemos estar atentos porque quieren otorgar concesiones a empresas petroleras extranjeras, para explorar y explotar nuestro petróleo en áreas o bloques exclusivos del territorio nacional. Por eso no quisieron prohibir, expresamente, en la ley del petróleo ese tipo de contratos, y pretenden autorizarlos en el reglamento de la Comisión Nacional de Hidrocarburos.
Por ésta y por otras razones, estamos obligados a darle continuidad a la lucha en defensa del petróleo y de nuestra soberanía nacional. Pero dada la gravedad de la crisis económica, también hemos decidido volcar toda la fuerza de nuestro movimiento para proteger a nuestro pueblo, y evitar un mayor empobrecimiento, más descomposición social, inseguridad y violencia.
Tengamos claro que nuestros adversarios son los principales responsables de la debacle económica del país. Aunque traten de justificarse repitiendo, una y mil veces, en los medios de comunicación, que todo se debe a factores externos, hay pruebas irrefutables de que nunca han querido llevar a cabo ningún cambio, porque el modelo que han impuesto les garantiza mantener y acrecentar sus privilegios.
Es cierto que afecta a casi todo el mundo la crisis y la recesión de Estados Unidos, pero impactará con mayor severidad en nuestro país, porque tenemos una economía muy debilitada y un pueblo sin protección social. Baste decir que el año pasado, el crecimiento económico de México apenas fue mayor que el de Haití. Y este año, antes del derrumbe financiero mundial, ya ocupábamos el último lugar en el continente americano.
Calderón y los tecnócratas, en vez de llevar a cabo los cambios que requería nuestro país, y que nosotros propusimos desde la campaña electoral, se empeñaron en mantener la misma política económica, con el añadido de su ineptitud y negligencia.
En dos años no han sido capaces de impulsar la industria de la construcción para reactivar la economía y generar empleos.
No han hecho una sola obra importante en ninguna parte del país. Calderón no ha pegado un solo ladrillo. No ha fortalecido la actividad productiva. No ha rescatado al campo del abandono. No ha utilizado al sector energético como palanca del desarrollo nacional. A duras penas anunció que se iba a construir una refinería, pero no tiene proyecto ejecutivo, ni capacidad operativa, y es tanta su ineficacia, que sería un milagro que la terminara en este sexenio. Y tampoco ha hecho nada en materia educativa, en salud, ni en la construcción de vivienda para la gente humilde.
Dado el cinismo que lo caracteriza, ya ni caso tiene preguntarle ¿dónde quedó el compromiso de que iba a ser “el presidente del empleo” o su promesa de bajar los precios de la gasolina, el gas y la luz, o su declaración retadora de que nos iba a rebasar por la izquierda?
Entonces, realmente ¿qué ha hecho Calderón en dos años? Ha aumentado los precios de las gasolinas, el diesel, el gas y la energía eléctrica; ha mantenido los privilegios fiscales para los grandes contribuyentes; creó el Impuesto Empresarial de Tasa Unica (IETU) que golpea a pequeñas y medianas empresas y limita la generación de empleos. Continuó con el criterio de comprar lo que consumimos en el extranjero y se ha negado a impulsar la autosuficiencia alimentaria. Ha protegido a los monopolios que cobran precios exagerados por bienes y servicios, afectando a consumidores y a empresas. Y en vez de llevar a cabo un plan de austeridad para liberar fondos al desarrollo, en dos años, el gobierno usurpador ha incrementado el gasto corriente en 400 mil millones de pesos, utilizando para ello los excedentes petroleros.
En fin, ha perdido el tiempo, dejó pasar la oportunidad de precios altos del petróleo que difícilmente se volverá a presentar; el peso se ha devaluado cerca del 40 por ciento; y por si fuese poco, todos los pronósticos señalan que todavía viene lo peor y que no habrá crecimiento ni recuperación económica en menos de dos años.
Ante este negro panorama, nuestro movimiento no puede tener tarea más importante, que la de presionar al gobierno usurpador para obligarlo a cambiar su política y a utilizar todos los instrumentos del Estado para proteger al pueblo ante el desastre económico y de bienestar social. No podemos quedarnos con los brazos cruzados cuando el gobierno usurpador sólo protegerá ante la crisis, como ya lo está haciendo, a los financieros y a los grandes empresarios.
Los miembros de la llamada clase política son tan cretinos, que acaban de aprobar en el Congreso el presupuesto para el año próximo, y no tuvieron siquiera la sensibilidad para reducir o eliminar las partidas destinadas a mantener los privilegios de los altos funcionarios públicos y orientar esos ahorros al desarrollo económico y social del país.
El presidente usurpador, los miembros de su gabinete, los ministros de la Corte, los diputados y senadores, van a seguir recibiendo sueldos elevadísimos de hasta 600 mil pesos mensuales.
Continuarán atendiéndose en clínicas privadas, aunque esto le cuesta al pueblo 5 mil millones de pesos al año; los altos funcionarios mantendrán su fondo de ahorro especial, que representa otros 6 mil millones de pesos anuales; seguirán otorgándose bonos discrecionales de fin de año a la alta burocracia, por más de 11 mil millones de pesos; y continuarán las pensiones millonarias a los ex presidentes de México.
Y todavía así se atreven a rendirle homenaje a Juárez, quien decía que el funcionario público tenía que aprender a vivir en la justa medianía.
Por eso, amigas y amigos, no podemos eludir nuestra responsabilidad. A nosotros nos toca en estos momentos aciagos, seguir actuando en defensa de la economía popular, del petróleo y de la soberanía nacional.
Con este propósito el día de hoy iniciamos una nueva etapa de nuestro movimiento. Ya la senadora Rosario Ibarra, en nombre la Coordinación Nacional, dio a conocer el plan general. Tenemos que defender en estos tiempos de crisis, el empleo, el salario y el derecho del pueblo a la alimentación; vamos a buscar apoyos para los productores del campo; exigiremos que baje el precio del fertilizante, de las gasolinas, del diesel, del gas, de la luz y de los artículos y servicios de primera necesidad.
Demandaremos ayuda directa para adultos mayores, madres solteras, personas con discapacidad, becas para estudiantes de escuelas públicas, atención médica y medicamentos gratuitos para quienes no cuentan con seguridad social. En fin, orientaremos nuestras acciones a proteger a los pobres y a la clase media.
Les informo que con este propósito, desde el pasado 30 de octubre, se amplió la dirección de nuestro movimiento. Se crearon nuevas comisiones de trabajo.
Voy a dar conocer cómo se integró todo este equipo.
En la Coordinación Nacional participan: Armando Bartra, Luis Javier Garrido, Berta Maldonado, Jesusa Rodríguez, Layda Sansores, Claudia Sheinbaum, Rosalinda López, Rosario Ibarra, Ifigenia Martínez, Alfredo Jalife, Yeidckol Polevnsky, Jorge Arvizu, Ricardo Cantú, Pedro Jiménez León, José Antonio Almazán, Manuel Otero y Alejandro Encinas (a quien le tenemos respeto y admiración)
La Comisión para la Defensa de la Constitución y la Legalidad está integrada por: Ricardo Monreal Avila, Arnaldo Córdova, Jaime Cárdenas, Silvano Garay Ulloa, Jesús González Schmal, Loretta Ortiz Alfh, Julio Scherer Ibarra.
En la Comisión de Defensa de la Economía Popular están: Mario Di Costanzo Armenta, Asa Cristina Laurel, Víctor Suárez, Alberto Anaya, Juan Abad de Jesús, Raymundo Cárdenas, Humberto Zazueta, Dante Delgado.
En la Comisión para la Ayuda Mutua en apoyo a la economía popular participan: Elena Poniatowska, Laura Esquivel, Eduardo Cervantes, Laura Itzel Castillo, Cristina Barros, Carlos Pellicer López.
La Comisión de Vigilancia del Consejo de Administración de Pemex está formada por: Bertha Luján Uranga, Roselia Barajas, José Eduardo Beltrán, John Ackerman, Francisco Garaicochea, Carlos Payán Velver, Antonio Gershenson, Javier Jiménez Espriú.
En la Comisión de Combate a la Corrupción en Pemex están: Octavio Romero Oropeza, Rocío Nahle, Eréndira Sandoval, Cuauhtémoc Velasco, Agustín Díaz Lastra.
En la Comisión de Asuntos Internacionales colaboran: Jorge Eduardo Navarrete, Héctor Vasconcelos, Víctor Flores Olea, Javier Wimer, Susana de Iruegas, José Jacques y Medina, Cuauhtémoc Sandoval, Alejandro Chanona.
La Comisión de Estudios y Actualización del Proyecto Alternativo de Nación está integrada por: Ignacio Marván Laborde, Luciano Concheiro, Rogelio Ramírez de la O, Héctor Díaz Polanco, José Ma. Pérez Gay, Víctor Manuel Toledo, Bolívar Echeverría.
En la Comisión de Difusión trabajan: Rafael Barajas, Luis Mandoki, Laura Esquivel, Carlos Salces, Pedro Miguel, Herón Escobar, Blanca Salces.
En la Comisión de Seguimiento y Acciones Inmediatas participan: Claudia Lilia Cruz, Karen Quiroga, Valentina Batres, Alfonso Suárez del Real, Aleida Alavés, Mercedes Maciel, Pedro Landeros, Antonio Villegas.
Y la Coordinación Nacional de las Brigadas está a cargo de: Ricardo Ruiz, Alejandra Barrales, David Cervantes, Martha Pérez Bejarano, Salomón Jara, Fabiola Alanís.
El día de hoy, la Comisión de Difusión va a entregar un video sobre la reforma energética, les pedimos que nos ayuden a difundirlo mediante la creación de círculos de información y análisis en sus pueblos, barrios, colonias, centros de trabajo y de estudio. Nuestro agradecimiento a quienes participaron de manera voluntaria en la elaboración, impresión y empaquetado de este material.
También les propongo que llevemos a cabo dos acciones inmediatas. La primera es que nos manifestemos el día primero de diciembre, a las cinco de la tarde, frente a las oficinas de Hacienda, en Palacio Nacional, para exigir que bajen los precios de las gasolinas, el diesel, el gas, la electricidad y los artículos de primera necesidad.
En particular, no dejaremos de protestar por el injustificado y dañino precio de las gasolinas que ahora cuestan, en promedio, 16 por ciento más en México que en Estados Unidos, a pesar de que el salario mínimo en nuestro país es 10 veces menor al de esa nación.
La segunda actividad que les propongo, es que volvamos a manifestarnos, el martes 9 de diciembre a las 5 de la tarde, frente a Televisa para demandar una respuesta al escrito que se les entregó, solicitando se garantice el derecho a la información.
Asimismo, pongo a consideración de ustedes que hagamos el compromiso de volver a reunirnos, en asamblea nacional, el día 25 de enero del próximo año a las diez de la mañana, en el Zócalo de la ciudad de México para evaluar los avances de nuestras acciones en defensa de la economía popular, presentar un programa alternativo para enfrentar la crisis y tomar las decisiones que correspondan.

Amigas y amigos:
Creo que todos sabemos de la importancia que tiene nuestro movimiento en estos momentos cruciales de la historia de México. Estoy convencido de que sólo despertando conciencias, con organización y con la participación activa del pueblo, podremos transformar la vida pública de México.
No hay otro camino. No estemos esperando que las cosas cambien de arriba para abajo. No esperemos que modifiquen su actitud los que se creen amos y señores de México. Está suficientemente demostrado, que a ellos no les importa el destino del país ni el sufrimiento de la gente. Recordemos que sólo el pueblo puede salvar al pueblo, que sólo el pueblo puede salvar a la nación.
Eso sí, como parte del trabajo de concientización, debemos tener claro quiénes son los que verdaderamente mandan y deciden en el país, y cómo operan. Yo tengo una opinión sobre este asunto que quiero compartir con ustedes. Desde mi punto de vista, el poder en México está concentrado en unas cuantas manos.
Hay un grupo de alrededor de 30 barones del dinero y de la política, que son los que realmente dominan. Por eso a veces pienso que estamos peor que en el porfiriato, porque entonces eran 300 familias.
Los potentados de ahora, que ni siquiera dan la cara; imponen su voluntad utilizando a dos partidos, a un pelele y a la televisión. Lo explico mejor: Es un hecho que este puñado de personas ya adquirieron las franquicias del PRI y del PAN, y usan a estos partidos de acuerdo a su conveniencia. También cuentan con un títere, al que impusieron en la Presidencia de la República.
Y lo que mejor les funciona, es que son dueños de los medios de comunicación más influyentes de México, en particular de la televisión, que utilizan no sólo para manipular sino para administrar la ignorancia y mantener el control político en el país.
Pero no son eternos, ni invencibles. La historia nos enseña que ninguna dictadura, por sutil o desalmada que sea, puede perdurar cuando despierta y se expresa de manera organizada la conciencia del pueblo.
Nosotros somos un ejemplo de ello. De cómo este grupo, a pesar de todo su dinero y de todo su poder, no ha podido destruir nuestro movimiento. Y vaya que lo han intentado; y sin duda, lo seguirán haciendo.
Pero hemos resistido, por eso están histéricos. Nos calumnian en la mayoría de los medios de comunicación, un día sí y el otro también. Los menos vulgares se la pasan diciendo que ya no representamos nada, que cada vez tenemos menos capacidad de convocatoria, pero eso sí, no dejan de ocuparse de nosotros. Si fuese cierto lo que repiten una y otra vez, entonces por qué nos quieren cercar, silenciar y nos atacan tanto.
Por eso también es indispensable que nosotros tengamos claro lo que realmente representamos y en dónde radica nuestra fortaleza. En primer lugar, debe tenerse en cuenta que somos millones de ciudadanos a nivel nacional, y que no sólo es la cantidad sino, fundamentalmente, que se trata de las mujeres y de los hombres más conscientes y comprometidos del país en la lucha por la dignidad, la justicia y la auténtica democracia.
También nos ayuda mucho el que tengamos autoridad moral, sobre todo en esta época de decadencia, cuando nuestros adversarios han optado por actuar sin ideales ni principios y se han entregado por entero a la mentira y a la corrupción.
De igual forma, es una ventaja el que representemos una oposición real, que seamos distintos y tengamos un proyecto diferente de nación.
Que, sin titubeos ni vacilaciones, estemos anclados en la izquierda, en el compromiso de luchar con firmeza por la igualdad y la justicia.
Por eso, amigas y amigos, no nos dejemos apantallar con las campañas de desprestigio. Que no nos aturda el ruido mediático. Levantemos la mira, tenemos la enorme responsabilidad de transformar la vida pública del país. Y entre todos hemos logrado levantar este movimiento, el más importante en la historia reciente del país.
¿Qué partido, qué organización política, agrupa a tantas mujeres y hombres concientes y comprometidos como los que forman parte de este movimiento?
¿Qué partido tiene la capacidad de movilización que tiene este movimiento?
¿Qué partido tiene la creatividad y el talento de quienes participan o simpatizan con nuestro movimiento?
Y lo más importante: ¿Qué partido representa la esperanza y la posibilidad de un cambio en beneficio del 90 por ciento de los mexicanos que ganan menos de 9 mil pesos al mes, como lo propone y busca nuestro movimiento?

Amigas y amigos:
Seamos capaces de actuar con una paciencia sin límites; es tan importante esta lucha que se requiere humildad, mística, trabajo cotidiano, perseverancia, mucha labor de convencimiento y una inquebrantable fe en las causas que defendemos.
Además, no olvidemos que no sólo buscamos un cambio en lo económico, lo político y lo social, sino que aspiramos a crear una nueva corriente de pensamiento que reconozca y exalte la cultura y la inmensa bondad que hay en nuestro pueblo.
Un nueva corriente de pensamiento para impedir el predominio del dinero, del engaño, de la corrupción y del afán de lucro, sobre la dignidad, la verdad, los valores morales y el amor al prójimo.

Amigas y amigos:
Nuestro movimiento nunca dejará solos a quienes luchan por la libertad y la justicia, y enfrentan y padecen el autoritarismo de la oligarquía y del régimen. Desde aquí refrendamos nuestro apoyo a los defensores de los recursos naturales y de los derechos humanos.
Exigimos la libertad de los presos políticos del país. No más saña contra los dirigentes encarcelados de Atenco.
No más agresiones al sector magisterial por defender sus derechos ante la reforma a la Ley del ISSSTE y por la llamada Alianza Educativa. Nuestra solidaridad con los trabajadores y técnicos de Pemex, que fueron despedidos por organizarse y defender sus derechos.
De manera especial, desde aquí, expreso mi más enérgica protesta por la agresión permanente que enfrenta el periódico POR ESTO! de Yucatán, que está siendo acosado injustamente por la Secretaría de Hacienda del gobierno usurpador, mediante la aplicación de constantes auditorías y todo, porque en ese diario se le llama a Calderón usurpador, lo que realmente es, un usurpador; y por ser uno de los pocos medios de comunicación que informa sobre nuestro movimiento.

Amigas y amigos:
Sigamos trabajando. Seguros de nosotros mismos. Seguros de que hemos elegido el más humano y el más acertado de los caminos. Seguros de que la razón siempre triunfa. Seguros de la victoria.
¡Viva el movimiento en defensa del pueblo, del petróleo y de la soberanía nacional!
¡Viva la resistencia civil pacífica!
¡Viva la dignidad!
¡Viva México!
¡Viva México!
¡Viva México!

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