Mar 21 2009 |
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Ricardo Andrade JardíMientras en el llamado “primer mundo”, el clamor popular manifiesta su rechazo a que el dinero público pague las deudas inmorales de los ricos, en el México de la usurpación se “legaliza” la inmoralidad política y con el cinismo se violenta la legalidad en nombre de la IMPUNIDAD y nuevamente convertida en la norma la corrupción empresarial se sale con la suya mientras la rastrera clase política se preocupa tan sólo de las “comisiones y las tasas de interés”.
Los bancos privatizados en nombre de la competitividad y el progreso saquean el país y hoy son intervenidos por gobiernos extranjeros que decidirán la suerte de “nuestra banca” y en realidad la suerte de lo poco que nos queda de país, entregada la soberanía bajo los discursos de la globalidad que evidencian, cada día con más claridad, la intervención directa del imperialismo en nuestra casa, en todas las decisiones de nuestras vida política y económica e incluso social.
México, como los cangrejos camina para atrás y repite los peores pasos del continente: el Plan Colombia, que no es otra cosa que el militarista e intervencionista ejercicio de que Estados Unidos ponga las armas y Colombia ponga los muertos, se convierte, pese al evidente fracaso, en la Iniciativa Mérida, y mientras la crisis financiera mundial demuestra con creces el fracaso económico del neoliberalismo, México, o la usurpación prianista, se aferra a seguir el inequívoco rumbo del fracaso, frente al mundo entero que se replantea nuevas estrategias, incluso dentro del capitalismo de bienestar, con el afán de salvar al insalvable e inmoral sistema, que en menos de dos décadas ha generado la peor de las miserias y ha destruido y asesinado millones de personas en nombre de la imposición de la cultura “universal” de la hamburcolademocracia.
La Casa Blanca interviene la banca privada de Estados Unidos y con ellos interviene también la banca reprivatizada mexicana. Será hoy Washington quien decida el rumbo financiero de “nuestra banca”, como ya decide la política territorial y muy pronto marcará el rumbo de la política educativa, la cual por otro lado cada día está más sometida a la “verdad universal” del imperialismo.
En fin, un par de años de la imposición chatarra han traído como resultado no sólo un Estado fallido, sino un desgobierno cínico que sirve única y exclusivamente a los peores intereses de las mafiocracias amorales, corruptas y protegidas por el manto de la peor de las IMPUNIDADES: La IMPUNIDAD institucionalizada.
Que nadie se equivoque, la competitividad en México, es equivalente a ser un político vulgar y corrupto, un exitoso y cretino de pacotilla, al servicio de una oligarquía mafiosa y estúpida, perdida, embotellada en un mundo de excesos, crímenes y vanidades.
Por Esto!
Los bancos privatizados en nombre de la competitividad y el progreso saquean el país y hoy son intervenidos por gobiernos extranjeros que decidirán la suerte de “nuestra banca” y en realidad la suerte de lo poco que nos queda de país, entregada la soberanía bajo los discursos de la globalidad que evidencian, cada día con más claridad, la intervención directa del imperialismo en nuestra casa, en todas las decisiones de nuestras vida política y económica e incluso social.
México, como los cangrejos camina para atrás y repite los peores pasos del continente: el Plan Colombia, que no es otra cosa que el militarista e intervencionista ejercicio de que Estados Unidos ponga las armas y Colombia ponga los muertos, se convierte, pese al evidente fracaso, en la Iniciativa Mérida, y mientras la crisis financiera mundial demuestra con creces el fracaso económico del neoliberalismo, México, o la usurpación prianista, se aferra a seguir el inequívoco rumbo del fracaso, frente al mundo entero que se replantea nuevas estrategias, incluso dentro del capitalismo de bienestar, con el afán de salvar al insalvable e inmoral sistema, que en menos de dos décadas ha generado la peor de las miserias y ha destruido y asesinado millones de personas en nombre de la imposición de la cultura “universal” de la hamburcolademocracia.
La Casa Blanca interviene la banca privada de Estados Unidos y con ellos interviene también la banca reprivatizada mexicana. Será hoy Washington quien decida el rumbo financiero de “nuestra banca”, como ya decide la política territorial y muy pronto marcará el rumbo de la política educativa, la cual por otro lado cada día está más sometida a la “verdad universal” del imperialismo.
En fin, un par de años de la imposición chatarra han traído como resultado no sólo un Estado fallido, sino un desgobierno cínico que sirve única y exclusivamente a los peores intereses de las mafiocracias amorales, corruptas y protegidas por el manto de la peor de las IMPUNIDADES: La IMPUNIDAD institucionalizada.
Que nadie se equivoque, la competitividad en México, es equivalente a ser un político vulgar y corrupto, un exitoso y cretino de pacotilla, al servicio de una oligarquía mafiosa y estúpida, perdida, embotellada en un mundo de excesos, crímenes y vanidades.
Por Esto!
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