De la televisión al poder
JUAN JOSé DALTON
Durante 12 años de guerra civil en El Salvador, los líderes guerrilleros del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) asumían que no tenían más opción que las armas para tomar el poder y transformar al país. El pasado domingo 16, esa organización ganó la presidencia de su país a través de las urnas. Ahora su principal figura no es un curtido excomandante rebelde, sino un popular periodista de televisión sin militancia política: Mauricio Funes Cartagena.SAN SALVADOR.– En noviembre de 1989 la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) tomó por asalto el lujoso hotel Sheraton durante su última ofensiva contra la capital. Casi 20 años después –el miércoles 18– en ese mismo hotel el Tribunal Supremo Electoral declaró ganador al FMLN en las reñidas elecciones presidenciales del pasado domingo 15.
Durante esa ofensiva de 1989, un comando guerrillero retuvo por varias horas en el Sheraton al brasileño Joao Baena Soares, entonces secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA). Ahora la OEA se convirtió en uno de los garantes de las elecciones presidenciales –a las cuales calificó de limpias y libres– y evitó cualquier intento de fraude por parte del partido de derecha en el poder: la Alianza Republicana Nacionalista (Arena).
Hace dos décadas el ejército tenía orden de capturar "vivos o muertos" a los cinco guerrilleros que encabezaron dicha ofensiva militar. Ahora el ejército vigiló, junto con la Policía Nacional Civil (PNC), el desarrollo de los comicios y esperó tranquilamente sus resultados.
Desatada la guerra civil (1980-1992), los líderes guerrilleros asumían que el FMLN no tenía más opción que las armas para tomar el poder y transformar al país. Ahora, esa organización accede a la presidencia a través de las urnas y su principal figura no es un excomandante rebelde, sino un periodista: Mauricio Funes Cartagena, quien ganó las elecciones con 51.32%, de los votos, apenas 2.6 puntos delante de su contrincante de Arena, Rodrigo Ávila.
Funes –sin militancia partidista, pero crítico de los gobiernos de derecha– es protagonista de un hecho inédito: por primera vez en la historia de esta pequeña y convulsionada nación centroamericana la izquierda llega al poder. Se trata de "un cambio trascendental, de un quiebre de la historia que ocurre sin disparar un tiro", resume a Proceso el historiador Roberto Turcios.
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