Feb 22 2009 |
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Pedro Díaz Arcia
Las minorías étnicas de Estados Unidos enfrentan las mayores dificultades ante la debacle de la crisis actual.
Suelen trabajar más, cobrar menos, se desempeñan muchas veces en labores que otros menosprecian y tienen prioridad a la hora de ir a las cárceles.
En enero la tasa de desempleo entre los hispanos fue del 9.7% que representa el nivel más alto desde 1995, mientras un estudio realizado por el Pew Hispanic Center en Washington dio a conocer el miércoles que ya en el año 2007 se habían convertido en el grupo étnico que mayor número de condenas recibe en cortes federales en Estados Unidos, al alcanzar el 40% del total de los sentenciados.
Es necesario apuntar que los hispanos representan sólo el 1% de la población adulta estadounidense.
Según el interesante reporte más del 72% de los hispanos condenados en el 2007 se encontraba ilegalmente en Estados Unidos; un 48% de los latinos fue sentenciado por delitos migratorios y el 56% recibió sentencia en cortes de cinco distritos del país, todos ellos fronterizos con México.
Lo que huele a “persecución fatal”.
Sin embargo, según un informe del jueves dado a conocer por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) el flujo migratorio neto de México cayó en la segunda mitad del 2008 en más de 50% respecto al año anterior.
Eduardo Sojo, director del INEGI, explicó que el descenso se explica por una menor cantidad de personas que salió del país y no por un mayor retorno de mexicanos.
Sojo aseveró que entre agosto del 2006 y el mismo mes del 2007 salieron del territorio nacional poco más de 933,000 personas, en tanto en el mismo período del 2007 al 2008 el número de emigrantes descendió hasta 645,000.
Sin embargo, ante las perspectivas…la duda.
Muchos pronostican que la contracción económica en la nación azteca obligará a los mexicanos a cruzar la frontera, aunque los empleos sean escasos en Estados Unidos.
Tanto para el Centro para el Progreso Estadounidense (Center for American Progress, CAP) como para el Consejo Nacional de La Raza (NCLR), una mejoría en la precaria situación de estas minorías dependerá de una “eficaz aplicación” del plan de estímulo que ascendente a 787,000 millones de dólares se propone la creación de empleos y una disminución en el crecimiento de la tasa de desocupados.
En el cuatro trimestre del 2008 los trabajadores hispanos recibieron, en sus pagos, aproximadamente 207 dólares menos que los blancos.
La situación es más grave para los inmigrantes indocumentados, quienes además de estar apremiados por dificultades con el idioma y en general con una ineficiente preparación educacional, son discriminados económica y socialmente.
En la esfera laboral, entre los negros, la tasa de desempleo fue del 12.6% un incremento de 3.7 puntos porcentuales durante el mismo período.
El nivel de desempleo entre los blancos aunque es del 6.9% y representa la mitad de la tasa de desempleo de la población negra, el aumento de 2.5 puntos porcentuales desde diciembre del 2007, constituye su nivel más alto desde 1983.
El ganés y primer secretario general africano de la ONU, Kofi Annan, en su discurso de despedida al concluir su mandato en diciembre de 2006, tras nueve años en el cargo, vaticinó que los principales desafíos que enfrenta la humanidad son el resultado de “un mundo en el que las divisiones amenazan el concepto mismo de comunidad internacional, sobre el que se basan las instituciones”.
Desde entonces, poco ha cambiado.
En este sentido, a veces no entiendo el controvertido espíritu con que las autoridades estadounidenses, cada cuarto jueves de noviembre, celebran el tradicional “Día de Acción de Gracias” en conmemoración de la primera cosecha de los peregrinos puritanos de Plymouth Rock, cuando reaccionan con tanta discriminación con los nuevos migrantes a quienes consideran tripulantes de tercera.
Una pluma inflamada por la emoción y la solidaridad llegó a escribir hace poco la consigna de: “Inmigrantes de todos los países ¡uníos!”.
¡Tal vez, no haya que llegar a tanto!
Por Esto!
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