Las equivocaciones matan

Las equivocaciones matan

Viernes, 19 de Diciembre de 2008 00:00

De quien se prestó a asesinar de una gastritis a una mujer violada por elementos del Ejército, de quien ha sido acusado de corrupción por un antiguo y prestigiado presidente de la institución que comanda y, a punto de irse, era razonable esperar un Segundo Informe Especial de la CNDH que dijera algo sobre el ejercicio efectivo del derecho fundamental a la seguridad pública en nuestro país. Por María Teresa Jardí Pero no descubre nada Soberanes porque incluso las cifras que da, aterradoras por lo que a la impunidad toca, están documentadas por diarios como el POR ESTO! — cada vez menos, hay que decirlo—, en los que se escribe la historia de lo que realmente ocurre, hoy, en México. Y de plano se le cae el Informe a Soberanes al proponer una vez más el rediseño de lo que no existe. No tenemos policía. Y siendo necesaria la intervención del Ejército Nacional, incluso, posiblemente, para hacer una limpia de “Zetas” y Kaibiles, desde el inicio ha sido equivocada la forma de sacarlo a la calle. Equivocada o pensada así para golpear al Ejército Nacional por la derecha capaz de contaminarlo todo. Mezclar al Ejército con los irrecuperables, para procurar seguridad y justicia, cuerpos policiacos que en México está comprobado hasta la saciedad que incluso son la cabeza de los secuestradores, salta a la vista que es un error mayúsculo y quizá de irrecuperables consecuencias. Pero, repito, quizá, es peor y no se trata de un error. Y de lo que se trata es de desprestigiar al Ejército Nacional en aras de darle cada día más poder al Ejército paralelo que se encuentra al servicio de quien ocupa la cabeza del Poder Ejecutivo o peor aún a la inversa y es la cabeza del Ejecutivo, hoy usurpada, la que se encuentra ya en manos de ese Ejército paralelo que no sabemos bien en qué anda cuando no agrede ciudadanos en su celo por no dejar que se acerque ni una mosca al usurpador en turno. Suenan a pago de la usurpación también los “errores” incomprensibles cuando, una y otra vez, se reiteran. El último: el nombramiento del general Del Real como segundo del cuestionadísimo amigo del usurpador Genaro García Luna. Cuando en todo caso se le debió entregar la SSP al general con todas sus consecuencias. Ponerla en manos del Ejército en tanto se crea la policía que falta. Pero a lo mejor está muy pensada la decisión de golpear, una y otra vez, al Ejército Nacional y si es así por eso se obliga al Ejército Nacional a coleccionar mujeres embarazadas lesionadas, cuando no asesinadas. Aunque haya que reconocer igual que no es lo mismo asesinar por miedo, entendible, aunque no justificable, que asesinar violando aunque haya quien se preste a hacerlo pasar como una gastritis. No hay manera de regresar al Ejército Nacional a sus cuarteles sin antes crear a partir de cero una policía honorable y especializada. No hay manera sin refundar antes las instituciones de la república. Y por eso no deja de ser cada vez más preocupante el desprestigio que con lo ocurrido en los retenes se propicia. Es increíble que en tan sólo unos cuantos días sean dos mujeres embarazadas las agredidas sin que esto haya sido decidido en los sótanos desde los que despacha la derecha apoderada del poder político. Está demostrado que la derecha mexicana es capaz de cualquier perversión por más grande que sea. Ahí está Fox como demostración y ni qué decir de la protección de Calderón a Mario Marín y a Ulises Ruiz y de plano deja sin habla la defensa del usurpador a García Luna. Está demostrada para la historia la perversidad genética, se podría decir, que acompaña a la derecha, con la sucia campaña presidencial del nada probo panista Calderón que en el IFE tenía al hermano arreglando a modo la elección. El PAN es una mierda y aunque algunos antes y otros todavía quieran creer que no lo es, la realidad, terca que es, se impone cada día. Mal harían las ONGs en creer que la foto con Raúl Castro reivindica al usurpador. En Chihuahua, con Barrio, se erradicó la tortura, pero, porque así convenía a la derecha que Carlos Salinas encabezaba entonces mientras sentaba las bases de lo que luego vendría. Pura farsa, 5,000 ejecutados y 98% de los delitos impunes son la muestra.