La “Operación limpieza” debe ampliarse a todos los poderes |
Sábado, 13 de Diciembre de 2008 00:00 |
Alvaro Cepeda Neri Prólogo Político Con todos sus “peros” el combate al narcotráfico y la delincuencia organizada es una decisión que el calderonismo lleva a cabo, y si bien acusa graves errores en una estrategia que apenas está configurándose, no deja de ser la respuesta al desafío criminal al gobierno federal y al reclamo social contra ese terrorismo que vulnera la paz en la sociedad y pervierte la conducta de los que se integran a ese modo de vida y donde las facilidades económicas hace atractivo alquilarse como sicarios y empleados de los capos de las drogas. A consecuencia de esa lucha se ha implantado la “operación limpieza” en los cuerpos policiacos de la PGR (que sigue dependiendo del “señor presidente”) y de todo el Poder Ejecutivo, es decir: del presidencialismo. Esa “limpieza” arroja ya varias purgas que expulsan a connotados funcionarios policiacos, de muy alto rango, que servían al narcotráfico a cambio de cuantiosos sobornos. Las policías, en lugar de estar a favor de la ley y al cuidado de la sociedad, protegen a los que han sido detenidos, investigados y consignados al ministerio público federal, y sirven a la delincuencia organizada. Y por eso en gran medida era una farsa su combate y los mexicanos generalmente desconfían de los servicios de seguridad pública. La “operación limpieza” es también una decisión calderonista indispensable. Existen, ciertamente, policías que cumplen con su deber y esto permite que la inseguridad no haya llegado más allá de retar al gobierno, con todo y que a veces la criminalidad lleva la delantera con sus baños de sangre. La “limpieza” de cuadros policiacos y la lucha contra el narcotráfico, todavía desigual a favor de los delincuentes, son la pinza federal que han de apretar más y que los mexicanos, por la paz social, necesitamos. Y que debe llegar, como lo planteó Calderón, hasta los jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial de la Federación. Y en las entidades impedir que los (des)gobernadores manipulen con sobornos a los jueces federales o los presionen, ya que por esa rendija existen apoyos al narcotráfico y ha dado lugar a la narcopolítica, cuando se unen policías y funcionarios con esos delincuentes. La limpieza, pues, debe extenderse hasta los poderes legislativos federal y de las entidades. En suma, ha de limpiarse todo el sistema de poderes y meterse a fondo en los bancos e instituciones donde funcionarios y delincuentes guardan, invierten y comercian para “lavar” el dinero de las drogas. Necesita la Nación que no escape a esa depuración ningún sector, lo que implica vigilar a los empresarios, ya que el narcotráfico, como un cáncer, ha invadido al sistema y son sus altos funcionarios, banqueros y empresarios los que encubren y participan de la criminalidad. La limpieza aplicarse sin excepciones hasta sus últimas consecuencias. No hay otro método para más o menos reducir la corrupción actual que ya contaminó a los integrantes de todos los poderes del Estado. cepedaneri@prodigy.net.mx |
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