Apr 27 2009 |
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Juan José Morales
Impacto Ambiental
Impacto Ambiental
Ahora que se habla de crear un santuario del tiburón ballena en la zona de Holbox —donde cada año se congregan grandes cantidades de ese gigantesco animal—, vale la pena mencionar a otros escualos notables que habitan aguas de la península: los llamados tiburones durmientes de Isla Mujeres, que también constituyen una curiosidad biológica y un atractivo turístico.
En efecto, de los tiburones se dice que no pueden mantenerse en reposo sino que deben nadar incesantemente para hacer pasar el agua de manera forzada por sus branquias y así, recibir de ella el oxígeno que requieren. Esto es cierto para la mayoría de las especies, pero no para el que ahora nos ocupa, el Carcharhinus perezi, conocido comúnmente como tiburón de arrecife. Este tiburón puede pasar inactivo largos períodos, sin moverse, sumido en una especie de sopor o letargo y, a pesar de ello, obtiene el oxígeno necesario.
Su extraño comportamiento fue descubierto hace más de 30 años por un pescador de Isla Mujeres apodado “Válvula”, cuyo nombre se nos escapa a la memoria, y el buzo y camarógrafo Ramón Bravo. Pero como algunos periodistas e investigadores norteamericanos le dieron difusión internacional al asunto, hay quienes creen que los descubridores fueron extranjeros y no mexicanos.
En un principio se pensó que los tiburones aprovechaban las corrientes submarinas. Es decir se instalaban en lugares, como las cuevas donde habitualmente duermen, donde la topografía del fondo hace que el agua circule a gran velocidad, y podían así recibir en las branquias un flujo continuo, como si estuvieran nadando. También se habló de que en las cuevas había afloramientos submarinos de agua dulce que disminuían la salinidad y contribuían a mantener aletargados a los tiburones.
Ahora se sabe que, como pocas otras especies de tiburones, sí pueden bombear agua a través de las branquias y no dependen exclusivamente del flujo forzado. Por lo tanto no están obligados a nadar todo el tiempo, sino que pueden respirar aún sin avanzar ni un milímetro.
Gracias a esta característica desarrollada a lo largo de millones de años de evolución, el Carcharhinus perezi se convirtió en una atracción turística local de Isla Mujeres, al igual que el tiburón ballena lo es en Holbox. Los buzos aficionados bajan a las cuevas donde reposan y ahí pueden observarlos de cerca e inclusive tocarlos y fotografiarse junto a ellos, sin que salgan de ese sopor. Pero sería mejor no confiarse en exceso. Recientes estudios han llevado a la conclusión de que es potencialmente muy peligroso. De hecho, un experto del Registro Internacional de Ataques de Tiburones, George Burgess, asegura que es el tiburón más agresivo en toda el área del Caribe y, en general, en el Atlántico occidental. Ataca sin provocación y sin el propósito de obtener alimento.
Según Burgess, el tiburón de arrecife es responsable de numerosas agresiones a buzos y nadadores en aguas claras, donde no hay posibilidad de un encuentro accidental como sucede en aguas turbias. Su agresividad, sin embargo, había pasado inadvertida porque, como no tiene rasgos distintivos que permitan identificarlo fácilmente, muchos de sus ataques se atribuían a otras especies con las cuales se le confunde, como el tiburón galán Carcharhinus limbatus.
Hay que aclarar, sin embargo, que su comportamiento agresivo se ha observado cuando nada libremente, no mientras se encuentra en estado de somnolencia. No puede decirse, entonces, que quienes se acercan a un tiburón dormido estén coqueteando con la muerte ni cosa que se parezca. Con las precauciones necesarias, cualquier buzo aficionado, en compañía de un guía experimentado, puede contemplar ese singular espectáculo que son los tiburones durmientes de Isla Mujeres. Por Esto!
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kixpachoch@yahoo.com.mx
En efecto, de los tiburones se dice que no pueden mantenerse en reposo sino que deben nadar incesantemente para hacer pasar el agua de manera forzada por sus branquias y así, recibir de ella el oxígeno que requieren. Esto es cierto para la mayoría de las especies, pero no para el que ahora nos ocupa, el Carcharhinus perezi, conocido comúnmente como tiburón de arrecife. Este tiburón puede pasar inactivo largos períodos, sin moverse, sumido en una especie de sopor o letargo y, a pesar de ello, obtiene el oxígeno necesario.
Su extraño comportamiento fue descubierto hace más de 30 años por un pescador de Isla Mujeres apodado “Válvula”, cuyo nombre se nos escapa a la memoria, y el buzo y camarógrafo Ramón Bravo. Pero como algunos periodistas e investigadores norteamericanos le dieron difusión internacional al asunto, hay quienes creen que los descubridores fueron extranjeros y no mexicanos.
En un principio se pensó que los tiburones aprovechaban las corrientes submarinas. Es decir se instalaban en lugares, como las cuevas donde habitualmente duermen, donde la topografía del fondo hace que el agua circule a gran velocidad, y podían así recibir en las branquias un flujo continuo, como si estuvieran nadando. También se habló de que en las cuevas había afloramientos submarinos de agua dulce que disminuían la salinidad y contribuían a mantener aletargados a los tiburones.
Ahora se sabe que, como pocas otras especies de tiburones, sí pueden bombear agua a través de las branquias y no dependen exclusivamente del flujo forzado. Por lo tanto no están obligados a nadar todo el tiempo, sino que pueden respirar aún sin avanzar ni un milímetro.
Gracias a esta característica desarrollada a lo largo de millones de años de evolución, el Carcharhinus perezi se convirtió en una atracción turística local de Isla Mujeres, al igual que el tiburón ballena lo es en Holbox. Los buzos aficionados bajan a las cuevas donde reposan y ahí pueden observarlos de cerca e inclusive tocarlos y fotografiarse junto a ellos, sin que salgan de ese sopor. Pero sería mejor no confiarse en exceso. Recientes estudios han llevado a la conclusión de que es potencialmente muy peligroso. De hecho, un experto del Registro Internacional de Ataques de Tiburones, George Burgess, asegura que es el tiburón más agresivo en toda el área del Caribe y, en general, en el Atlántico occidental. Ataca sin provocación y sin el propósito de obtener alimento.
Según Burgess, el tiburón de arrecife es responsable de numerosas agresiones a buzos y nadadores en aguas claras, donde no hay posibilidad de un encuentro accidental como sucede en aguas turbias. Su agresividad, sin embargo, había pasado inadvertida porque, como no tiene rasgos distintivos que permitan identificarlo fácilmente, muchos de sus ataques se atribuían a otras especies con las cuales se le confunde, como el tiburón galán Carcharhinus limbatus.
Hay que aclarar, sin embargo, que su comportamiento agresivo se ha observado cuando nada libremente, no mientras se encuentra en estado de somnolencia. No puede decirse, entonces, que quienes se acercan a un tiburón dormido estén coqueteando con la muerte ni cosa que se parezca. Con las precauciones necesarias, cualquier buzo aficionado, en compañía de un guía experimentado, puede contemplar ese singular espectáculo que son los tiburones durmientes de Isla Mujeres. Por Esto!
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