La lección del “swine flu” mexicano
por Lydia CachoParece la escena de una película de suspenso. En aeropuertos se escuchan altavoces con indicaciones para evitar un mayor contagio del virus de Influenza mexicana A/H1N1. En las calles la gente enmascarada camina con miedo de saludarse y mira con recelo a quien tose o estornuda. Los medios y las autoridades nos han dado todas las instrucciones y seguramente, pese a su gravedad, la ciencia y el buen control sanitario detendrán pronto esta pandemia del virus que mutó en México y que ya en el mundo llaman “el flu mexicano”.
El virus de la influenza porcina A/H1N1 mutó en el cuerpo de algún mexicano por primera vez en 2009, al menos eso dicen los científicos. Lo cierto es que la trágica muerte de casi 90 personas en México y el contagio de más de 25 en Estados Unidos nos recuerda la fragilidad humana y que a pesar de la soberbia los humanos tenemos muy poco bajo control. El virus que aterra a la población y que ha forzado al gobierno estadounidense a dar alerta sanitaria por miedo a una pandemia mortal, se gestó en el cuerpo de un cerdo en alguna granja, por eso los controles fitosanitarios nunca deben subestimarse.
Existen por lo menos 39 enfermedades importantes que son contagiadas por los animales a las personas. Se llaman zoonosis. Hay sólo 48 enfermedades humanas que sufren las personas a causa de piquetes o mordidas de insectos. En México el dengue, contagiado por mosquitos, se transformó en dengue hemorrágico que ha matado sobre todo a niños y mujeres en zonas tropicales del país. Hay 42 enfermedades cuyo contagio depende del consumo de agua, vegetales o carne contaminadas por heces animales. Los gatos contagian la toxoplasmosis; la gente con sistemas inmunes débiles no debe acercarse a orina o heces de gatos y las mujeres pueden tener abortos espontáneos a causa de ella.
Las zoonosis la contagian mascotas y ganado, animalitos tiernos y simpáticos o serpientes e insectos que amedrentan. La rabia, la peste bubónica, la fiebre amarilla y las más recientes y sofisticadas que han aterrado al mundo, como la encefalitis del Nilo, la Tuberculosis bovina, el Ébola, la Listeria, el Antrax o la influenza aviar, que generó pánico mundial hace un par de años, todas nos recuerdan la importancia y responsabilidad de los gobiernos para proveer a la sociedad de servicios de salud adecuados, efectivos y accesibles.
El gobierno del DF ha ofrecido 2 millones de pesos a científicos que encuentren cura o vacuna contra el Flu mexicano, y aunque es cierto que las autoridades han actuado bien en la detección y prevención del contagio, esta crisis nos recuerda que el Estado mexicano sigue despreciando la inversión en ciencia. Que se controle la epidemia dependerá de la detección y fácil acceso a antivirales para todos los enfermos. Además de la revaloración de nuestra salud, espero que una de las lecciones para el gobierno de Felipe Calderón sea la inversión efectiva y real en desarrollo científico y tecnológico. No podemos evitar las enfermedades, pero sí estar preparados para ellas.
Zocalo-Saltillo
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