No acepta que militares de Estados Unidos acompañen a soldados mexicanos en su lucha contra el narcotráfico y el Crimen Organizado
MEXICO, D.F., 7 de abril (LA JORNADA).- Estados Unidos solicitó al gobierno mexicano que sus soldados participen como “observadores” en acciones de detección y detención de “células de grupos radicales” que realicen las fuerzas castrenses mexicanas, revelaron miembros del gabinete de seguridad nacional.
Lo anterior fue revelado a La Jornada por funcionarios de alto nivel del gobierno espurio de Felipe Calderón, luego de que se informaran los resultados alcanzados en la junta de comandantes fronterizos México-Estados Unidos que se realizó del 31 de marzo al pasado 2 de abril en Hermosillo, Sonora.
Las fuentes consultadas revelaron que los militares mexicanos encabezados por el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Guillermo Galván Galván, aceptaron intercambiar información de grupos subversivos, cárteles del narcotráfico, presuntos integrantes de grupos terroristas que sean detectados en territorio mexicano, y pandillas como las Mara Salvatrucha, pero no el “acompañamiento” de militares estadounidenses.
Anualmente desde 1992, los mandos militares de México y Estados Unidos se reúnen para diseñar estrategias de combate al crimen organizado y acordar cursos de capacitación adiestramiento para los efectivos de la Sedena, esta vez se llegó a cuatro acuerdos fundamentales.
El primero de ello tiene que ver con un “intercambio de información de inteligencia sobre cárteles de la droga, delincuencia organizada, grupos terroristas y aquellos que también sean considerados un peligro para la seguridad nacional de ambas naciones”, señalaron los funcionarios consultados.
En ese contexto, “al intercambio de información considerada sensible se sumarán todos los datos relacionados con pandillas como los Mara Salvatrucha, grupos paramilitares como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y también el Ejército Popular revolucionario (EPR)”.
En este punto, de acuerdo la información que se pretende recabar busca establecer “la movilidad de los grupos criminales, fuerza operativa humana, material y económica, así como la ubicación de sus células, para localizar y aprehender a los líderes”.
Un segundo punto de los acuerdos alcanzados tiene como finalidad “capacitar a grupos de elite de ambas naciones en combate al crimen organizado”, y exclusivamente, según las fuentes consultadas, “serán solo grupos de militares mexicanos y ninguno de corporaciones policiacas los que se capacitarán en Estados Unidos en materia de combate al terrorismo”.
Asimismo, los militares que sean seleccionados para participar en estos cursos, recibirán entrenamiento en México “acerca de la movilidad en zonas de difícil acceso para combatir guerrilla y carteles de la droga”.
Como tercer punto de los acuerdos, “ambas naciones se comprometieron a respetar la autonomía de cada país”.
Sin embargo, las fuentes consultadas revelaron que el gobierno de Estados Unidos solicitó a las autoridades mexicanas que se autorice a sus soldados participar como “observadores” de las acciones que lleve a cabo la milicia mexicana, “sólo cuando se detecte que en México hay células de grupos radicales”.
Como último punto, las fuerzas armadas estadounidenses apoyarán a México con dispositivos e instrumentos de alta tecnología para rastrear, seguir, investigar, detectar y encontrar a los miembros de los cárteles mexicanos.
Entre los acuerdos está que los militares mexicanos podrán hacer uso de los radares satelitales propiedad de las autoridades estadounidenses.
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