Cancún, ¿otra Tijuana?

Feb 06 2009

Cancún, ¿otra Tijuana?

Francisco Rodríguez
Indice Político

“El crimen hace iguales a todos los contaminados por él”.

Marco Anneo Lucano

Como fruta podrida que atrae a las moscas, así Cancún se ha convertido en una plaza irresistible para la delincuencia organizada nacional e internacional. Con todo respeto para miles de familias que ahí viven y para otras muchas más que aún –subrayo: aún— acuden ahí a vacacionar, el balneario turístico más importante del país se ha convertido ya en “la Tijuana del Sur”.
Lo que se vive en Cancún, lo mismo que lo padecido en Tijuana, y a todo lo largo del territorio nacional, es consecuencia directa no del Estado Fallido que se augura, sino de gobiernos disfuncionales. Que no cumplen con la mínima de sus funciones.
No es cuestión de partidos. Tijuana arribó a su situación actual bajo la égida de un gobierno local priísta, el de Jorge Hank Rohn. En Cancún el gobierno es perredista –chuchista, para más señas—, y lo encabeza un peculiar personaje, por decir lo menos, a quien le gusta que le llaman por su alias: “Greg”.
La administración edilicia de Cancún es hoy fruta podrida. Los ojos de la opinión pública nacional y mundial lo atestiguan ahora que, otra vez, la isla destaca en los mapas de la criminalidad, tras la tortura y asesinato del General Mauro Enrique Tello, presuntamente a manos de las bandas delincuenciales que ahí se asientan.
Porque las moscas están sobre esa fruta podrida. Los antecedentes de “Greg” hablan por sí mismos. Ligado y familiarizado con presuntos criminales. Uno de sus hermanos, por ejemplo, apenas en enero fue aprehendido por la PGR, que lo acusa de encabezar una banda de secuestradores.
No es nada más el “gobierno” municipal cancunense. El colega Ramsés Ancira me dice en un correo lleno de verdades que “con la muerte del General Mauro Enrique Tello Quiñónez, se confirma que la guerra de Felipe Calderón al crimen organizado va de menos a más: Ahora se trata del militar mexicano de mayor rango jamás asesinado en México, antes, del mayor número de ejecuciones en Chihuahua; del mayor nivel de indiferencia en un país que no tiene una guerra declarada ante el alcance a miles de la cifra de muertos.
“La guerra de Calderón va de menos a más, cada vez hay más menores de 18 años víctimas del crimen organizado; cada vez más los jóvenes desempleados y sin esperanza que prefieren arriesgarse a vivir unas semanas o tal vez meses en peligro, pero con troca, y poder, que toda una vida en la crisis económica; cada día es más patente la impunidad ante el crimen; cada vez más notoria la actividad desalmada de los capos; cada vez más hermosas las mujeres que pueden seducir.
“Cada vez es más la incapacidad del Estado Mexicano de procesar a sus delincuentes peligrosos, a los que prefiere mandar a ser castigados en otros países; cada vez más la burla al Gobierno, porque si los monopolios que usan el espectro aéreo mexicano para transmitir sus comerciales pueden hacer lo que se les dé la gana, ¿por qué no habrían de hacerlo los narcotraficantes que pagan cuotas en las carreteras y servicios profesionales de policías y militares para que los cuiden en el trasiego?”.
Llena de verdades, la comunicación de Ancira quien, además, pregunta:
“¿Cómo puede ser posible que un funcionario mexicano encargado de combatir al narcotráfico haya desaparecido cinco horas antes de ser asesinado?
“Hasta a los perros les colocan chips con sistemas de posicionamiento global que permiten su localización, ya no se diga a los vehículos, ¿por qué no a un funcionario con tamaño reto?
“La respuesta está en un gobierno tecnológicamente analfabeto, al que sólo le interesa la investigación y la ciencia, cuando se trata de discursos.
“El General torturado cinco horas antes de ser asesinado no tenía un encargo menor: Cancún es uno de los principales puntos de arribo de la cocaína a nivel mundial. Sólo un chofer, seguramente un trabajador que nada tiene que ver con delitos mayores y un escolta, acompañaban al hombre que se encargaría de tan magna tarea.
“La guerra contra el narcotráfico (jejeje) no sólo se pierde por ser tan desproporcionada, sino porque el Estado Mexicano sólo sabe arreglar las cosas a balazos. De la inteligencia policiaca ¿para qué hablamos? De la inteligencia para conducir a un país, parece que andaba en Davos, dando consejos sobre Fobaproas o algo así...”

Indice Flamígero: Los alcaldes de la facción chuchista del PRD (Ecatepec, México; Jiutepec, Morelos; Nezahualcóyotl, México) se movieron rápido en torno a su homólogo “Greg” Sánchez. Agrupados en un membrete denominado Asociación de Autoridades Locales de México se solidarizaron con él por el asesinato del General Tello. ¿Por qué con él? ¿Alguien lo ha señalado? Mientras, Carlos Navarrete, coordinador de la misma fracción en el Senado, le conseguía a “Greg” entrevistas en la radio. ¿Pasos en la azotea?
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