Entre mentiras, claras muestras de cinismo, despojos patrimoniales y económicos, ejecuciones, componendas entre narcotraficantes y autoridades y un concurso para coronar a la política más bonita, a la que merezca que la llamen “mi reina”, se debatieron las últimas 24 horas. Felipe Calderón encabeza tanto la mentira como el cinismo. Ahora resulta que declara que no ocultará la verdad sobre la gravedad de la crisis económica, o sea que acepta que antes sí, que engañó con su famoso blindaje, con el de las finanzas sanas, con ese optimismo de quien engaña para cumplir encomiendas de otro nivel, dirigidas al beneficio de sus amos y cómplices.
Esta declaración es también una clara muestra del cinismo que lo acompaña ya que el país está, en sus palabras, siendo víctima de una neumonía, misma que lo tiene en el área de terapia intensiva y con pocas posibilidades de salir adelante si los médicos siguen siendo los mismos y las medicinas son adquiridas en las farmacias de “similares”. Los integrantes del gabinete económico encabezados por Agustin Carstens ya también hacen sus pronósticos fatales, pasó el tiempo de ocultar y llegó el momento de echar mano de las divisas, de sacar a subasta más dólares, de continuar exprimiendo lo poco que queda.
Así y tal como lo señalamos a usted hace unos días, la debacle alcanza a millones de usuarios de tarjetas de crédito, el desempleo va en franco crecimiento y las distintas empresas encargadas de mediciones se disputan el honor de dar a conocer las más altas cifras. Asegura el michoacano que no habrá ajustes y que se utilizará, también, el seguro petrolero, ese que todos ignoramos a cuánto asciende, qué cubre, cuál es el monto real que pagarán la o las aseguradoras. Así que habrá que sumarle a las reservas la utilización de este otro renglón y ambos serán para enfrentar, nada más, el gasto corriente, ese que se significa por una carga burocrática brutal, por el exceso en los gastos para viajes, en todas las prebendas y bonos que gozan los del equipo calderonista.
Lo cierto es que a Felipe Calderón se le deshace el país en las manos, por lo que ante la incompetencia del gobierno federal tendrá que ser la sociedad organizada quien haga frente a los dos principales desafíos de la Nación en la actualidad: la terrible inseguridad pública y la crisis económica que día a día provoca la devaluación de nuestra moneda, el cierre de empresas, lanza a la calle a miles de trabajadores y va deteriorando el nivel de vida de los mexicanos..
Calderón no puede ya engañar a nadie sobre el tamaño del impacto que tiene la crisis en México, pues ya se resiente en cada uno de los hogares a lo largo y ancho del territorio nacional. La prueba más visible del enorme choque que tiene en el país la crisis financiera internacional es precisamente la devaluación del peso frente al dólar, que cerró este martes hasta en 14.76 unidades por la divisa verde, a pesar de que el Banco de México intentó infructuosamente detener esta devaluación con la colocación de 400 millones de dólares en las subastas de ayer, acción que no sirvió para nada.
Presionado por la continua salida de flujos de mercado –“capitales golondrinos”- ante los constantes temores sobre la salud de la economía de Estados Unidos, el peso cayó 2.06 por ciento frente al dólar y llevó al nivel más débil de su historia; depreció su valor hasta en 30 centavos frente a la divisa verde respecto al cierre del pasado viernes en las sucursales bancarias capitalina. En bancos de algunos estados del país, el dólar cerró su cotización a la venta hasta en 14.78 pesos, mientras que a la compra ubicó su mínimo en 13.78 pesos.
El resultado de la gestión calderonista al frente del gobierno federal en materia económica ha sido el desastre. La economía nacional en su conjunto muestra a la fecha un “drástico deterioro”, debido a la caída de la actividad manufacturera y el debilitamiento en el comercio y los servicios. Sobre el particular, el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) reportó que su Indicador Manufacturero se situó en 42.9 puntos en el primer mes de 2009, lo que implicó una disminución de 0.9 puntos con respecto a diciembre de 2008 y 5.7 puntos en comparación con el mismo mes de 2008. Dicho indicador alcanzó su mínimo histórico y sumó siete meses consecutivos por debajo del umbral de los 50 puntos. Este registro es provocado por el debilitamiento de la demanda externa reflejada en la baja de las exportaciones de México.
También el Indicador IMEF No Manufacturero registró en enero pasado una nueva caída, esta vez de 2.4 puntos, para ubicarse en un nuevo mínimo histórico de 43.7 puntos, lo que ratifica que las actividades de comercio y servicios se encuentran en recesión.
Por Esto!
miércoles, 4 de febrero de 2009
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