Dec 24 2008 |
|
Conjeturas
Alvaro Cepeda Neri
La reportera Anabel Hernández (su última investigación de largo aliento: Los cómplices del presidente) que ejerce el periodismo en la revista digital Reporte índigo por internet, nos ha compartido, con documentado sustento, su indagación para develar la sustancia del expediente religioso del divorcio eclesiástico de Vicente Fox, otro más de los presidentes del montón que hemos padecido, y su ya ex esposa Lilián de la Concha.
Complicadísimo proceso, con base al Código del supuestamente derecho canónico, requirió del veredicto de dos peritos psiquiátricos, quienes concluyeron para reforzar los argumentos de los abogados, que Fox padecía “serios trastornos psicológicos en grado de narcisismo; además de histriónico e histérico, personalidad.
La otra personalidad fue la del loquito de Los Pinos, histriónico en el sentido de farsante; chistoso pesado y de arrebatos que corrompieron el ejercicio de poder presidencial y le causó severísimos daños al país.
Allá en Ecuador también hubo un presidente enloquecido. Se apellidaba Bucaram y fue destituido del cargo cuando se comprobó que era un desquiciado y retrasado mental. Más o menos así fue el Bucaram guanajuatense (hijo de española y de padre estadounidense). Las locuras foxistas aparecieron desde antes de su campaña presidencial, cuando fue diputado. Todos sus cargos por el PAN.
Zedillo, entre sus perversidades, en complicidad con su empleado Liébano Sáenz, se dieron cuenta de que Fox (porque no hay loco que coma lumbre) los encubriría, decidieron cerrarle el paso al PRI (para acabar con Madrazo y Labastida) y al cerrar las llaves del dinero (en el ajo estuvo el ahora panista Diódoro Carrasco) y con escasos votos de más entregarle la presidencia al PAN por medio de Fox.
Zedillo, sólo por lo del FOBAPROA, debería estar ahora en la cárcel, pero Fox lo dejó huir con las asesorías que le dieron a Zedillo las empresas que privatizó. Después el Bucaram panista hizo y deshizo del cargo presidencial desde la misma noche de su toma de posesión, cuando se quitó el saco, la corbata, la Banda Presidencial y se fue al festival romano que organizó, bajando hasta la Plaza de la Constitución y gritando desaforado: “¡Ay te voy Mijares!”, el cantante que Fox contrató.
Así que con el reportaje comprobamos que, si bien fue un presidente del montón, Fox fue el Bucaram al que muchos pedimos que destituyeran, pero los panistas lo defendieron en lugar de ponerle una camisa de fuerza y recluirlo en un psiquiátrico. cepedaneri@prodigy.net.mx
Por Esto!
No hay comentarios:
Publicar un comentario