Jun 09 2009 |
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María Teresa JardíEl virtual contrato social que firman gobernantes y gobernados que con la llegada de la humanidad al siglo XXI se va rompiendo en el mundo entero. Pero roto está en países empeñados en caminar para atrás, imitando a los cangrejos sin las razones del mundo animal, en México. Contrato social que establece funciones para las dos parte firmantes. Contrato que establece que el rompimiento trae, por igual para gobernados que para gobernantes, severos castigos.
Tiempos electoreros y convertido México en un campo de batalla en medio de una guerra que no tendría que haberse convertido en nuestra. Literalmente sin gobierno, ni federal ni estatales, que entiendan su cometido, van quedando en el tintero y peor aún no van alcanzando la indignación necesaria en los pueblos para poner los candados con las armas legales en la mano, los hechos que en otros lugares, por la vía de esas armas, logran, el alto en el camino, la destitución y los ceses, el cambio pacífico, que el debido castigo promueve. Ahí entiendo, en su vocación pacifista, reconocible, pero que a estas alturas lejos de aglutinar logra lo contrario y no me refiero a que tenga que llamar a un levantamiento armado ni nada que se le parezca, simplemente quiero decir que el llamado de AMLO a acudir a las urnas no va a encontrar respuesta en el movimiento ciudadano, porque AMLO también olvida los muchos mensajes ciudadanos exigiendo que otros componentes fueran por los partidos de izquierda los elegidos como legisladores en el caso de las intermedias. Los ciudadanos también somos desoídos por AMLO y no hay manera de pensar, sin equivocarnos otra vez, que las cosas sí van a ser distintas esta vez.
Y entre las cosas gravísimas que vienen ocurriendo una tiene que ver con la desprotección en la que se va dejando a los menores de edad pobres que habitan a lo largo y ancho de nuestro país. Y la otra con el avance soterrado para cancelar toda la educación pública y gratuita.
En Yucatán el POR ESTO! denunció el abuso y la trata de niños por parte de pederastas. Lo que no ameritó, a pesar de las escandalosas conversaciones del góber precioso, conocidas de manera pública por propios y por ajenos, que en Puebla, como protector de pederastas continúa ejerciendo el cargo que en cualquier otro lugar del mundo habría perdido.
En el Distrito Federal la escandalosa desaparición de niños ¿vendidos? en la guardería conocida como “Casitas del Sur” concesionada, también, a una de las múltiples iglesias o sectas, que ante la debacle de la católica, proliferan en el país con la venia gubernamental, incluso cuando han sido denunciadas una y otra vez como las que llegan a las comunidades indígenas para facilitar la desintegración a base de romper el tejido social, enemistando incluso a los integrantes de las propias familias.
Ni qué decir del siniestro ocurrido en la guardería del IMSS, en Hermosillo, en el estado de Sonora. Se ha informado que operan un poco más de mil quinientas guarderías subrogadas por el IMSS. El Seguro Social otorga recursos a particulares para prestar el servicio que ese instituto debe prestar. Y ese es justamente el caso de la guardería siniestrada. Ya son cuarenta y tres menores muertos. Y ya ha salido a luz pública la información que señala que el fuego empezó en una bodega del inmueble alquilado para ese menester que, curiosamente, pertenece a la familia de la mujer de Calderón. 43 menores pobres asesinados a cambio de unos pesos cobrados o robados por otros a los que todo sobra. Sin salidas de emergencia, sin supervisiones, por más que ahora quieran decir que sí y así es como todo va operando en este país sin controles, sin renuncias ni mucho menos ceses fulminantes, sin suicidios de secretarios de Estado responsables, sin que nada pase, hasta que pase, y entonces será demasiado tarde…
Por Esto!
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