domingo, 14 de junio de 2009



Jun
14
2009
Mafia controla Migración
A cambio de fuertes sumas, varios funcionarios de esa dependencia federal “arreglan” todo tipo de documentos a extranjeros para su internación al país/ La encabeza Hernán Vega Burgos
Hernán Vega Burgos convirtió la delegación regional del Instituto Nacional de Migración en Mérida, en una auténtica cloaca de corrupción.
Una mafia perfectamente organizada opera en la delegación regional del Instituto Nacional de Migración, cuyos integrantes, encabezados por Hernán Vega Burgos, aprovechan sus cargos para “arreglar” todo tipo de documentos, a cambio de cuantiosas sumas.Los operadores de Vega Burgos son María de los Angeles García Ortiz (a) “Margie”, asistente personal del ex delegado; Martha Cruz Guzmán, directora del Jurídico y pareja sentimental del cesado funcionario; Alejandro Barrera Perera, subdelegado en el Aeropuerto, e Iván Enrique Zavala Toraño, responsable del aérea de Estadística, entre otros.Esta mafia de funcionarios está al servicio del crimen organizado, que opera una red internacional de prostitución en la más absoluta impunidad, gracias a las “cuotas” en efectivo y en “especie” que pagan sus regenteadores a los funcionarios del INM.Keysi Johana González Corrales, la “madame” que surtía de prostitutas a Vega Burgos y asociados, organizaba bacanales a las que asistían funcionarios y “distinguidos” panistas del grupo de “Los Amigos de Patricio”, como Sergio Chan Lugo, delegado de la Comisión Nacional del Agua; Fernando Medina Gamboa, delegado de Sedesol; Orlando Pérez Moguel (a) “El Centavito”, entre muchos otros.De acuerdo con testimonios de quienes han sufrido en carne propia la corrupción que priva en la delegación de la INM, en el negocio se encuentran inmersos no solamente despachos como el del propio padre de Vega Burgos y agencias de viajes, sino varios agentes de Migración que tienen vía libre y la autorización de sus jefes para realizarlos.Nuestras fuentes aseguran que fue el propio Vega Burgos quien dio la autorización para el ingreso de indocumentados a nuestro país, vía Cancún, donde operaba en común acuerdo con la delegación regional de Quintana Roo, considerada también una cloaca de corrupción.—Si vas a traer dos o tres, mejor tráete a 20 ó 30 y yo me encargo de introducirlos al país y darles su documentación —le dijo Hernán Vega a uno de los despachos que se encargaban de realizar la documentación.Para concretar el negocio, Vega Burgos requería de los servicios discretos y oportunos de su asistente personal, García Ortiz, quien se encargaba de concertar las citas y promover los encuentros entre su jefe y los criminales. Incluso, desde el principio el cesado funcionario le pidió que no portara uniforme oficial para que no fuera identificada como trabajadora de Migración.Concertado el acuerdo, Vega Burgos ordenaba a su pareja sentimental, Martha Cruz Guzmán, del Jurídico, que se encargara de firmar, darle trámite y de “legalizar” la documentación que le llegaba sobre las y los extranjeros, principalmente cubanos, centro y sudamericanos, y uno que otro asiático.Los pocos casos de extranjeros atrapados como “ilegales” en Mérida evidencian que no llegaron al precio que les fijó la mafia del INM y por eso los deportaron.Martha Cruz no solamente es la que se encarga de la legalización sino que su trabajo rebasa los límites de lo laboral, pues se encargaba de recoger las cuotas y meter el dinero en cuentas de Scotiabank y HSBC.El negocio ha sido tan boyante, que después de vivir en una modesta casa, al lado de su madre Martha Guzmán Sevilla, quien trabaja como promotora de medicamentos de los laboratorios “Silanes”, se fue a vivir a la colonia Montes de Amé, donde mandó construir una residencia que compartía cariñosamente con Vega Burgos, quien decía se iba de viaje de trabajo cuando en realidad, en algunos casos, se refugiaba con Cruz Guzmán en su mansión.Vega Burgos posee una camioneta BMW cuyo precio oscila entre 60 y 70 mil dólares; también tiene un Cirrus y una Honda, uno de estos vehículos fue fotografiado ayer por POR ESTO! en la residencia que se ubica en la calle 3 No. 388 del exclusivo fraccionamiento Gonzalo Guerrero, inmueble que parece estar deshabitado; una camioneta Outlander de color rojo con franjas gris se acercó a la residencia, pero al notar la presencia de los reporteros, sus ocupantes se retiraron.Además de “Margie” y Martha, el subdelegado Barrera Perera tiene manos libres en el aeropuerto para hacer negocios. Otro de los involucrados, Zavala Toraño, figura como el responsable de llevar las Estadísticas, es decir, de cuadrar los reportes, altas y bajas de los migrantes. Curiosamente, la casa donde se rescató a las costarricenses, ubicada en la calle 15 No. 78 por 14 y 16, de la colonia México Oriente, está a su nombre, según el Libro 28-Z, del folio 15 Tomo 98 del Registro Público de la Propiedad, está a su nombre y de sus hermanos, ya que fue una herencia de su padre; la renta es cobrada por su madre. (Jaime Vargas)

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