miércoles, 3 de junio de 2009

Defunciones que nunca se notificaron

Jun
02
2009
Defunciones que nunca se notificaron

Por Gilberto Balam Pereira

Otra irresponsabilidad del gobierno mexicano

Ninguna metodología para la atención médica y menos para la información, aún en los médicos más pintados. No digamos en cuanto a los funcionarios de la salud.


Con todas las controversias de la reciente pasada epidemia, lo cierto es que el fenómeno fue doloroso para el país. En la salud y en lo económico.
Sólo en la colonia “Las Aguilas” de Ciudad Neza, ocho hogares lucen un moño negro, uno corresponde a joven mecánico que se estrenaba como papá cuando escupió coágulos de sangre con elevada fiebre, cuadro que correspondía a influenza como los otros siete moños. A la familia del obrero no se le notificó la causa de la defunción, sólo sorteó trabas burocráticas y negligentes. Como este mecánico, 28 pacientes mexiquenses, paisanos de Peña Nieto, aspirante a la presidencia de la República, se vieron en la necesidad de viajar a hospitales del DF porque en su estado no pudieron atenderlos, murieron lejos de su casa, razón por la que los parientes sólo supieron “de oídas” que murieron por “pulmonía”.
Lo anterior nos ilustra sobre el hecho que muchos mexicanos que murieron al parecer de catarro común, no alcanzaron a ver las pilas de expedientes de defunciones cuya causa se desconoce.
“Nomás Dios sabe de qué murió m’hija, he dejado ir a sus canarios porque a lo mejor estos animalitos le contagiaron alguna mala enfermedad”, relata la mamá de una trabajadora social del ISSSTE de Ciudad Neza.
Ocurrió en esta contingencia, que precisamente la zona mexiquense conurbada con el DF mostró con trágica desnudez la miseria y marginación en que el gobierno priísta de Peña Nieto tiene sumergidas a las poblaciones rurales y semiurbanas de su estado. Una de las áreas más golpeadas por el mal en el país.
Los mexiquenses atacados sólo se encontraban con cascarones vacíos en lugar de infraestructura hospitalaria, únicamente fachadas descuidadas, sin personal, sin equipo, sin medicinas. Muchos de estos módulos remitían a los enfermos a hospitales capitalinos o bien los regresaban a su casa con cualquier medicamento. Entre los fallecidos de este sector hubo amas de casa, choferes, policías, médicos, mecánicos, jubilados, administradores, estudiantes, técnicos dentales y hasta bebés; uno por cierto, llevaba el nombre de Gael García.
A los cuadros clínicos sospechosos de influenza se agregaron síntomas y signos atípicos como diarreas, vómitos, dolor de tórax, etc. La muerte de todos ellos no fue nada suave. La presencia de dolor intenso de cuerpo fue un común denominador, lo que da una idea del sufrimiento de esas víctimas.
El chofer de un camión de volteo de San Mateo Nopala, en Naucalpan, acudió a su centro de salud local donde le encontraron congestión pulmonar y dificultad para respirar. “Pero no lo internaron, dice la viuda, le dijeron que fuera a un médico particular, porque en el centro de salud sólo había “aprendistas” (practicantes). En este servicio privado lo retuvieron más tiempo del debido, mi esposo se amorató, entonces lo llevamos en taxi al Hospital “Rubén Leñero” de Ciudad de México, donde falleció al día siguiente. A mí sí me dieron un titipuchal de razones sobre porqué quedé viuda: que mi esposo tenía diabetes, que no sabía la familia, insuficiencia respiratoria aguda, neumonía con muchos focos múltiples y mal de ambos riñones. Lo sepultamos el 15 de abril. Dos días después nos enteramos por la tele sobre la peste. Nos debieron haber advertido mucho tiempo antes.
También en la colonia Esperanza, un hogar con moño negro ha perdido al jefe de familia. Al comenzar éste a sentirse enfermo fue a las farmacias Similares y hasta después acudió a su clínica del Seguro Social en el municipio de Neza. Actualizó su carnet por esos días, “por eso se le ve aquí como muy enfermo”, dijo la viuda mirando el último retrato que se tomó el esposo.
Por cierto, el secretario de Salud del estado abandonó su puesto, ahora vacante, para irse de “campañas”.
Se sabe que en el 2008, el rubro sanitario del presupuesto de Edomex tuvo un SUBEJERCICIO de 407 millones de pesos.

Por Esto!

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