viernes, 12 de junio de 2009

Cuidado con las ventas piramidales



Jun
12
2009
Cuidado con las ventas piramidales
Juan José Morales
Escrutinio
A medida que cunde el desempleo, más y más gente opta por emplearse como vendedor de empresas que ofrecen mediante ventas directas una gran diversidad de productos, desde utensilios para el hogar hasta complementos alimenticios, pasando por cosméticos, perfumes, ropa, calzado, productos para adelgazar, y otros. Lo hacen atraídos por la idea de que podrán obtener buenos ingresos, y —sobre todo— porque en las llamadas sesiones de inducción para nuevos vendedores se les dice que podrán ir escalando puestos en la compañía, hasta llegar a ocupar altos cargos y recibir cuantiosas comisiones como cabeza de grupos de vendedores. Se trata de las llamadas ventas piramidales o multinivel, cuyo esquema puede resumirse así: cada persona que comienza como vendedor individual —ganando un cierto porcentaje del valor del producto que venda—, debe tratar de reclutar a cierto número de nuevos vendedores que estarán bajo su control, y de cuyas ventas recibirá también un porcentaje. Si continúa reclutando y organizando más vendedores, podrá tener bajo su mando varios grupos. Y si los miembros de éstos consiguen más todavía, él podrá pasar a un nivel superior, de jefe de jefes de grupos. Con ello, naturalmente, sus ganancias crecerán cada vez más. Todo suena muy bien, excepto por un detalle: para que todo mundo pueda ascender en la pirámide, se requiere que haya un flujo interminable de nuevos vendedores y una cantidad interminable de producto vendido. Unos pocos números pueden ilustrar mejor este punto. Para ascender a jefe de grupo, un vendedor necesita reclutar —por ejemplo— a diez nuevos. Para que cada uno de éstos pueda a su vez volverse jefe de grupo y el original ascienda al siguiente nivel, se requieren 100 personas más (10 x 10). Para que esas 100 dejen de ser vendedores “de a pie” y asciendan a jefes de grupo, harán falta mil personas más. En el siguiente paso ya se necesitan diez mil, y luego cien mil. Ya en el sexto escalón de la pirámide, hará falta un millón de nuevos vendedores para que aquel primer vendedor pueda ocupar un puesto importante. Y eso, suponiendo que hubiera sido el iniciador, pero en realidad ya hay muchos por arriba de él. Sencillamente, las matemáticas demuestran la imposibilidad de este esquema. Por otro lado, en estos sistemas de ventas el vendedor no es un comisionista que reciba el producto en consignación. Debe pagar de antemano por él, sin que se permitan devoluciones. Si logra venderlo, ganará su comisión. Si no, perderá lo invertido. Además, se le impone la obligación de vender —comprándola naturalmente— cierta cantidad mínima cada mes o cada semana, y se le prohíbe ofrecer descuentos para dar salida a la mercancía. Por si todo esto fuera poco, además de los productos, en muchos casos se les exige —como condición para ser vendedor— comprar un paquete —o kit como también se le llama— de manuales, videos, formularios y folletos con instrucciones acerca de los procedimientos de venta. Por lo general, quienes caen en estos esquemas piramidales, solamente logran hacer algunas ventas entre parientes, amigos y vecinos, y terminan olvidando el asunto después de rematar los productos que les quedaron. Desde luego, hay quienes ganan: los dueños de las empresas y algunos individuos muy hábiles que ya están en el negocio y se la pasan encandilando incautos. En China, ante el auge de estos sistemas de venta y la gran cantidad de gente que resultó engañada, fueron prohibidos y quienes los utilizan enfrentan penas hasta de siete años de prisión. Comentarios:
kixpachoch@yahoo.com.mx

No hay comentarios:

AMLO.SI

AMLO.SI
#30MillonesConAMLO

Escribenos y participa con nosotros

Escribenos y participa con nosotros