May 18 2009 |
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Dos marchas se suscitaron en el país centroamericano: una para pedir justicia por el asesinato del abogado Rodrigo Rosenberg y otra en apoyo al Presidente Alvaro Colom, acusado por aquél de ordenar su muerte / La jornada transcurrió sin incidentes
GUATEMALA, Guatemala, 17 de mayo (AFP) - Más de 90.000 guatemaltecos se manifestaron el domingo sin que se registraran incidentes en dos convocatorias opuestas: una para pedir justicia por el asesinato del abogado Rodrigo Rosenberg y otra en apoyo al presidente Alvaro Colom, acusado por aquél de ordenar su muerte.
Unas 50.000 personas acudieron, según cálculos “conservadores” de los organizadores, a la plaza Italia, frente a la Alcaldía capitalina, vestidas de blanco para pedir justicia no sólo por la muerte de Rosenberg hace una semana, sino para que se ponga fin a la impunidad en un país donde el 98% de los crímenes quedan sin esclarecer.
A poco más de un kilómetro, en la plaza de la Constitución, otras 40.000 personas, también según sus organizadores, llegaron de todo el país convocados por la Unidad Nacional de la Esperanza, el partido del gobierno, para apoyar a Colom, que vive las horas más bajas de sus 16 meses en la presidencia.
Colom, su esposa, Sandra Torres, el secretario privado del mandatario, Gustavo Alejos, y varios empresarios, fueron acusados por Rosenberg de ser los responsables de su muerte -el 10 de mayo-, en un video póstumo que desató una de las peores crisis política en la historia contemporánea de Guatemala.
Al final de la mañana del domingo, ambas manifestaciones se disolvieron en calma sin incidentes.
Como una bola de nieve han ido creciendo a lo largo de los últimos días las protestas espontáneas de guatemaltecos que reclaman justicia y que pare la violencia y la inseguridad, que dejan una media de 17 muertos diarios, convirtiendo al país en uno de los más peligrosos del mundo.
“Si no velan por nosotros, tendremos que hacerlo nosotros”, dijo a la AFP Oscar Díaz, uno de los cuatro jóvenes que empezó este movimiento ciudadano, después de que saliera a la luz el video de Rosenberg, cuyos familiares y amigos también le rindieron un homenaje este domingo.
“No estamos pidiendo que se destituya al presidente ni organizamos un golpe de Estado ni queremos una revolución”, precisó Díaz mientras muchos de sus seguidores congregados bajo un sol inclemente pedían la renuncia de Colom o un juicio para desaforarlo para que se investiguen las acusaciones del abogado.
“Los héroes no se lloran, se imitan”, rezaban algunas de las pancartas, una frase atribuida al Che Guevara que se ha convertido en el lema de este movimiento popular “sin fines políticos”.
Para el noruego Kjell Lien, es la primera vez que se manifiesta en las calles de Guatemala, donde reside desde hace más de 20 años. “Hoy no hay peligro, hay demasiada gente”, explica.
Un numeroso grupo de voluntarios recogió más de 30.000 firmas -del millón que necesitan- para pedir un proceso de desafuero contra Colom a fin de que sea procesado por la justicia.
Jorge Rivas, un tornero mecánico, respondió al gobierno —que está intentando convertir las protestas en una mera lucha de clases— que “todos somos ricos y pobres”.
Ana Isabel Mata Castillo, un ama de casa, aseguró: “Aquí estamos luchando por todos, por los choferes que matan, por la gente a la que roban en los autobuses del servicio público. Estamos luchando por toda Guatemala”.
A un kilómetro de distancia, unas 40.000 personas, la mayoría traídas de todo el país, entre ellas más de 200 alcaldes y los 22 gobernadores nombrados por el presidente, daban su apoyo a Colom, confinado en la Casa Presidencial.
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