domingo, 22 de marzo de 2009

Benito Juárez

Mar
22
2009
Benito Juárez

Víctor Sánchez Alvarez

“Hay hombres que luchan un día y son buenos, hay hombres que luchan un año y son mejores, pero hay quienes luchan toda la vida, esos son los imprescindibles.”
Berthold Brecht


El día de hoy conmemoramos el Natalicio de un hombre que, como pocos, se ha hecho ilustre por ser el parteaguas histórico de la República, el ejemplo del antes y el después del Estado mexicano, con quien nace en nuestra nación la política moderna que se convierte en clásica; “la individualidad más innovadoramente original que ha creado la historia nacional como aportación universal”.
Uno de los hombres más significativos de la patria, un hombre de esos que no nacen todos los días, de tal valor, talento, dignidad y estatura política, que su legado no solamente trasciende fronteras, sino además, tiempo y espacio.
La personalidad de Juárez posee múltiples facetas: como individuo de grandes dotes personales y calidad humana, como líder y conductor de la gran generación de la Reforma, como ideólogo y constructor del México moderno, Hombre de lucha e imprescindible para la patria,
protagonista de algunos de los episodios más gloriosos y dignos de la historia nacional, cuando a su resolución de defender la soberanía de la patria se unió todo el pueblo.
La intervención tuvo así la virtud de convertir el pensamiento liberal mexicano en una bandera de lucha, y la Constitución de 1857, contra la que levantaron los traidores las armas de un ejército invasor, fue en las manos patricias de Benito Juárez un evangelio liberal.
Juárez cruzó el territorio nacional levantando multitudes a nombre de la libertad. Y él, un héroe sin armas, sobrevivió a todos los calvarios de la justicia y a todas las crucifixiones de la paz, hasta asistir a la más humana, la más heroica resurrección de la ley.
Castelar anticipó su victoria en el fulgor de una hermosa profecía: “Miradlo perseguido, acosado, sin recursos, con las fuerzas de Francia en su contra; desafiándolo todo con frente erguida, iluminado por los resplandores de la conciencia, mientras que el remordimiento cubre de negras sombras las frentes de los vencedores. Estamos seguros de que, si el príncipe Maximiliano va a México, mil veces el recuerdo de Juárez turbará sus sueños y comprenderá que mientras haya un hombre tan firme, no puede morir la democracia en América.”
Entre tanto, el pueblo daba sangre y aliento a sus guerrillas. Siempre había nuevos brazos para rescatar el arma caída de los muertos; Y los ejércitos de Juárez brotaban en todos los campos del territorio nacional.
La figura de Juárez fue creciendo imparable y adquirió dimensiones míticas. Se afirma que un día un ciego lo detuvo para asegurarle que sin verlo contemplaba el sol de sus virtudes, porque hay cosas tan claras, decía humildemente, que hasta los ciegos las ven.
En Hidalgo del Parral los campesinos quisieron sustituir los caballos del coche, y hubieran arrastrado los tiros del mismo a no ser porque Juárez les hizo la prohibición formal de aquel homenaje indigno de los hombres libres.
Las manifestaciones de admiración a su lucha y a la proeza que realizaba no morían en nuestras fronteras: en Lima y en Santiago de Chile se organizaban manifestaciones de solidaridad para su causa; en Montevideo se acuñó una moneda con la efigie insigne de Zaragoza y El Congreso de Colombia lo declaró Benemérito de las Américas.
Al llegar a Juárez esta noticia, en el último extremo del país, en la población de Paso del Norte, que hoy lleva su nombre: “Ciudad Juárez”, escribió a su familia estas letras humildes: “He leído el decreto que me consagra el Congreso de Colombia. Yo agradezco este favor, pero no me enorgullece, porque reconozco que no lo merezco; realmente nada he hecho que merezca tanto encomio; he procurado cumplir con mi deber y nada más”.
El día de la victoria se fue acercando. A medida que escaseaba el oro para comprar la fría voluntad de los indiferentes, crecía el tesoro de la fe republicana, improvisando tropas y multiplicando fusiles y fervores.
El propio Víctor Hugo, símbolo de las letras francesas escribiría en esos días, describiendo la hazaña: “De este lado del mundo tres imperios, de aquel lado del Océano un hombre: Juárez”.
Así, honrar la vida de Juárez como lo hacemos hoy, es honrar la vida del más universal de los mexicanos. Y lo es, precisamente, por ser tan profundamente mexicano. En ninguna voluntad de mexicano se ha dado, como en la de Juárez, la voluntad estoica de su pueblo; en ningún rostro de mexicano como en el de Juárez, se ha dado el rostro humilde y recio del pueblo mexicano; en ningún espíritu se ha dado, como en el de Juárez, la fuerza heroica y tenaz del alma mexicana. El pueblo es la naturaleza de Juárez y Juárez es el árbol glorioso donde florecen todas las virtudes de su pueblo.
Juárez se representa así, él solo, como la independencia nacional, la soberanía de la patria y la libertad; la fraternidad y la igualdad de todos los hombres. Juárez es, auténticamente, el símbolo del México que todos anhelamos.
Habremos de proclamarlo siempre: en la teoría de los fundadores de México, Cuauhtémoc es el gesto, Hidalgo es la fe, Morelos es la acción, y Juárez es la conciencia de la patria.
La lucha, las circunstancias, el quehacer político de Juárez, su concepción sobre estado y sociedad y su voluntad inquebrantable, nos enseñan cómo en medio de las dificultades mas apremiantes se puede avanzar hacia los objetivos trazados, con determinación, convicción y valores.
Dificultades, que hoy, por ejemplo, se nos presentan a los yucatecos y a los mexicanos, derivados y acentuados por los efectos de una severa crisis económica mundial.
Dificultades, que se actualizan también, en la amenaza permanente y perniciosa al Estado Mexicano, por parte de organizaciones criminales.
Dificultades, que pueden ser acentuadas, ante la carencia de actualizaciones democráticas ciertas irrelevantes, que nos permitan perfeccionar nuestro sistema republicano.
Por ello, hoy más que nunca, aquí en Yucatán, este gobierno, está comprometido, con el desarrollo y la maximización del ideal juarista.
Por ello, más que nunca, este gobierno instituye, promueve y ejecuta políticas de fondo social, que nos permita seguir transitando a mejores estadios de bienestar.
Por ello, este gobierno, establece políticas públicas de justicia social, que persigan la consecución de una sociedad yucateca más justa en lo social y en lo económico.
Por ello, este gobierno, producto y herencia de la tradición republicana, se compromete con el respeto irrestricto entre poderes y niveles de gobierno, que permitan la consecución de una democracia plena y absoluta.
Por ello, este gobierno, sostiene y enarbola, para las generaciones del hoy y del mañana, la máxima juarista, que los individuos libres como tales, pueden perseguir, conseguir sus sueños, hasta hacerlos realidad.
Por Esto!

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