Feb 09 2009 |
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Francisco Rodríguez
Indice Político
El dinero es como el estiércol: no es bueno a no ser que se esparza.
Sir Francis Bacon
Indice Político
El dinero es como el estiércol: no es bueno a no ser que se esparza.
Sir Francis Bacon
NADA SORPRESIVO FUE encontrar que, entre los miles de defraudados por Bernard Madoff, hubiese al menos seis mexicanos. Y escribo al menos porque, a través de bancos y casas de Bolsa, debe haber decenas más. Estupor, en cambio, es hallar que una de esas seis personas es la esposa del ex oficial mayor de la PGR durante el foxiato, Francisco Germán Gallegos.
“Ladrón que roba a ladrón...”, podría ser el título de este episodio tragicómico, pues por sus biografías y antecedentes, ni Gallegos ni su esposa podrían darse el lujo, hace ocho años, de ser aceptados en las, de suyo, exclusivas y excluyentes listas de participantes en las “pirámides” del neoyorquino Madoff. Sólo aceptaba de ciertas cantidades “para arriba”.
“Georgina M. G. Hernández”, se lee en la lista de defraudados dada a conocer la semana anterior por la oficina de bancarrotas de la Corte Judicial de Manhattan. Sin abreviaturas y haciendo ya referencia a su estado civil, la identidad corresponde a Georgina Marcela Gallard de Gallegos.
¿Tanto “produce” la Oficialía Mayor de la PGR? ¿Cuántos negocios sucios, comisiones”, “diezmos”, “venta” de plazas y comandancias, recibo de “portafolios” son necesarios para poder ingresar al club de bobos y ambiciosos, finalmente robados por Madoff? ¿Funcionan de verdad las “operaciones limpieza” o son teledirigidas a los opositores?
Decían los panistas luchar contra la corrupción que se enseñoreó del país durante los 70 años de gobiernos priístas. No lo hicieron. Tomaron sus enseñanzas. Y, buenos alumnos, ¡los superaron en todo!
Francisco Germán Gallegos, el esposo de “Georgina M. G. Hernández”, nació en el DF hace 54 años en el seno de una tradicional familia naucalpense, cuyo negocio familiar era la construcción y alquiler de bodegas en el municipio, actividad que heredó de su padre por ser el único varón.
Poco antes de ingresar a la Procuraduría General de la República, su actividad se limitaba a exportar balones de cuero para fútbol maquilados en el municipio de Chichihualco, Gro., y enviados a la ciudad de Houston, Texas, a través de su empresa comercializadora BrycSA. Al asumir Gallegos el cargo de Oficial Mayor en la PGR, la empresa familiar quedó a cargo de su esposa y de Guillermo Vicencio, quien cobraba en la dependencia como secretario privado de Germán Gallegos pero sin asistir.
Su incipiente carrera política inició en Naucalpan al amparo del entonces presidente municipal Sergio Mancilla Guzmán (1982-1984) como secretario particular, gracias a la relación de noviazgo que sostenía con su hija Ofelia Mancilla. Fue despedido, sin embargo, cuando fue sorprendido en la oficina del munícipe sosteniendo relaciones con la secretaria privada de Mancilla, Georgina Marcela Gallard -ahora de Gallegos. El escándalo social, platican, fue muy comentado en los bares y cantinas del municipio vecino al DF.
Durante la presidencia del edil Roberto Soto Prieto, Gallegos no ocupó ningún cargo por la mala fama de que gozaba, y no fue sino hasta la administración de Agustín Leñero Bores quien nuevamente lo designó como su secretario particular. Esta posición que le permitió hacerse amigo y cómplice de sus hijos (Agustín y Carlos), traficando con la expedición de licencias de vinos y licores, así como con licencias para construcción de edificios de departamentos violando el uso de suelo; así como otras actividades ilícitas que costaron al edil una condena en el Penal de Barrientos en Tlalnepantla, donde purgó una condena de solo un año.
Pero, además, por todos era conocida la estrecha amistad que Gallegos guardaba con los extintos hermanos Carrola —quienes fueron encontrados asesinados en una vagoneta después de haber sido “levantados”, cuando Gallegos era oficial mayor en la PGR—, sobre todo con Jesús, con quien compartía una concesión de grúas -igual que Pepe Manzur, ahora prófugo— con el Ayuntamiento y a quien Gallegos le había prometido la Dirección General de Seguridad Pública Municipal si llegaba él a ocupar la alcaldía de Naucalpan. Otro escándalo, en el que se vio involucrado Gallegos, fue por la protección brindada a su amigo Maximiliano González Pliego Medellín (a) “El Negro”, quien fuera subdelegado administrativo de la PGR en Cancún, Q. Roo, pues a sabiendas de que tenía antecedentes penales por secuestro, homicidio y robo de vehículos en Naucalpan -la Averiguación Previa aún está vigente-, lo nombró subdelegado administrativo.
Pero hay más. La historieta apenas comienza.
Indice Flamígero: Bernard L. Madoff Investment Securities fue fundada en 1960 y extendió sus tentáculos por todo el planeta. Contaba con 17 mil 100 millones de dólares bajo gestión y tenía entre 11 y 25 clientes, la mitad de los cuales son hedge funds. Según cuentan sus empleados, su intención, antes de que se destapara el escándalo, era distribuir entre 200 y 300 millones entre algunos de sus empleados, amigos y clientes. A principios de diciembre, también reconoció a algunos de sus trabajadores, que los clientes querían rescatar cerca de 7 mil millones de dólares de la firma.
www.indicepolitico.com
pacorodriguez@journalist.com
Por Esto!
“Ladrón que roba a ladrón...”, podría ser el título de este episodio tragicómico, pues por sus biografías y antecedentes, ni Gallegos ni su esposa podrían darse el lujo, hace ocho años, de ser aceptados en las, de suyo, exclusivas y excluyentes listas de participantes en las “pirámides” del neoyorquino Madoff. Sólo aceptaba de ciertas cantidades “para arriba”.
“Georgina M. G. Hernández”, se lee en la lista de defraudados dada a conocer la semana anterior por la oficina de bancarrotas de la Corte Judicial de Manhattan. Sin abreviaturas y haciendo ya referencia a su estado civil, la identidad corresponde a Georgina Marcela Gallard de Gallegos.
¿Tanto “produce” la Oficialía Mayor de la PGR? ¿Cuántos negocios sucios, comisiones”, “diezmos”, “venta” de plazas y comandancias, recibo de “portafolios” son necesarios para poder ingresar al club de bobos y ambiciosos, finalmente robados por Madoff? ¿Funcionan de verdad las “operaciones limpieza” o son teledirigidas a los opositores?
Decían los panistas luchar contra la corrupción que se enseñoreó del país durante los 70 años de gobiernos priístas. No lo hicieron. Tomaron sus enseñanzas. Y, buenos alumnos, ¡los superaron en todo!
Francisco Germán Gallegos, el esposo de “Georgina M. G. Hernández”, nació en el DF hace 54 años en el seno de una tradicional familia naucalpense, cuyo negocio familiar era la construcción y alquiler de bodegas en el municipio, actividad que heredó de su padre por ser el único varón.
Poco antes de ingresar a la Procuraduría General de la República, su actividad se limitaba a exportar balones de cuero para fútbol maquilados en el municipio de Chichihualco, Gro., y enviados a la ciudad de Houston, Texas, a través de su empresa comercializadora BrycSA. Al asumir Gallegos el cargo de Oficial Mayor en la PGR, la empresa familiar quedó a cargo de su esposa y de Guillermo Vicencio, quien cobraba en la dependencia como secretario privado de Germán Gallegos pero sin asistir.
Su incipiente carrera política inició en Naucalpan al amparo del entonces presidente municipal Sergio Mancilla Guzmán (1982-1984) como secretario particular, gracias a la relación de noviazgo que sostenía con su hija Ofelia Mancilla. Fue despedido, sin embargo, cuando fue sorprendido en la oficina del munícipe sosteniendo relaciones con la secretaria privada de Mancilla, Georgina Marcela Gallard -ahora de Gallegos. El escándalo social, platican, fue muy comentado en los bares y cantinas del municipio vecino al DF.
Durante la presidencia del edil Roberto Soto Prieto, Gallegos no ocupó ningún cargo por la mala fama de que gozaba, y no fue sino hasta la administración de Agustín Leñero Bores quien nuevamente lo designó como su secretario particular. Esta posición que le permitió hacerse amigo y cómplice de sus hijos (Agustín y Carlos), traficando con la expedición de licencias de vinos y licores, así como con licencias para construcción de edificios de departamentos violando el uso de suelo; así como otras actividades ilícitas que costaron al edil una condena en el Penal de Barrientos en Tlalnepantla, donde purgó una condena de solo un año.
Pero, además, por todos era conocida la estrecha amistad que Gallegos guardaba con los extintos hermanos Carrola —quienes fueron encontrados asesinados en una vagoneta después de haber sido “levantados”, cuando Gallegos era oficial mayor en la PGR—, sobre todo con Jesús, con quien compartía una concesión de grúas -igual que Pepe Manzur, ahora prófugo— con el Ayuntamiento y a quien Gallegos le había prometido la Dirección General de Seguridad Pública Municipal si llegaba él a ocupar la alcaldía de Naucalpan. Otro escándalo, en el que se vio involucrado Gallegos, fue por la protección brindada a su amigo Maximiliano González Pliego Medellín (a) “El Negro”, quien fuera subdelegado administrativo de la PGR en Cancún, Q. Roo, pues a sabiendas de que tenía antecedentes penales por secuestro, homicidio y robo de vehículos en Naucalpan -la Averiguación Previa aún está vigente-, lo nombró subdelegado administrativo.
Pero hay más. La historieta apenas comienza.
Indice Flamígero: Bernard L. Madoff Investment Securities fue fundada en 1960 y extendió sus tentáculos por todo el planeta. Contaba con 17 mil 100 millones de dólares bajo gestión y tenía entre 11 y 25 clientes, la mitad de los cuales son hedge funds. Según cuentan sus empleados, su intención, antes de que se destapara el escándalo, era distribuir entre 200 y 300 millones entre algunos de sus empleados, amigos y clientes. A principios de diciembre, también reconoció a algunos de sus trabajadores, que los clientes querían rescatar cerca de 7 mil millones de dólares de la firma.
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pacorodriguez@journalist.com
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