martes, 13 de enero de 2009

Perdónanos nuestras deudas

Jan
13
2009
Perdónanos nuestras deudas

Pedro Díaz Arcia

El mundo es, simplemente, ingobernable.
Sin el más mínimo coqueteo con el socialdarwinismo creo que las potencias colonialistas y sus albaceas modernos han impuesto en las relaciones internacionales la ley del más fuerte.
Ahora, por ejemplo, contrastaron en tiempo real la simulación de la toma de posesión del presidente electo, Barack Obama, con el incremento del genocidio israelí; cuando la resolución 1860 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que pide un alto al fuego en Gaza, es como papel mojado en las manos de un bodeguero.

En Washington el guión está listo, el escenario preparado y los ensayos a punto, como para el debut de una obra en la zona de Times Square en el emporio cultural neoyorkino de Broadway.
Con la presencia de la Banda Musical de las Fuerzas Armadas, el Cuerpo de Percusiones del Ejército y la Marina, unas tres mil personas disfrutaron este domingo del ensayo general de la toma de posesión de Obama, el próximo 20 de enero.
Dentro de una semana se levantará el telón y un nuevo presidente jurará sobre la Biblia de Abraham Lincoln en el Capitolio de la capital de Estados Unidos.
Con escrupuloso rigor el Comité Inaugural, a cargo de la organización del evento, utilizó “dobles” incluyendo a un sustituto del próximo presidente.
El montaje virtual se realizó con militares y sus allegados.
Los suplentes fueron escogidos teniendo en cuenta la misma estatura, género y color de piel que las familias presidencial y vice presidencial, según un reporte de Notimex.
Según se ha dado a conocer cerca de 240 mil personas tienen boletos para la ceremonia oficial, que incluye la juramentación en el Capitolio, el desfile por la avenida Pensilvania y el arribo a la Casa Blanca.
De forma gratuita unos dos millones, menos de la mitad de los cálculos iniciales, asistirán de pie al desfile a lo largo de la ruta de la caravana. Mientras cinco mil boletos fueron vendidos el viernes para presenciar, en asientos, el desfile real posterior al juramento de Obama.
En el Medio Oriente, el propio día, Israel comenzó el envío de reservistas a las operaciones militares en Gaza, lo que podría ser el preludio de una tercera fase de la ofensiva, con asaltos al centro de zonas urbanas y campamentos de refugiados.
Las especulaciones abundan en cuanto al término de la masacre y al cumplimiento hasta ayer de los objetivos “declarados” de la ofensiva: inutilizar los túneles entre Egipto y Gaza que HAMAS utiliza para introducir armas y poner fin al lanzamiento de cohetes lanzados desde la Franja contra el Sur de Israel.
Aunque la ambición primordial del operativo judío sería, realmente, arrebatar a HAMAS el control de Gaza.
Altos estrategas sionistas, que abogan por continuar los ataques, consideran que han destruido sólo el 80% de los túneles, no tienen la garantía de que puedan ser reconstruidos y los cohetes lanzados desde Gaza continúan cayendo en el Sur de Israel.
Para lograr la eliminación de los pasadizos subterráneos las tropas israelíes, según los avezados halcones, tendrían que controlar la estrecha zona fronteriza de 8 millas de largo conocida como el Corredor Philadelphi, donde se supone que se realiza el traslado de armas y pertrechos a HAMAS.
Por su parte, el presidente Shimon Peres dijo que la operación debe durar solamente dos o tres días más y advirtió a los líderes del gobierno que “tienen que pensar y no perder el control de la situación”.
Pase lo que pase en los próximos días. Se detenga o no en un momento u otro la criminal matanza: nada detendrá la determinación del pueblo palestino de continuar la lucha contra las huestes fascistas.
Al referirse al delicado tema del Medio Oriente, Obama afirmó que está organizando un equipo especial para manejar el conflicto “en forma global” y que se relacione con todos los actores en el lugar, al tiempo que no descartó emprender acciones judiciales contra algunos miembros de la Administración Bush por posibles violaciones a los derechos humanos, según declaró durante el programa This Week de la cadena de televisión ABC News.
No son pocos los analistas que opinan que con el traspaso de mando culmina una era cultural matizada por el sello de los años 60 caracterizada, entre otros aspectos, por la ebullición de la guerra de Vietnam, los enfrentamientos en la lucha por la igualdad de derechos civiles y las revoluciones sociales.
Para muchos Obama está llamado a romper con los esquemas, como miembro de la denominada generación de la posguerra y dotado de una marcada capacidad resolutiva, por encima de los colores de los tradicionales partidos políticos.
El propio líder negro escribiría en su libro La audacia de la esperanza que a veces había sentido: “Como si estuviese viendo el psicodrama de la generación de posguerra, una historia que gira en torno a viejos reclamos y deseos de revancha, incubada hace mucho tiempo en un puñado de centros universitarios y que se desarrolla frente a todo el país”.
En la entrevista con ABC, el líder afroamericano ya anunció que no podrá cerrar la cárcel de Guantánamo en los primeros cien días de su gobierno. Adeudo de la campaña electoral.
Con las manos llenas de deudas y promesas Obama se alojará el próximo martes en la Casa Blanca y no precisamente a deshojar margaritas.
El líder demócrata podrá encomendarse al Señor y pedirle: Perdónanos nuestras deudas; pero los pueblos no lo harán.
Por Esto!

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