lunes, 1 de diciembre de 2008

Obama y Bush juntos

Desde la 5ta. Av.
Lunes, 01 de Diciembre de 2008 00:00

Obama y Bush están juntos porque quieren encontrarcómo han de solucionar el terrorismo en el mundo.

Los dos presidentes, el saliente, George W. Bush, y el entrante, Barack Obama, están en permanente comunicación ahora por muchos motivos, pero especialmente en busca de una fórmula para exterminar el terrorismo internacional.
Los dos consideran que ningún país podría combatir este problema por sí solo ni para sí solo, porque es un mal de todo el mundo, y los terroristas no atacan necesariamente a su propio país, sino que lo hacen en cualquier parte.

Obama tiene un proyecto que dará a conocer en cuanto asuma al poder, el 20 de enero, el cual sugiere la creación de un organismo internacional, con todos los países existentes como miembros, para atacar de raíz el problema.
Entre tanto, hay que seguir esperando a ver qué sigue ocurriendo.

EMAIL DEL DiA.- Cecilio Correa Jimeno, de México D.F. profesor universitario, dice: “Para un trabajo que realizo con mis alumnos, necesito un comentario que usted hizo sobre los celulares y la celularitis. Mucho le agradecería, si le es posible, lo publicara de nuevo. Estoy seguro que todos sus demás lectores lo leerán de nuevo con placer e interés”.
Profesor Correa Jimeno: Con mucho gusto, y con mis sinceros deseos por la buena suerte para todos en su aula. Aquí le va.
Los médicos en estos Nuevayores dicen que es una enfermedad sicológica muy nueva, la manía del celular o celularitis.
Los síntomas son simples: llamar a alguien a quien nada se tiene qué decir, y hacer muchas llamadas así, innecesarias. Se han registrado casos de personas que hacen hasta más de 200 llamadas por día.
El doctor Isaac Rodinskey, me contó ayer: “Hace unos días, esperaba en el aeropuerto La Guardia para abordar a un avión y, sentada a mi lado, una dama hizo tres largas llamadas, de cinco o más minutos cada una, y todas a la misma persona, según pude deducir por lo que hablaba. Es que como se quedaba sin tener con quién conversar, volvía a marcar el número, aparentemente de su marido”.
Y otro Psicólogo, Peter Donelly: “Ayer tarde caminaba por una de las calles de Chinatown, y me pareció increíble lo que vi. Una dama llevaba dos bolsas del automercado bien cargadas, colgándoles, una del hombro derecho, al frente, y la otra en la espalda, más otra bolsa en la mano derecha, sobre su brazo izquierdo un bebé de meses y sostenido con el hombro izquierdo contra la oreja un celular a través del cual hablaba, mientras caminaba con cierta prisa.
“Lógicamente, era una enferma de celularitis”.
El nombre del mal no ha sido establecido formalmente. Los médicos amigos, que investigan el asunto lo llaman así porque necesitan de un nombre para seguir los trabajos.
El celular es un gran invento, un aparato realmente útil, pero todo exceso es malo. Especialmente si es de algo que no hace falta. ¿Por qué llamar a alguien cuando uno no necesita decirle nada?

SOLO EN NUEVA YORK

La penosa situación
que sufrió la policía
no fue una tontería,
¡tremenda equivocación!

Un grupo de SWAT, esos policías entrenados al máximo para situaciones de extrema gravedad y peligro, fue enviado a medianoche al banco PNC, en el sector de Montgomery, aquí cerca de estos Nuevayores.
Iban a tratar de capturar a unos ladrones, quienes según habían de denunciado por teléfono, estaban dentro del banco.
Cuando llegaron al lugar, mientras cada uno tomaba su posición, el jefe del escuadrón trató de escudriñar a través de los cristales de una ventana, y creyó haber visto en el interior, entre penumbras, una figura humana que parecía querer ocultarse tras de una columna.
alertó a través de un altavoz. “¡Suba las manos!”. Pero no tuvo respuesta. “¡Que ponga las manos arriba, le ordeno!”. Nadie respondió. Por eso sospecharon que se trataba de alguien bien armado, quizá cubierto por cómplices también con armas.
Así que decidieron penetrar al local. En sólo segundos abrieron huecos en las paredes de tres áreas diferentes, y en seguida se lanzaron seis hombres al interior del banco. Trataban de ver más de lo que podían en la oscuridad y moviéndose con las previsiones que parecía aconsejar el caso. Suponían que en cualquier momento iban a oír que les disparaban.
Pero, nada. Nadie disparó. Y finalmente, uno de SWAT encontró el swich correspondiente y prendió la luz. La figura humana de la alarma era simplemente un muñeco de plástico, de seis pies de estatura, que sirve para una propaganda de Navidad del banco.
La gente de SWAT, siempre de buen humor, lo que hizo fue reír.

NEW YORK... NEW YORK...
dicksecades@aol.com

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