jueves, 25 de diciembre de 2008

Medidas de salvación

Dec
25
2008
Medidas de salvación

Tal (por) cual
Laura Bolaños Cadena

Hace un par de años, se exhibió en México una película del cineasta incómodo Michael Moore sobre el sistema de salud en los Estados Unidos. Durante el sexenio de Bill Clinton, compañías privadas estadunidenses pugnaron por una ley que quitara de manos del gobierno todo lo que hubiera de medicina social y la atención a la salud pasara íntegra a las empresas privadas.
No sé si antes o en ese momento, Hillary Clinton había presentado un proyecto de ley para proteger, desde el gobierno, la salud de todos los ciudadanos. Las empresas aseguradoras del ramo lo rechazaron alegando que eso era "socialismo", palabra que en los EU equivale a mencionar al Maligno. Pero no se detuvieron en la descalificación sino que "cabildearon" de diversas formas, una de ellas muy efectiva aquí y allá (y acullá), repartiendo dolaritos para convencer a los congresistas de legislar a su favor.

El resultado fue que dicho servicio fue asignado al sector privado. Allá es casi obligatorio estar inscrito en una compañía o aseguradora, a la que se paga una cantidad anual por garantizarle todos los servicios de salud, desde una aspirina hasta una operación. Si usted no tiene seguro debe acudir a un médico, privado, naturalmente, que le cobrará las perlas de la Virgen. El costo de una operación con clínica y todo, puede arruinarlo por varios años, así que más le vale pagar su segurito anual, y si no lo tiene, se friega.
Como es natural y lógico, una empresa privada, sea de caramelos o de medicina, se maneja en términos estrictos de pérdidas y ganancias. Pérdida es todo cuanto la aseguradora tiene que invertir en la salud de sus clientes: una radiografía, una fractura, una cirugía, etc. Los negocios se hacen para ganar, no para perder; por lo tanto cuanto se haga por evitar gastos es bueno. Las compañías premian a sus médicos cuantos menos gastos ocasionen los pacientes. La película de Michael Moore se encarga de demostrar los perjuicios e injusticias -discriminación racial incluida-- que ocasionan dichas aseguradoras a la salud de sus clientes.
De otra parte, los asegurados son "cautivos". Si usted no está de acuerdo con el médico que le asignan, sólo puede solicitar su cambio con la autorización de ese mismo con el que usted no quiere seguir; igual si quiere cambiar de compañía, sólo aquella en la que está usted inscrito puede autorizar dicho cambio. Está usted en lo correcto si piensa que es un acuerdo entre ellas para evitar que compitan unas con otras.
Todo esto lo exhibe el cineasta incómodo en la cinta y, para rematar, compara los servicios privados de salud en los EU con los estatales que se brindan en Canadá, Francia y...Cuba, los tres con grado de excelencia. Hasta nuestros casi quebrados servicios estatales de salud salen ganando en comparación con los "beneficios" de los servicios privados de salud estadunidenses. Y malo que aquí nos autorrecetemos, pero peor están allá que no pueden comprar ni una aspirina sin receta...y es el país del mundo que consume más píldoras de todas clases per cápita en cantidades alarmantes. Hay verdadera adicción a muchos medicamentos, sin hablar de estupefacientes de otro tipo cuyo consumo es la mayor causa del narcotráfico a nivel mundial.
En estos momentos, con la crisis apretando por todos lados a los ciudadanos estadunidenses no pudientes, Obama está planeando ya, junto con su equipo del que forma parte Hillary Clinton, instaurar la medicina social en los EU.
No es sólo esa medida, "socialista" y "contraria a la idiosincrasia del pueblo estadunidense"--como opinan bushianos y quienes comparten su criterio--, la única a la que se acude para paliar los efectos de la crisis producida por las políticas neoliberales: ya el propio Bush entró en auxilio de bancos y algunas industrias inyectándoles recursos estatales, a fin de evitar quiebras que dejan en el desempleo a millones de personas.
Obama está proyectando ampliar estos apoyos a diferentes sectores, además de otras medidas para dar trabajo a las víctimas de los despidos. En el propio país abanderado de la empresa privada y la libertad de mercado irrestricta, se tiene que acudir a la intervención del estado para salvar la economía. Lo que se condena por socialista en otros países, es adoptado como recurso de urgencia para el capitalismo.
En tanto nuestro hombrecito de Los Pinos solicitó, en reunión internacional, que no se les ocurra a los gobiernos pensar en la intervención del estado para remediar sus maltrechas economías. Hundámonos junto con el libre mercado. Todo antes de que nos vayan a acusar de populistas o socialistas, Dios nos libre.
Para buenas medidas, las que nos receta el capitalismo imperialista. Entre ellas vale recordar, en estos días, la invasión estadunidense a Panamá en 1989 que este 20 de diciembre cumplió un aniversario más. Por orden de Reagan, fuerzas gringas atacaron la ciudad de Panamá para secuestrar al presidente Noriega, un similar de Hussein, primero aliado suyo y luego caído en desgracia. "Salvar" al pequeño país de semejante bicho costó a los panameños 3,000 muertos y destrucción de barrios enteros. Gracias.
Por Esto!

No hay comentarios:

AMLO.SI

AMLO.SI
#30MillonesConAMLO

Escribenos y participa con nosotros

Escribenos y participa con nosotros