martes, 11 de mayo de 2010

Bautizo de Maciel en Los Pinos

Sobre el texto las coronas. Florestán

Joaquín López Dóriga

Ernesto Zedillo ha sido en el México moderno el presidente más escéptico en cuanto a la existencia de Dios, desde que José López Portillo (1976-82) se declaró como un hombre que al leer a Hegel perdió la fe, rechazó el dogma y se asumió como materialista dialéctico.

Y aunque tengo claro que sin ser el argumento de Zedillo de tal profundidad filosófica, era un ateo convencido al punto que sus hijos no fueron bautizados. Esa era su distancia, y con él la de Nilda, su esposa, con la Iglesia católica y sus jerarcas.

Un día, en ruta a Pekín, yo de enviado especial, me invitó a comer a su mesa en la ruta a Anchorage, escala obligada. Allí, de repente, me reprochó en voz alta que hubiera publicado su próxima visita a Roma y su encuentro con Juan Pablo II.

—Tú me conoces y sabes que no iré. Si el Papa quiere verme, que venga a México.

Fue tal el tono que Javier Solórzano me dijo en voz baja: Tú ya te quedas aquí en Alaska, ¿verdad?

Pero no, seguí y cubrí la gira.

Meses después, al terminar su audiencia con Juan Pablo II en el Vaticano, Guillermo Ortega, también en aquella mesa aérea, me llamó a Roma: A ver, dile, no que no iba al Vaticano...

La visita a México, con la que Wojtyla correspondió la de Zedillo, fue la más cercana a la Presidencia de la República. Liébano Sáenz, el todopoderoso secretario particular, se ocupó hasta de la gama cromática de los eventos y la distribución de las sillas. El Papa fue recibido en Los Pinos en un acto oficial con gabinete, invitados y discursos, no visto en sus tres viajes anteriores.

Una noche de viernes, antes de la misa papal en la Basílica de Guadalupe, Marcial Maciel ingresó a Los Pinos y bautizó a Nilda, hija de los Zedillo. Y al día siguiente tomaría la primera comunión de manos del sucesor de Pedro, al pie de la Virgen de Guadalupe.

Maciel, que había tenido en Zedillo la puerta más difícil de franquear en Los Pinos, lo logró. Porque así se metía él, como la humedad.

Retales

1. MARCHA. En Zacatecas, el candidato del PT, David Monreal, hermano de Ricardo, podría endosar su 16 por ciento al priista Miguel Alonso, ex secretario particular del hoy senador. Sería un movimiento para derrotar al perredista Antonio Mejía, alfil de Amalia García, a la que en este lance electoral le va su destino y el de su hija, la senadora Corichi;

2. REPETIR. Tres candidatos a gobernador repiten este julio: Gabino Cué en Oaxaca; Mariano González, en Tlaxcala, y Dante Delgado, en Veracruz; y

3. AGUAS. César Nava insiste: Martín Orozco será candidato del PAN en Aguascalientes. Su candidatura, suspendida, depende del TEPJF, y de prolongarse no aparecerá en las boletas, como lo tiene previsto el gobernador panista Armando Reynoso, él mismo ofreció una comida a los priistas durante su asamblea.

Nos vemos mañana, pero en privado.

Milenio

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