Sara Lovera
MÉXICO, D.F., 21 de enero (apro).- El pasado domingo 17 se instaló en la ciudad de Jimani, en la frontera de República Dominicana y Haití, un Campamento Internacional Feminista como un espacio de referencia, un puente de comunicación y de solidaridad feminista, que garantice y asegure que la ayuda para las mujeres realmente llegue.
En el campamento se ubicó una cabina de Radio Internacional Feminista, y con la participación de las feministas dominicanas, entre ellas Sergia Galván y Magaly Pineda, se mantendrá ese puente logístico para dar respuesta a las urgentes necesidades de las mujeres haitianas.
Sabedoras de que Haití es el pueblo más pobre entre todos los pobres de América Latina y el Caribe, las redes de mujeres de la región se volcaron vía electrónica a manifestar sus preocupaciones, porque ahí se da una larga lucha para lograr los derechos de las mujeres, que viven la exclusión y la opresión femeninas más tremendas, en medio de la pobreza y el analfabetismo.
Lo más grave, como señaló el jueves 14 la analista Naomi Kein, en un programa de radio trasmitido por Amy Goodman (Democracy Now), es que es posible que ya existan actores que están sacando lucro de la tragedia.
Autora del libro The Shock Doctrina (La doctrina del choque), Naomi sostiene que la política de los neoliberales es aprovechar las crisis como pretexto para imponer las políticas que no pueden impulsar bajo condiciones de estabilidad.
“Precisamente en los períodos de crisis extremas, los pueblos están desesperados por recibir ayuda humanitaria de cualquier índole, todas formas de financiamiento, y no se encuentran en una posición favorable para negociar los términos de esa ayuda”, señala.
¿De que habla esta mujer? En su Web con el título de “Haití: detenerles antes que impongan el choque otra vez”, sostiene que la elite de la clase dominante estadounidense ya prepara políticas e ideologías instaladas por los gobiernos de turno, es decir, "en medio del sufrimiento, la crisis en Haití ofrece oportunidades a Estados Unidos. Además de proporcionar ayuda humanitaria inmediata, la respuesta de EU ante el terremoto trágico ofrece la oportunidad para reestructurar el gobierno y economía haitianos, disfuncionales desde hace tiempo, además de mejorar la imagen de Estados Unidos en esa región".
Y recuerda que la Heritage Foundation respondió a los 13 días al huracán Katrina, con 32 propuestas neoliberales para ayudar a los damnificados de aquel desastre. Sus propuestas para las víctimas de Nueva Orleáns resultaron en el cierre de las viviendas públicas, convertir la costa del Golfo de México en una zona franca y eliminar las leyes que obligaron a que los empresarios pagaran un salario mínimo a sus empleados.
Entonces, tardaron 13 días en formular esa recomendación en el caso de Katrina, pero no esperaron ni 24 horas en el caso de Haití.
Y, ciertamente, cuando este texto esté circulando, por decisión de las Naciones Unidas se detuvo la búsqueda de víctimas bajo los escombros; 10 mil solados de Estados Unidos, en una plataforma expresa, llegaron para “poner orden” y las ayudas serán planificadas por ellos.
De ahí la importancia del campamento ideado por las feministas latinoamericanas que durante tres días, tras la visita de Sergia Galván al lugar de los hechos, ante el tremendo desastre, la falta de medicamentos, médicos y el peligro de una epidemia, harán un puente directo para que efectivamente las mujeres sean atendidas y consoladas, reciban alimentos, sobre todo las embarazadas, pero también miles y miles de ancianas y niñas a quienes se les ve en las imágenes de los medios.
Del mismo modo, la boliviana Ximena Machicao realiza trámites para que las feministas de Naciones Unidas, a través de sus oficinas, pongan ese puente de alcance de recursos y ayudas, de mensajes de solidaridad, y probablemente, como segunda fase, se pueda enviar a experimentadas terapeutas que sostengan la crisis emocional que afectará a miles de mujeres, sus hijos y sus familias.
En esta posibilidad internacional de las feministas en sus redes, la iniciativa Petateras ya está actuando. También la recogida testimonial desde Radio Feminista y otras acciones que irán creciendo, con la imaginación y la creatividad. Unos 500 mensajes con propuestas se irán ordenando; ya hay cuentas bancarias civiles que organicen las ayudas precisas.
El relato de Sergia Galván, quien ha sido funcionaria de la política de género en República Dominicana y de la Colectiva de Salud, es elocuente:
Ella escribió el pasado viernes 15: “Regresé en la madrugada de hoy de Haití, todo lo que pueda contar es poco. El olor a cadáveres nubla la razón, los miles de cuerpos atrapados y llorando debajo de los escombros te hace sentir una migaja, las personas parecen mirar a otro mundo, sus ojos parecen relámpagos que huyen del horror. Vi caminantes que van y vienen sin rumbo, deambulantes que cargan dolor y miseria, deambulantes que cargan sueños en ruinas, las mujeres caminan, caminan, caminan, es como si al caminar se liberaran de la tragedia.
“Las calles están llenas de cadáveres en descomposición, ayer en la tarde decidieron enterrar a sus muertos en fosas comunes; es probable que pidiendo perdón a sus dioses, diosas y ancestros, decidieran sobrevivir al terremoto de los olores y enterrar a los suyos en fosas comunes.
“Han construido improvisados campamentos en cada espacio que la tragedia haya dejado libre, en plazas, parques, calles, solares vacíos; aun en las poquísimas estructuras que quedan levantadas, la gente no entra, estar bajo algún techo genera temor, inseguridad, miedo, pues todavía la tierra sigue danzando, reacomodando sus placas, cerrando su ciclo. Todavía ayer no llegaba asistencia médica a los campamentos y en las calles las personas intentaban curar sus heridas y alargar la muerte mediante lo único que tenían a mano, la espera.
“La deshidratación marcaba la piel, pues su único techo era el sol, por suerte la lluvia ha contenido sus lágrimas y a la caída del sol las personas podían tirarse a los suelos arropados con su dolor.
“Las caras lánguidas por el hambre y la sed, mermaban las energías y mostraban un cuadro de tranquila agonía.
“Amigas, el llanto debajo de los escombros y el llanto por las heridas, por los golpes, el llanto por la cuasi vida, es imposible borrarlo, es imposible dejar de escucharlo. Hoy, en medio de reuniones, he intentado poner oídos sordos a esos llantos, pero siguen ahí”.
En Haití, Sergia Galván no localizó a sus amigas. “Fui a visitar sus oficinas, algunas estaban convertidas en polvo, otras semidestruidas y no encontré a ninguna. Una persona me informó que Anne Marie murió, lloré, lloré, lloré y seguí.
“Amigas, en este momento la solidaridad es el único aliciente, la solidaridad es la única fuerza que logrará contener el silencio del dolor y hacer que nuestras hermanas sientan emoción de mirar el futuro”.
El campamento será un espacio colectivo. En la acción y el trabajo organizativo y logístico participan Colectiva Mujer y Salud y el Centro de Investigación para la Acción Femenina (CIPAF), desde República Dominicana.
Es verdad, como dicen todas las que escriben en el ciberespacio estos días, que las mujeres de Haití esperan una respuesta y nosotras tenemos una oportunidad para apoyar, colaborar y abrazar a nuestras hermanas.
La advertencia de Naomi es también un asunto de la incumbencia de las solidaridades, no se trata de que Haití reciba préstamos, sino que haya aportaciones económicas como solidaridades y no sean los bancos y los de siempre los beneficiados de la tragedia.
Por lo demás, como es la filosofía del grupo las Petateras, se dará seguimiento, se pedirán cuentas, se acudirá a los lugares donde están las mujeres haitianas, una vez que se haya atendido la emergencia.
saralovera@yahoo.com.mx
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