lunes, 17 de agosto de 2009

Cuba: vivir del invento

JUAN BALBOA

LA HABANA, 14 de agosto (apro).-La aguda crisis económica que padece Cuba desde hace casi 20 años ha obligado a sus habitantes a todo, hasta lo inverosímil: recuperación artesanal de aparatos para trabajos micro-quirúrgicos; explosivos caseros para la voladura de frentes de cantera, y el bambú sustituyendo al acero en algunas construcciones.

Las limitaciones impuestas durante 48 años por el bloqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos, obliga a los cubanos a utilizar el henequén como emulsionador por el deficitario combustible, singulares carrozas jaladas por animales y yuntas de bueyes remplazando a los tractores, la mayoría de la exUnión Soviética.

Estos son escenarios cotidianos en Cuba. La severa crisis económica –que inició en 1989 con el llamado Periodo Especial en Tiempos de Paz--, ha ido transformando día a día la vida y ha dado un nuevo rostro a la isla.

Cuando todos los cubanos pensaban que lo peor de la crisis había pasado, se despertaron en el 2009 con una economía en plena decadencia a consecuencia de la crisis financiera global, que afecta a la mayoría de los habitantes del planeta, pero que en Cuba tendrá uno de sus peores efectos por la caída de sus exportaciones y el alto costo de los alimentos que compra a otras naciones, entre ellas Estados Unidos.

El pasado 29 de julio, Marino Murillo Jorge, vicepresidente del Consejo de Ministros y ministro de Economía y Planificación, dibujó un panorama crítico de la economía cubana en el primer semestre del presente año.

Según el ministro de Economía y Planificación, la grave situación que vive Cuba se debe principalmente al "impacto combinado" de la crisis económica y financiera mundial y los daños provocados –se estima en 10 mil millones de dólares-- por los huracanes a finales del 2008.

Recordó que en abril pasado el gobierno realizó una primera reducción de su presupuesto y planes del 2009. Rebajó, subrayó Marino Murillo, su proyección de crecimiento del producto interno bruto a 2.5%.

Los números rojos en sus exportaciones y los bajos precios de sus principales productos de exportación, como el níquel, obligaron al gobierno de Raúl Castro a realizar un segundo ajuste de crecimiento económico en el 2009, bajando su proyección de crecimiento a 1.7%.

Adelantó que el segundo semestre de 2009 y especialmente el 2010 "serán igualmente difíciles". Planteó varias premisas que deberán cumplir los cubanos para paliar la aguda situación económica, entre las que destacan la descentralización de los aseguramientos a las producciones y servicios que más ingresos aportan al país.

Además de garantizar que cada incremento productivo se revierta en reducción de importaciones y la búsqueda de fórmulas novedosas que liberen potencialidades productivas.

En pocas palabras, los cubanos deberán estar preparados para una nueva recesión de su economía como en los años noventa, cuando se implantó el llamado Periodo Especial; deberán ahorrar energía eléctrica por la falta de combustible y tendrán que seguir inventando para sustituir las piezas extranjeras.

En los años sesenta, los cubanos buscaban desesperados piezas de repuesto de equipos hechos en Estados Unidos y Japón. Treinta años después (1990) la historia se repitió, pero el dolor de cabeza no eran las piezas de tecnología de países capitalistas, eran piezas o productos de los países socialistas de Europa del Este y de la desintegrada Unión Soviética.

Hoy la crisis mundial y casi medio siglo de embargo de Estados Unidos vuelven a obligar a los cubanos a la inventiva para ahorrarle al país compras en el exterior y evitar la paralización total de la industria nacional.

En su discurso del pasado 26 de julio por la conmemoración del 56 aniversario del asalto al Cuartel Moncada, el presidente Raúl Castro arremetió contra la pereza de sectores de la sociedad cubana que se niegan a trabajar el campo y evitar así la millonaria, unos 2 mil 500 millones de dólares, importación de alimentos de otros países, incluido Estados Unidos.

"Ahí está la tierra y aquí los cubanos, veremos si producimos o no", retó subiendo el tono de su voz y dando golpes en el atril.

Remató en un discurso improvisado, pero que de vez en vez retomaba datos o párrafos del original que tenía en sus manos: "No es cuestión de gritar ¡Patria o muerte, abajo el imperialismo!, el bloqueo nos golpea y la tierra ahí, esperando por nosotros"

Al clausurar el 1 de agosto el Tercer Período Ordinario de Sesiones de la VII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento), el propio mandatario urgió a los cubanos a inventar para evitar la compra de piezas en el extranjero.

"Es un asunto en el que se impone buscar soluciones ajustadas a la realidad", dijo y les adelanto que se olviden de tractores y combustibles para hacer producir el campo, "el concepto es ejecutarlo fundamentalmente con bueyes".

La utilización de los animales en la agricultura o el transporte no es algo nuevo en Cuba. La presencia de los bueyes en la producción agrícola se intensificó a raíz de la crisis de los años noventa. La mayoría de las provincias utiliza los carretones jalados por caballos como medio de transporte urbano y de carga, pero también como carrozas.

Los guajiros (campesinos) buscan afanosamente sustitutos para el fertilizante y plaguicidas que han dejado de ser exportados. Muchos de ellos han experimentado con nuevos y variados compuestos, muchas veces sui géneris: por ejemplo, con los extractos de polvo de tabaco quieren exterminar plagas en las hojas de café.

En la búsqueda de productos que no arriban a los puertos cubanos, los campesinos, investigadores e innovadores de las 14 provincias han experimentado con la hormiga leona (pheidole magacephala) para terminar las larvas de una enfermedad conocida como "tetuan", la cual afecta el rendimiento agrícola al abrir orificios en el tubérculo.

El gobierno cubano creo a mediados de los años sesenta un movimiento de innovadores conocida como Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR). Su objetivo primordial era elaborar o inventar productos y piezas que se adquieren en el extranjero.

Cuarenta y siete años después de haber sido fundada por Ernesto Che Guevara, entonces ministro de la Industria, la organización de innovadores se vuelve fundamental en la búsqueda de alternativas criollas.

Y sobran los ejemplos en la actualidad. Valerico Aldana, egresado del Instituto Tecnológico José Luis Tasende de la provincia de Granma, logró resolver los desperfecto en el pistón de la válvula triple –valorada en 73.39 dólares-- de los viejos carros soviéticos marca Kamaz. Su hallazgo logró evitar la paralización de los camiones y remolques de su provincia.

La doctora Alennis Mas encabezó un grupo en la provincia de Las Tunas que inventó un equipo de mecanoterapia con el cual han sido atendidos más de 3 mil pacientes. El aparato se ha utilizado con buenos resultados en la rehabilitación de más de 20 tipos de afecciones, fundamentalmente las relacionadas con los miembros superiores e inferiores.

El déficit energético ha oreado el nuevo mosaico social cubano. La falta de petróleo y de piezas de repuesto revivió en la isla el uso de vehículos arcaicos y multiplicó la inventiva.

La vida diaria ha sufrido una transformación severa en los últimos años. En las 14 provincias de la isla, la fantasía y la realidad conviven con la cotidianidad de los cubanos.

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