La manipulación mediática

Jun
11
2009
La manipulación mediática
Pedro Díaz ArciaAsomarnos a la prensa cada mañana es un reto al miocardio.Sería interesante hacer una lista de las “cosas” que bajan y de las que suben en el mundo, como los ascensores.
En una columna veríamos cómo disminuyen los niveles de consumo; la canasta básica de la población; la esperanza de vida; el acceso a la docencia, la asistencia médica y la seguridad social, entre otras; mientras se incrementan los gastos militares, las amenazas de guerra y el riesgo nuclear; las epidemias; la mortalidad infantil; el desempleo; el hambre; la injusticia social; la contaminación ambiental; la corrupción; la estafa mediática y el peligro de desintegración de naciones enteras en el mundo subdesarrollado.¿Cuántos males se podrían agregar en ambas columnas?¿Cuánto tiene que agradecer la humanidad a una herencia de desigualdades socioeconómicas, hijas legítimas del colonialismo, el neocolonialismo y el imperialismo con su “coronita de flores”: el neoliberalismo?En Estados Unidos el nivel de consumo -que constituye el verdadero motor de la economía- presentó su nivel más bajo desde la Segunda Guerra Mundial como consecuencia de la crisis financiera. “Ninguna de las crisis anteriores provocó una caída tan prolongada y tan profunda del consumo”, según el diario New York Times. Por primera vez, el consumo de bienes duraderos dejó de incrementarse y bajó el año pasado en un 12,6%, a costa de la reducción de los gastos en alimentación, medicinas, ropa y vacaciones -término tabú en época de crisis-. La economía de Brasil, la más grande de América Latina, entró técnicamente en recesión debido a la caída radical de sus principales exportaciones (mineral férrico, acero y productos agrícolas), según informó el martes el Gobierno carioca.Como es conocido, la recesión en un país se determina por la contracción de su economía por dos trimestres sucesivos.El crecimiento económico en el primer trimestre del año cayó 0,8% en comparación con el cuarto trimestre de 2008 y lo más significativo es que se contrajo 1,8% en relación con igual período del 2007, cuando el gigante sudamericano disponía de una economía sólida y un desarrollo sin precedentes.Lo dramático es que el desastre provocado por las crisis cíclicas capitalistas hace que estallen las economías desarrolladas, emergentes o en “estado de pureza subdesarrollada” del mundo, por la interdependencia entre las naciones.Cuando no sabemos a qué apóstol encomendarnos, la Organización Mundial de la Salud (OMS), advirtió que el súbito aumento de casos reportados en Australia podría llevar al organismo a declarar una pandemia de influenza, la primera que hace el organismo en 40 años.El subdirector general de la OMS, Keiji Fukuda, mostró más preocupación por el pánico que pueda crear el anuncio que por la gravedad de la situación.Recuerdo mi artículo “La pandemia del temor”, publicado en POR ESTO!, contentivo de un análisis de cómo se provocaba el miedo en la población mundial para estimular la producción de vacunas por los pulpos farmacéuticos; sin menospreciar la necesidad de medidas para enfrentar la epidemia.Ahora, que el virus A H1N1 se expande de manera vertiginosa y puede alcanzar la categoría de pandemia mundial, se nos pide calma.¿Lograron planificar la producción, los balances costo-venta-utilidades las multinacionales beneficiadas, entre ellas en la que es accionista el ex jefe del Pentágono Donald Rumsfeld? ¿Cumplió su propósito el grito de: “Ahí viene el lobo”? Ante el temor de que se genere el pánico, Fukuda explicó que la fase 6 está referida a la propagación geográfica del virus y no a que se haya incrementado la “severidad de la situación” o que la gente se esté enfermando “seriamente” en cantidades más grandes que las reportadas hasta el momento.Estamos en vísperas del anuncio de pandemia mundial, pero no debemos preocuparnos porque tiene un carácter más técnico que de riesgo. ¿Es eso lo que se nos dice? Hasta el martes la enfermedad había infectado a más de 26,560 personas en 73 países y causado la muerte de 140 personas.Cuando en realidad venga el lobo, lo estaremos esperando con un pastel de manzana en las manos y ya sin riesgos para el miocardio.
Por Esto!