Por Gustavo Robreño
Declara el Pentágono la guerra en el ciberespacio
Desde la década de los 80 aproximadamente, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos (Pentágono) incorporó a su doctrina, estrategias y políticas llamadas de seguridad nacional al espacio cibernético (ciberespacio) como un nuevo campo de batalla, esto es, como el nuevo escenario donde se deberían librar agudas confrontaciones y verdaderas “guerras” que sirvieran para continuar imponiendo los objetivos de dominación imperial en lo económico, lo político y también en lo militar.
Tales definiciones conceptuales y de amplio alcance llevaron de la mano a introducir novedosos aportes tecnológicos y sus correspondientes empleos tácticos en un conflicto de tal naturaleza y características (sin precedentes en la historia de la humanidad) y obligaron al Pentágono a la implantación de estructuras acordes con los propósitos enunciados que, en esencia, fueron recogidos en la denominada Estrategia Nacional para la Seguridad en el Ciberespacio que fue emitida en febrero del 2003 por el entonces presidente George W. Bush y esgrimieron como pretexto una defensa contra supuestos “ataques cibernéticos” que debían reducir las vulnerabilidades yanquis en este sentido y, a su vez, crear las condiciones que permitieran las acciones ofensivas de Estados Unidos en todas las variantes de la guerra cibernética.
En cuanto al carácter defensivo u ofensivo de tales acciones en el ciberespacio, resulta de interés lo que afirma el especialista Michal W. Wynue, cuando dice que dicha naturaleza defensiva “se refiere a la protección de la capacidad de llevar a cabo operaciones ofensivas, no a la opinión más común de defensa como seguridad de información”. Esto es, que la mejor defensa es el ataque. Y añade: “El reino del ciberespacio comprende mucho más que la guerra de redes. El ciberespacio es un dominio, como la Tierra, donde se aplican cada uno de los principios de la guerra…”
Según la revista especializada cubana “Seguridad y Defensa”, las fuerzas armadas estadounidenses han cambiado sustancialmente la manera de hacer la guerra y -como parte de esas transformaciones- anunciaron en noviembre del 2006 los planes para crear en la 8 Fuerza Aérea del SAC (Comando Aéreo Estratégico), ubicado en la Base Aérea (SFB) de Barksdale, Louisiana, un nuevo Comando que se haría cargo de las operaciones ciberespaciales. Aunque debió ser activado el primero de octubre del pasado año, señala esta publicación, aún no ha entrado en funciones pero cuando lo haga -bajo el nombre de Comando del Ciberespacio de la Fuerza Aérea- organizará, capacitará y equipará a sus fuerzas para “conservar la libertad de acceso al ciberespacio”, tal como el Comando de Combate y el Comando Espacial hacen hoy en cuanto al aire y al espacio, respectivamente.
Una observación interesante por parte del investigador David A. Umphress (ex teniente coronel de la Fuerza Aérea) es que no es imprescindible que el ciberespacio sea de acceso público. Según “Seguridad y Defensa”, las fuerzas armadas de Estados Unidos operan redes y sistemas de información independientes que constituyen sus propias versiones de ciberespacio, por lo que pueden existir muchas versiones de éste, independiente de Internet y sirviendo cada uno a su propia comunidad de usuarios.
Los más recientes presupuestos militares estadounidenses no descuidan los gastos correspondientes al desarrollo y extensión de la guerra en el ciberespacio, un nuevo campo de batalla para los propósitos imperiales de naturaleza inalterable, agresividad intrínseca y más largo alcance.
Por Esto!
grobrenoenet.cu
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