¿ITALIA EN MÉXICO?
por José Luis Piñeyro
(publicado en El Universal el 28 de febrero de 2009)
Ahora que el narcotráfico aparece como tema de debate en la precampaña electoral en boca de dirigentes partidistas, recuperaremos algunas reflexiones del sacerdote italiano Luigi Ciotti sobre la mafia en su país, quien asistió al nuestro como invitado a la Conferencia Episcopal Mexicana (La Jornada, 21/II/09).
Ese debate se centra aquí sobre si se debe seguir con la represiva estrategia anticriminal o hay que agregar tácticas (prevención y rehabilitación de adicciones, legalización de la mariguana, golpes sistemáticos a las finanzas y propiedades de narcos) y deslindar responsabilidades añejas, priístas y nuevas, panistas, en un contexto de crisis económica y de seguridad pública que no se reconoce que se retroalimentan.
Ciotti, dirigente de Libera (mil 500 asociaciones diversas en Italia), considera que el combate a las mafias no puede ser sólo responsabilidad de las fuerzas policiales, sino también de lo que llama sociedad responsable, que debe ser vigilante y propositiva frente a las instituciones del Estado.
Libera actúa basada en tres propuestas. Primera, confiscación de los bienes de mafiosos (hay 9 mil propiedades incautadas) para darles uso social vía cooperativas agrícolas para jóvenes y así dar un golpe doble a los mafiosos: reducción patrimonial y de consenso. Segunda, generación de información y conocimiento (60% de las universidades italianas han firmado acuerdos con Libera) para hacer propuestas responsables. Tercera, mantener y multiplicar el recuerdo no sólo de los asesinados famosos sino de todos los fallecidos, mediante una red de familiares y amigos.
Apunta que frente a la actual crisis económica, que es sobre todo política y ética, la mafia se aprovechará “del sufrimiento de muchas familias y pequeñas empresas: prestará dinero, hará favores, penetrará aún más en la sociedad”, de forma tal que la disminución de homicidios mafiosos obedece a su mayor penetración y control social. Resalta que la polémica sobre la seguridad busca consenso electoral dado que en el acceso a este derecho “los últimos en la fila son los más pobres”, seguridad entendida como: salud, educación, casa y trabajo.
Concluye destacando una paradoja actual: “Tenemos que liberar a la libertad del mal uso que se hace de ella. Hay demasiadas personas en nuestras sociedades que no son libres”. Pasar del reino de la necesidad al de la libertad, diría Karl Marx.
En México, ¿cómo se usan el dinero y los patrimonios confiscados y cuál es su cuantía? ¿Una táctica de confiscación sistemática podría auxiliar al abandonado campo mediante dotación de tierras, préstamos y asesoría técnica para generar cohesión social? ¿Las universidades podrían asesorar en las campañas de prevención y rehabilitación de drogadictos potenciales y reales, en la evaluación del sistema penitenciario y de la estrategia anticriminal? ¿Si disminuye la violencia obedecerá a que la guerra se va ganando o a más penetración del narco, dado el creciente ejército de desempleados y pobres?
¿La memoria colectiva sobre los 9 mil narcoejectuados sólo en este gobierno debe ser una táctica de generación de voluntad colectiva y de participación social, o se seguirá con la pasiva e individual cultura de la denuncia y de amnesia que pretende que los ejecutados son sólo narcos y no civiles inocentes, policías y militares honestos? ¿Se continuará insistiendo en que seguridad pública es proteger la integridad personal y patrimonial desvinculada de la reducidísima seguridad social y laboral? ¿La jerarquía de la Iglesia católica seguirá repitiendo que la criminalidad obedece a la falta de valores entre los jóvenes?
Las respuestas a estas preguntas no aparecen en la reciente “revaloración” de la estrategia anticriminal del Consejo Nacional de Seguridad, sino que fue una demostración más de fuerza frente al narco y nada más, se repitieron las tácticas de siempre. Faltaron las de confiscación, rehabilitación, prevención y participación amplias y permanentes, combinadas con una estrategia de cambio del excluyente modelo económico neoliberal.
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