Mar 05 2009 |
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Alvaro Cepeda Neri
Conjeturas
Conjeturas
Realmente no son robos, en términos penales aunque así lo acreditan policías y ministerios públicos para fincar responsabilidad a quienes, por hambre, asaltan los trenes de carga que atraviesan el territorio. Ya no tenemos ferrocarriles de pasajeros debido a su privatización y luego cancelación.
Y las pocas corridas de ese transporte distribuyen sobre todo granos (aunque en Empalme, Sonora, los narcos, en complicidad con las compañías ferroviarias, transportan marihuana). Maíz, arroz y frijol son las cargas que predominan. Estos productos de primerísima necesidad son llevados a los centros de ventas por mayoreo.
El avance de la crisis económica en términos de suprimir la creación de empleos, echar a la calle a los que lo tienen; aumento de precios en alimentos, colegiaturas y otros servicios (como la voracidad bancaria) genera mayor desesperación social en las zonas urbanas y sus cinturones de extrema miseria.
Si las políticas del neoliberalismo económico, de los últimos tres sexenios priístas y lo que va del panismo, causaron estrangulamientos para sobrevivir con salarios a la baja y la constante inflación; con el apretón mundial de la crisis que continúa provocando estragos en Europa, China, Rusia y la economía estadounidense (centro de esa crisis), es decir: en todo el engranaje capitalista, en nuestro país las cosas empeoran.
Y han aparecido con mayor insistencia los asaltos a esos trenes para apoderarse de la carga de granos, como lo acaba de exponer un reportaje a toda plana (El Universal: 13/II/09). Por donde corren los trenes, van dejando por las vías granos y los pobladores ocurren con sus utensilios para recogerlos y por eso son detenidos y consignados por robo.
Si los asaltos se multiplican, es porque millones de mexicanos (de los casi 50 millones de pobres y muy pobres) están en los límites de la hambruna. Y es que el campo mexicano está descapitalizado y el calderonismo se niega a invertir con subsidios y apoyos. El grano que los ferrocarriles llevan, es lo que se cosecha en México, apenas un diez por ciento del consumo. El resto, un 90 por ciento es de importación.
Estamos ante un problema nacional de extrema gravedad, ya el hambre se extiende por todo el país. Los Chucho El Roto y los Robin Hood, que robaban a los ricos para darlo a los pobres, ya no son personajes heroicos, sino que han renacido en cientos de miles de mexicanos que sufren hambre y por eso no sólo recogen los granos que van tirando los ferrocarriles, sino que los asaltan para apoderarse de su carga.
El calderonismo, incapaz de administrar la crisis, en nada le interesan esos marginados. Los cuales son llevados a prisión y multados por robar por hambre. Esta necesidad está llevando a gran parte de la Nación al borde de levantamientos sociales. Quizá sean hechos aislados. Pero a la crisis económica, en una de esas, se le conecta la crisis social. Mientras millones de mexicanos se apoderan de los granos tirados o de cargas enteras al asaltar trenes que transportan ese preciado alimento.
cepedaneri@prodigy.net.mx
Y las pocas corridas de ese transporte distribuyen sobre todo granos (aunque en Empalme, Sonora, los narcos, en complicidad con las compañías ferroviarias, transportan marihuana). Maíz, arroz y frijol son las cargas que predominan. Estos productos de primerísima necesidad son llevados a los centros de ventas por mayoreo.
El avance de la crisis económica en términos de suprimir la creación de empleos, echar a la calle a los que lo tienen; aumento de precios en alimentos, colegiaturas y otros servicios (como la voracidad bancaria) genera mayor desesperación social en las zonas urbanas y sus cinturones de extrema miseria.
Si las políticas del neoliberalismo económico, de los últimos tres sexenios priístas y lo que va del panismo, causaron estrangulamientos para sobrevivir con salarios a la baja y la constante inflación; con el apretón mundial de la crisis que continúa provocando estragos en Europa, China, Rusia y la economía estadounidense (centro de esa crisis), es decir: en todo el engranaje capitalista, en nuestro país las cosas empeoran.
Y han aparecido con mayor insistencia los asaltos a esos trenes para apoderarse de la carga de granos, como lo acaba de exponer un reportaje a toda plana (El Universal: 13/II/09). Por donde corren los trenes, van dejando por las vías granos y los pobladores ocurren con sus utensilios para recogerlos y por eso son detenidos y consignados por robo.
Si los asaltos se multiplican, es porque millones de mexicanos (de los casi 50 millones de pobres y muy pobres) están en los límites de la hambruna. Y es que el campo mexicano está descapitalizado y el calderonismo se niega a invertir con subsidios y apoyos. El grano que los ferrocarriles llevan, es lo que se cosecha en México, apenas un diez por ciento del consumo. El resto, un 90 por ciento es de importación.
Estamos ante un problema nacional de extrema gravedad, ya el hambre se extiende por todo el país. Los Chucho El Roto y los Robin Hood, que robaban a los ricos para darlo a los pobres, ya no son personajes heroicos, sino que han renacido en cientos de miles de mexicanos que sufren hambre y por eso no sólo recogen los granos que van tirando los ferrocarriles, sino que los asaltan para apoderarse de su carga.
El calderonismo, incapaz de administrar la crisis, en nada le interesan esos marginados. Los cuales son llevados a prisión y multados por robar por hambre. Esta necesidad está llevando a gran parte de la Nación al borde de levantamientos sociales. Quizá sean hechos aislados. Pero a la crisis económica, en una de esas, se le conecta la crisis social. Mientras millones de mexicanos se apoderan de los granos tirados o de cargas enteras al asaltar trenes que transportan ese preciado alimento.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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