Pecado es no apoyar a Calderón...

Mar 18 2009

Pecado es no apoyar a Calderón...

Luis Sergio Miranda*
Apuntes para náufragos

Ante la debacle panista en todas las encuestas, la Iglesia católica ha decidido sacar al buey de la barranca exorcizando a los electores de los renovados demonios tricolores. Además de orar, la consigna es mentir y confabular para hacerle el caldo gordo al explosivo Felipe, El Pequeño, y a las ambiciosas huestes de Germán, El Mínimo.
Así, mientras el encargado de Acción Nacional acusa a los del Revolucionario Institucional de ejercer tortuguismo legislativo y les exige aprobar las reformas enviadas por Calderón para fortalecer el combate al crimen organizado, desde la más remota parroquia hasta el céntrico arzobispado, los ortodoxos y entusiastas de la grey, envueltos en banderas y ayates, denuncian tanto intrigas caseras como campañas de difamación contra México que, como la crisis, vienen de fuera.
Añeja experta en armar alianzas que importan emperadores, deponen presidentes legítimos y enfrentan violentamente a los mexicanos, la jerarquía católica ha descubierto una partida de conspiradores, de malos mexicanos que no van a la guerra bajo las órdenes de Felipe, El Pequeño.
Pero al grano, o mejor dicho, al editorial, el de este fin de semana, del semanario Desde la Fe... Ahí, la Arquidiócesis de México indica a los lectores de ese popular panfleto que hacer en los próximos comicios federales: "La sociedad debe estar muy atenta en el combate que libra nuestro País contra el narcotráfico, para avalar o castigar a los partidos que se nieguen a erradicar el cáncer de las drogas y la propagación de la violencia. Y es que, si el único control y freno que tienen los mexicanos sobre los partidos políticos es el voto, habrá que saberlo usar para favorecer no a una ideología, sino al bienestar de las futuras generaciones y del País en general".
Y, como en el pasado, obispos y arzobispos denuncian al supuesto enemigo de su causa, la blanquiazul, sin llamarlo por su nombre: "Han sido las voces de los distintos grupos políticos que actúan en el Congreso las que señalan a sus contrapartes del partido revolucionario, como obstáculo para dar pasos más firmes en el combate a los carteles de la droga, por lo que surge espontánea la pregunta: ¿son intereses económicos o son mezquindades políticas las que están en el fondo?"... Y luego, entre el temor al Diablo y el oportunismo para quedar bien con el César, por si acaso llega, en la publicación se advierte del probable vuelta de La Bestia a Los Pinos: "Está la actitud de un partido político representativo que ya se frota las manos para regresar al poder en fechas próximas. Son los mismos que permitieron el crecimiento de este cáncer social y que, incomprensible y sospechosamente, ahora se niegan a tomar medidas más drásticas y eficaces al oponerse, en las cámaras de Diputados y Senadores, a leyes más severas que permitan cortar todos los brazos financieros del narcotráfico, como es, por ejemplo, una ley de extinción de dominio sobre las propiedades de quienes se dedican a estas indignas actividades". Sobre montos y destinos de las generosas narcolimosnas ni una palabra en Desde la Fe.
En cuanto a la novísima vertiente antiimperial de la Arquidiócesis de México, ésta acusa a los Estados Unidos de América de querer preservar una sociedad alimentada de las drogas y la corrupción. Y luego, como el burro que se admiró del enorme tamaño de las orejas de un pequeño ratón, Desde la Fe critica con inusual dureza: "Una vez más, la hipocresía y la doble moral del vecino país pretende salvar a México por sus más de mil 100 ejecutados en los dos primeros meses de 2009, pero no tiene la intención de afrontar la cultura adicta en su territorio de frenar el flujo financiero, producto del narcotráfico". Esto, claro, por la hipocresía, la doble moral y otros asuntillos similares tan ajenos a las sólidas convicciones y prácticas cotidianas de las muy católicas derechas nacionales y ahora, hasta nacionalistas extremas
Acorde con el discurso que emana de La Cava, la Arquidiócesis concluye que si Estados Unidos no fuera el mayor mercado de la droga, tal vez el problema no sería tan grande en México... Por eso, y muchas cosas más, pecado es no apoyar a Calderón.
Por Esto!