La práctica de la usura es tan vieja como el hombre

Feb 27 2009

Las pequeñas empresarias

Teresa García Avila

La práctica de la usura es tan vieja como el hombre, aunque en menos de dos siglos, la usura pasó de ser un delito condenado absolutamente desde los tiempos más antiguos, castigado severamente por la ley y despreciado por todo el mundo, a ser considerada como una forma reconocida y honorable de hacer negocios, cuyos practicantes reciben los más altos honores, favores, apoyo y complicidad que un Estado puede otorgar. Santo Tomás, consideraba la usura tan prohibida, que cualquier beneficio obtenido de ella ni siquiera podía darse como limosna. Aristóteles, Platón, Cicerón, Catón y Séneca, consideraron que ella era la más depravada y peligrosa de todas las formas de comercio. Desde épocas tempranas, los judíos consideraron que tenían permitido practicar la usura "bajo ciertas circunstancias", apoyándose en el versículo 21 del capítulo 23 del Deuteronomio: "Al extranjero podrás prestarle a interés, pero a tu hermano no le prestarás a interés", así la usura fue empleada como un arma contra los de fuera. Y como en México todos y todas somos extranjeros ante una banca extranjerizada, pues es la forma de saquear al país, la usura. A los españoles habrá que recordarles que la definición que da, en España, la Ley de la Represión de la Usura, del 23 de junio de 1908, declara nulo «todo contrato de préstamo en que se estipule un interés desproporcionado con las circunstancias del caso», interpretación confirmada por el Tribunal Supremo en dos sentencias.
Con el tiempo la necesidad del comercio, se empieza a distinguir entre la usura y el interés. Ya no son sólo los judíos los que realizan esa actividad impura: aparecen en escena grandes mercaderes cristianos. Como las modernas fundaciones, los mercaderes-banqueros actúan como mecenas para que se les perdonen estos pecadillos. Los inventos científicos y los viajes impulsados por el comercio mundial fueron la vuelta de tuerca que dio origen a la banca, tal como hoy la conocemos. ¿Cómo podía pagarse por mercancías en el extranjero sin tener que transportar grandes cantidades de oro y plata de un país a otro? La solución fue una carta, una letra de cambio.
Estas "letras de cambio" llevaban fecha diferida, para dar tiempo a que se vendieran las mercancías y se transfiriera el dinero. Lo que ocurrió fue que los comerciantes, a quienes interesaba tener su dinero rápidamente, vendían la letra de cambio a otro comerciante, que se la pagaba al contado, por un precio inferior al nominal. Este segundo comerciante cobraba luego la letra, una vez cumplida su fecha, y obtenía un buen beneficio sin hacer prácticamente nada, tal y como sucede con la banca actual, un negocio muy provechoso, usura pura, especialidad de los bancos.
Durante el sexenio pasado, el nefasto presidente Fox impulsó los changarros y para ello se les prestó dinero a millones de personas, supuestamente a muy bajo interés, a través de la Secretaría de Economía, la cual dio apoyos a privados para que crearan micro financieras encargadas de manejar los recursos proporcionados y hacer ellos directamente los préstamos. Estas financieras terminaron en casas donde la usura no sólo es permitida sino que son avaladas por autoridades. Calderón retomó la propuesta. Hoy, estas micro financieras se dedican a prestar dinero (dinero del país) a la gente de menos recursos y cobran tasas de entre el 70 y 100% anual. El mercado es suculento: por lo menos 40 millones de pobres en todo el país. Gente urgida de dinero y a la que nadie quiere dar crédito, el anzuelo está en los "pagos chiquitos", los pagos semanales. La ganancia, que toma tintes de usura moderna, es impresionante. Elektra, Coppel, Famsa, Soriana, Crédito Familiar, por citar algunas, son los modernos usureros, los que semana a semana arrancan el presupuesto a las familias menos protegidas. Los que centavo a centavo suman millones de utilidades anuales. Como ejemplo deberían tomar al Banco Compartamos, el micro financiero más grande y justo de Latinoamérica.
Desde hace mucho tiempo que el Senado debió regular las tasas bancarias. Al gobierno mexicano se le olvida que El Estado Mexicano debe ser un Estado fuerte y debe servir a los intereses de la mayoría y no actuar con temor ante los grandes bancos y menos aún si la mayoría de ellos están en manos de extranjeros. Es muy sencillo ver los abusos que están cometiendo los bancos, con solamente comparar las tasas de interés que cobran en sus países de origen contra las tasas que les permiten las autoridades que cobren en México. ¿Qué sería de los bancos sin nosotros los clientes? No existirían, ¿Por qué a los bancos extranjeros les interesó tanto comprar bancos mexicanos? Porque saben que el Estado Mexicano ha servido siempre a los intereses de los grandes capitales obteniendo por supuesto su tajada de corrupción. Los bancos encontraron su paraíso en México, han promovido con sus cuentahabientes el uso de la banca electrónica y con ello han ahorrado anualmente cientos de millones de pesos en salarios, sin embargo cobran comisiones por el uso de la banca a través del internet, por el uso de los cajeros electrónicos, como Banamex que cobra por cada disposición de efectivo en cajero propio 9.0% de comisión y si es de un cajero en red 9.0% + $17.00. Los bancos prefieren gastar millones y millones en publicidad de "gancho" o engaño que contratar personal y dar un buen servicio, y a falta de ganar intereses por créditos por falta de otorgamiento, cobran comisiones por todo, en algunos conceptos incluyendo los intereses como por ejemplo el nuevo "cargo por mora" por pagar la tarjeta de crédito un día después del vencimiento. La inseguridad galopante, el creciente trafico de armas, ejecutados por doquier, el consumo imparable de drogas, el aumento de robos, secuestros y extorsiones, la falta de empleos dignos, devaluación, saqueos escandalosos al erario vía subsidios, falta de estímulos a la inversión y generación de empleos, el alto consumo de comida chatarra, niños y niñas obesos y con un pésimo nivel educativo secuestrado por el poder de su líder sindical, un sistema de salud caro e inoperante, saqueado, a punto del colapso, la población que envejece y perdura más tiempo en un mundo que se desmorona ante el gran deterioro ambiental. De nada van a solucionar las medidas adoptadas por el gobierno federal, ya que, a las grandes empresas se les subsidia con mas de $1,117.00 por trabajador, mientras el presupuesto del Programa Empleo Temporal es insuficiente, las micro y pequeñas empresas agonizan ante la caída de ingresos, el alto costo que implica la formalidad, deudas que se triplican ante algún atraso en el pagos de impuestos y prestaciones, usura disfrazada del mismo gobierno. Ahora parece ser que la ciudadanía tiene que aplaudirles a los consejeros del IFE el no aumentarse el sueldo a más de $300,000.00 mensuales, sarta de bandidos, un insulto al país. A la población se le exprime hasta el último peso, la usura en el pago de servicios, telefonía, luz, gas, gasolina, diesel. Nuestro estado sufre las trabas burocráticas para que fluyan los recursos, tan importantes y necesarios, no obstante las promesas del presidente de agilizar la derrama económica. Los castigados, la población.
Una vez cerrada la gran cantina de Paseo de Montejo, en donde sin control las cervezas circularon en manos de jóvenes y adultos, que por un lado se les vendía todo el trago del mundo, por el otro, los del alcoholímetro hacían su agosto. Hoy viven su triste realidad, crudos y más pobres. Nadie ahorra, pocos gastan, el fondo de pensiones esfumado, nulo crédito al desarrollo, sólo al consumo con altas tasas de intereses que hacen imposible liquidar deudas aun a pesar de tener la voluntad, usura. Y mientras las autoridades buscan la manera de obtener más recursos a costa del pueblo, alzas en los prediales, agua, recolección de basura, nulo interés en las necesidades sociales y el bien común. Nuevos problemas se avecinan como el que están padeciendo los que dependen de manera directa, sin ser familiares, de los que ganan un salario que parecía seguro, y que entorno a esto se crea toda una comunidad económica informal, que no paga impuestos, ni luz, telefonía y agua con tarifas comerciales, ni renta, ni empleados, ni prestaciones, pero sí generan un bienestar para sus familia, un ingreso adicional, hoy sucumben no porque el fisco las persiga, desaparecen ante la pérdida del empleo de sus clientes que reduce al mínimo sus compras.
Y mientras los informales invernan, las pequeñas empresarias afrontan este terremoto financiero de manera brutal, todo por estar legalmente establecidas, generar empleos, pagar rentas comerciales, tener tarifas comerciales en luz, agua y telefonía cariiiiiiiiiisimas, tienen cuenta fiscal, pagan comisiones, pagan impuestos federales, estatales, municipales, de nómina, a Hacienda, al Seguro Social, al Infonavit, sueldos, prima vacacional, aguinaldos. Estas pequeñas empresas la están viendo negrísiiiiiiiiiimas, por un lado ven disminuir de manera drástica y considerable sus ingresos, mientras del otro lado, el de la formalidad las hace inviables, los pagos se hacen imposibles y crecen como bola de nieve que se convierte en una avalancha que arrasa imparable, arrastrando a cientos de familias que dependen de este sector. No obstante el discurso, que como siempre se compromete ante los grandes, los que garantizan una buena foto, pero sólo eso, ya que su impacto a nivel nacional no pinta, los que dan color a la nación son, los pequeños empresarios que se las están viendo negrísimas, ya es hora de brincar del discurso a la acción, salvar a las pequeñas empresarias es salvar a millones de familias que dependen de este importantísimo sector que se encuentra en fase terminal. Y entre crisis y elecciones nuestro dinero se esfuma, mientras la ciudadanía se las ve negriiiiiiiiiisima, al igual que las pequeñas empresarias.
Por Esto!