Bush se acuerda de Santa Barbara solo cuando truena

Lo único cierto es la incertidumbre

Domingo, 16 de Noviembre de 2008 00:00

Pedro Díaz Arcia En espera de los resultados del encuentro de los “pesos pesados” de la economía mundial, el Grupo de los Veinte (G-20), que sesionó desde el viernes en Washington, las noticias sobre la crisis son desalentadoras: las ventas minoristas en Estados Unidos cayeron, en octubre, a cifras sin precedentes, el Departamento del Tesoro informó que la nación inició el nuevo período fiscal con un déficit fiscal récord y la Unión Europea anunció que el bloque había entrado en recesión. En realidad, de la cita de la capital estadounidense no deben surgir soluciones mágicas a los graves problemas acumulados durante años por el despilfarro, el irracional consumismo, las crecientes desigualdades sociales y las erróneas políticas financieras y belicistas llevadas a cabo por la primera potencia económica mundial, Estados Unidos, bajo la batuta del pobre juicio y peor administración de su presidente, George W. Bush. A propósito del desmemoriado, el actual inquilino de la Casa Blanca, a quien ya le están cambiando el menú en la mansión presidencial, afirmó en su discurso del viernes que “la crisis no es un fracaso del sistema de libre mercado. Y la respuesta no es tratar de reinventar el sistema”. Mientras, abogó porque el G-20 llegue a acuerdos para impedir situaciones similares en el futuro, sin poner en riesgo, por supuesto, el sacrosanto capitalismo. Como un excéntrico infiel, Bush se acuerda de Santa Bárbara sólo cuando truena. Uno de los principales socios de Dirty Bush, el primer ministro británico, Gordon Brown, declaró que desea que las naciones coordinen en Washington planes de estímulo, supervisen mejor sus sistemas bancarios y acentúen el papel de centinela del Fondo Monetario Internacional (FMI). ¡Se pasó de rosca el “Lord”! No pienso que de esta promocionada cita surjan soluciones mágicas ni salvadoras de la arquitectura financiera internacional, más bien la incertidumbre en el futuro inmediato y a mediano plazos, será lo único cierto en el camino a recorrer. Pero, la especulación, que se ejercita más que las operaciones bursátiles en Wall Street, está en vigilia las 24 horas del día: en espera de la espera. Las ventas en el comercio minorista en Estados Unidos, que representan casi el 50% del gasto de los consumidores y más de dos tercios de la actividad económica del país, sufrieron un descenso sin precedentes del 2.8%, según informó el Departamento de Comercio el viernes. En momentos en que la demanda de bienes de consumo y, también de servicios, se desmorona estrepitosamente, el nuevo ejercicio fiscal estadounidense debutó con un déficit récord de 237,200 millones de dólares, según informó el Gobierno Federal. La enorme cifra incluye los miles de millones de dólares empleados en la adquisición de acciones de los bancos más grandes del país, dentro del denominado plan rescate, aprobado por el Congreso, ascendente a 700,000 millones de dólares. El Departamento del Tesoro estadounidense declaró el jueves, ante el comportamiento del primer mes del nuevo año fiscal, que se trata del desequilibrio más alto que se haya registrado, al ser cuatro veces superior al de igual período del año anterior. Los expertos, por si fuera poco, vaticinan que el déficit podría escalar, durante este año fiscal, hasta un millón de millones de dólares, como resultado de la crisis y sus consecuencias. Sin conocer las decisiones de los gobernantes de las principales economías -industrializadas y emergentes- los 15 países que utilizan el euro como moneda común están en recesión, de acuerdo a una información ofrecida ayer por la Unión Europea al indicar que la economía en la región decreció en dos trimestres consecutivos, debido a la crisis financiera mundial y la caída en la demanda.WASHINGTON — A su vez, Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal estadounidense, dijo que la “volatilidad de los mercados e indicadores recientes del desempeño económico confirman la persistencia de dificultades”, términos eufemísticos para señalar que la “cosa está que arde”. Y, mientras unos van y otros vienen, en reuniones caracterizadas por los encuentros y desencuentros, la crisis incrementa por día el desempleo y disminuye la capacidad adquisitiva de los pobres de siempre: que no reciben compensaciones por sus pérdidas, ni pueden multiplicar los panes y los peces. La Cumbre del Grupo de los Veinte, aunque el número se incrementa, forma parte de una historia que aún está por escribir. Aunque alguien dijo que la historia de la vida no es la vida, sino la historia. Por mi parte, creo que la historia, en última instancia, si se atiene a los hechos, tiene que ser un reflejo de la vida: que nunca es gris y que siempre es sabia. Por Esto!