miércoles, 20 de enero de 2010

Haití y Friedman

Más allá de las investigaciones que se están realizando sobre la posibilidad de si fue un terremoto producido por el HAARP o no, hoy la cuestión pasa por ofrecer toda la ayuda posible a este pobre país americano. Pero, en esta caótica situación, varias situaciones llamaron mi atención.

La primera hace referencia a la administración del aeropuerto, que pasó a ser controlado por Estados Unidos. Esto ha generado una disputa entre países debido a su pésimo labor en la única pista autorizada para la evacuación y llegada de toda clase de recursos.

«Que un avión que transporta a bordo a un hospital de campaña no pueda aterrizar no puede ser posible«, dijo el secretario de Estado francés para la Cooperación, Alain Joyandet. «No se trata de ocupar el país, sino de ayudarle a que recobre la vida«, dijo el canciller francés Bernard Kouchner.

Y, como si fuera poco, Obama anunció el envío de 10.000 soldados norteamericanos para mantener seguras las calles. Cuando oí esto (o lo leí en el diario, mejor dicho), pensé exactamente lo mismo que expresó Chavez después en su programa de televisión: «Señor Obama, mande hospitales de campaña, médicos, enfermeras, equipos, rescatistas y maquinaria para remover escombros. ¿Quién dijo que hacen falta allí fusiles y ametralladoras?” A pesar de que el presidente venezolano recibió ciertos palos por alguna prensa (como Infobae, que publicó la noticia como «Hugo Chávez aprovecha la catástrofe de Haití para atacar a los Estados Unidos«), lo que manifestó se condice con las palabras de los franceses, que «parece más una ocupación que una ayuda«.

Estados Unidos cuenta con una importante cantidad de aviones de transporte, comunicaciones satelitales, hospitales de campaña, buques hospitales (uno llegaría junto a un portaaviones) y tecnología para el rescate de personas, entre otras cosas. En eso debería concentrarse Obama.

Mientras tanto, no puedo evitar pensar en una Haití transformada en la nueva Cuba precastrista, siendo el patio de vacaciones norteamericano. Recuerdo la catástrofe de New Orleans, cuando fue el propio Friedman (poco tiempo antes de morir) quien se movilizó para recrear a la ciudad pero con medios privados. Allí fue donde se reconstruyeron varias escuelas, la mayoría privadas (pasó de un 10% de escuelas privadas a más del 80%). «Las escuelas de Nueva Orleans fracasan por las mismas razones que fracasan las de otras ciudades grandes: porque pertenecen y son gestionadas por el Gobierno.” Dijo Friedman, y abrió el camino a sus amigos empresarios para ganar millones de dólares con la educación de quienes acababan de sufrir una catástrofe. También presentó un nefasto sistema de «cupones” para la escolaridad de los chicos.

¿Se imaginan una nueva Haití destinada al turismo, pero controlada por empresarios norteamericanos y habiendo entregado todas las construcciones de hoteles, rutas, aeropuertos y demás a contratistas amigas? Si Friedman viviera, vería la catástrofe de Haití como una oportunidad económica maravillosa. Y seguramente alguien verá esa oportunidad, como ya lo hicieron en tantos otros países invadidos como el mismo Irak, reconstruido por contratistas amigas de Bush y hasta del propio Bush.

lucasraffablog.wordpress.com

NOTAS/REFERENCIAS:

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