Los biocombustibles, una pésima solución
2009-12-28
Impacto Ambiental
Juan José Morales
A menudo se dice que los biocombustibles —o agrocombustibles, como algunos prefieren denominarlos— son la solución ideal para el problema del calentamiento global, el cual se debe esencialmente al aumento en la concentración en la atmósfera de los llamados gases de invernadero, como el dióxido de carbono (CO2), que se producen al quemar combustibles fósiles, derivados del petróleo. Los agrocombustibles, que se producen a partir de materia vegetal, también despiden CO2 al arder, pero las plantas de los cuales se obtiene absorben ese gas durante su crecimiento, de manera que —se dice— el resultado es un ciclo cerrado en el que ambos procesos se compensan y, por tanto, no hay incremento de CO2 en la atmósfera.
Suena muy atractivo, y por ello varios gobiernos de los países más desarrollados han establecido políticas de fomento al uso de biocombustibles como parte –dicen— de sus esfuerzos por combatir el calentamiento global y el cambio climático. Así, los gobiernos de la Unión Europea se fijaron la meta de que en 2010, el 5.7 �e los combustibles usados en el transporte en todos los países que la forman, deberán ser de origen biológico, y para 2020 el porcentaje habrá aumentado hasta el 10 �
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