“Del catarrito a la neumonía”
por Luis García AbusaídEl 7 de febrero de 2008, el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, reconoció que la desaceleración en la economía de Estados Unidos sí afectará a México, pero no como en el pasado “ahora le dará un catarrito y no una pulmonía como antes”.
Primer estornudo: La economía mexicana se redujo en un 10 por ciento en el segundo trimestre de 2009 (Banco de México).
Segundo estornudo: Los recursos del Gobierno federal derivados del petróleo bajaron en un 24 por ciento, y los tributarios no petroleros en un 14.9 por ciento durante el periodo enero-abril con respecto al mismo período del año pasado (SHCP).
Tercer estornudo: Durante 2009, el Gobierno federal estima perder en recaudación fiscal, 465 mil millones de pesos, es decir, 3.87 por ciento del Producto Interno Bruto (SHCP).
Cuarto estornudo: Existe un desplome del 42 por ciento en lo que se refiere al inicio de obras en el sector vivienda, al cierre de abril comparado con el mismo mes de 2008 (Canadevi).
Quinto estornudo: La producción de automóviles se contrajó en 48.1 por ciento, mientras las exportaciones retrocedieron en 44.6 por ciento (Asociación Mexicana de la Industria Automotriz).
Sexto estornudo: El Gobierno federal registró un subejercicio por 4 mil 341 millones de pesos correspondiente al primer trimestre de 2009 (SHCP).
El paciente experimenta frío en la cabeza y en la garganta: Agustín “el catarrito” Carstens, secretario de Hacienda, anunció un nuevo recorte presupuestal por 50 mil millones de pesos que afectarán las partidas de Educación Pública, Salud, Seguro Social, Medio Ambiente, Desarrollo Social, CFE y Comunicaciones y Transporte. El anterior recorte fue por 35 mil millones que pegó directamente a gobiernos estatales y municipales (El Universal).
Se resfría y experimenta una fiebre con temblores: Javier Lozano, secretario del Trabajo y Previsión Social, declara que “las medidas contracíclicas implementadas por el Gobierno federal no conducirán a una salida de la crisis económica” (El Universal).
Sus pulmones se inflaman: Como resultado de los recortes federales, el 95 por ciento de las 2 mil 435 alcaldías que existen en México está al borde del colapso financiero (Conferencia Nacional de Municipios de México).
Tiene dificultad para respirar: Las remesas de mexicanos residentes en el extranjero cayeron en un 19.86 por ciento. Sólo se recibieron mil 900 millones de dólares en mayo de este año y afectaron de manera directa a estados expulsores de migrantes donde se concentra, mayormente, la pobreza del país, como lo son Chiapas, Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Veracruz, Puebla y Zacatecas Esta es la caída más fuerte desde 1995 (Banco de México).
Experimenta un dolor agudo en el pecho: Durante el gobierno de Felipe Calderón la cantidad de personas pobres en México aumentó de 44.7 millones a 50.6 millones. Es decir, un incremento de 6 millones de personas en pobreza. Esto pese a programas sociales como Oportunidades (CONEVAL).
Tose con esputo rosáceo: 128 mil 617 empresas cerraron durante el primer semestre de 2009 (INEGI).
Sus pulmones se llenan de líquido: 12 millones 200 mil personas sobreviven en la economía informal. Dos millones 400 mil personas están desempleadas. Cuatro millones 800 mil mexicanos están subempleados, es decir, solo trabajan un número reducido de horas a la semana (INEGI).
El oxígeno tiene dificultades para llegar a la sangre: Felipe Calderón declara que “con distintos apoyos hemos evitado que la crisis económica arrasará con el empleo en México”. Mientras subraya lo anterior, las Oficinas de la Presidencia, han sobrepasado su gasto por 963 millones de pesos en dos año y medio del gobierno calderonista. Aún así, Felipe insiste en que “el Gobierno será el primero en sacrificarse”.
El paciente empieza sufrir delirio y convulsiones: La Secretaría de Hacienda acusa a los mexicanos de gastar más de lo que ganan; y enfatiza que “la gente más pobre desconoce como presupuestar su dinero” (SHCP).
¿Podrá nuestro paciente agónico, llamado México, evitar que la crisis económica se transforme en una crisis social, ingobernable e impredecible? Esa sería la muerte.
Zocalo-Saltillo
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