Jun 06 2009 |
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Pedro Díaz Arcia
El reciente cohetazo de Corea del Norte y sus implicaciones; el discurso del Presidente estadounidense Barack Obama en Egipto que coloca en “tres y dos” al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu; la indebida utilización de la imagen de la reina de España por una empresa aérea; las fotos indiscretas del primer ministro, Silvio Berlusconi, en su “modesta” mansión en la isla de Cerdeña; u otras informaciones, desplazan las noticias relativas a la influenza A en los medios de comunicación.
¿Qué pasa con la gripe?
Cada día se extiende más el virus y se incrementan las muertes, en una relación inversamente proporcional a la alarma mundial.
¿Cumplió su papel la campaña mediática sobre un fantasma que aún recorre el planeta?
¿Cómo se explica? ¿Adónde nos condujeron con tanta prisa y por qué?
¿En qué estado se encuentra la producción de vacunas antivirales y a cuánto se han elevado las ganancias de las multinacionales farmacéuticas?
De por sí, tan sólo las preguntas abren un infinito de especulaciones.
El jueves la gripe afectaba a 19,273 personas en 66 países, con un saldo de 117 decesos, según la propia la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En Estados Unidos el número de casos aumentó a 11,054, el de fallecidos se elevó a 21 y el virus ya se había extendido por los 50 estados del país.
Esta semana el director general adjunto del organismo internacional de salud, Keiji Fukuda, afirmó que si “A nivel mundial, pensamos que estamos en fase cinco (en vigor desde el 29 de abril)” realmente “nos acercamos a la fase seis”.
Desde el inicio de la repentina aparición del virus de gripe, que aún sin apellidos se presentó en México en fecha indefinida, los diarios POR ESTO! llamaron la atención sobre los intereses espurios -económicos y políticos- que podían estar ocultos tras la alarmante alharaca que levantaba banderas luctuosas por “los más ocultos rincones del mundo”. Sin dejar de solidarizarse con los afectados y las medidas que fueran realmente necesarias para prevenir, detener y atacar al peligroso flagelo.
Pero, para nuestro asombro, mientras más se expande la epidemia, menos eco recibe.
En tanto esperamos que pasemos a una escala superior en la alerta de pandemia, surgen noticias que dinamizan los despachos de prensa.
Las impúdicas fotos publicadas por el diario español El País sobre los festines del jefe del gobierno italiano Il Cavaliere, Silvio Berlusconi, con su cohorte de azafatas televisivas, que muestran a personas desnudas y bañitos privados en Jacuzzi, en la “modesta” mansión en Cerdeña han levantado irritación y ronchas en el mundo.
Los aviones oficiales arriban con total impunidad los fines de semana a la paradisíaca isla del Mediterráneo, con su carga de corrupción y desvergüenza. Hecho que ha motivado la apertura de una investigación judicial.
Berlusconi, con total cinismo, dijo que ha tenido como huésped al “impoluto” primer ministro checo, Mirek Topolanek.
“¡Cosas veredes!”.
Por otra parte, con el lema de Vuele como un monarca, la empresa aérea Ryanair utilizó la imagen de Sofía de Grecia, reina de España, para promocionar sus viajes.
Hace poco Su Alteza voló en una nave de la línea para visitar en Londres a su hermano Constantino de Grecia, recién operado.
La firma que ha sido multada con anterioridad por utilizar en su publicidad a figuras públicas se disculpó ante la “molestia” de la Casa Real por el uso indebido y sin consulta “de la imagen de la reina”.
En un terreno más serio en términos de política internacional el presidente estadounidense, Barack Obama, en su discurso de El Cairo, afirmó que la única solución al conflicto en el Medio Oriente pasa por la coexistencia de dos Estados, uno israelí y otro palestino, y añadió que su país “no acepta la legitimidad” de las colonias judías en Cisjordania, pues “es hora de que estos asentamientos se detengan”.
Las palabras del líder demócrata ponen, como se dice, contra la pared al primer ministro israelí, Benjamín “Bibi” Netanyahu, que ahora encara el dilema de enfrentar a los ultraconservadores miembros de su propio partido Likud -renuentes a cualquier concesión a los palestinos- o “cuadrar” la partida con Obama.
En esa nos quedamos, mientras insistimos con la pregunta inicial: ¿Qué pasa con la epidemia?
Por Esto!
¿Qué pasa con la gripe?
Cada día se extiende más el virus y se incrementan las muertes, en una relación inversamente proporcional a la alarma mundial.
¿Cumplió su papel la campaña mediática sobre un fantasma que aún recorre el planeta?
¿Cómo se explica? ¿Adónde nos condujeron con tanta prisa y por qué?
¿En qué estado se encuentra la producción de vacunas antivirales y a cuánto se han elevado las ganancias de las multinacionales farmacéuticas?
De por sí, tan sólo las preguntas abren un infinito de especulaciones.
El jueves la gripe afectaba a 19,273 personas en 66 países, con un saldo de 117 decesos, según la propia la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En Estados Unidos el número de casos aumentó a 11,054, el de fallecidos se elevó a 21 y el virus ya se había extendido por los 50 estados del país.
Esta semana el director general adjunto del organismo internacional de salud, Keiji Fukuda, afirmó que si “A nivel mundial, pensamos que estamos en fase cinco (en vigor desde el 29 de abril)” realmente “nos acercamos a la fase seis”.
Desde el inicio de la repentina aparición del virus de gripe, que aún sin apellidos se presentó en México en fecha indefinida, los diarios POR ESTO! llamaron la atención sobre los intereses espurios -económicos y políticos- que podían estar ocultos tras la alarmante alharaca que levantaba banderas luctuosas por “los más ocultos rincones del mundo”. Sin dejar de solidarizarse con los afectados y las medidas que fueran realmente necesarias para prevenir, detener y atacar al peligroso flagelo.
Pero, para nuestro asombro, mientras más se expande la epidemia, menos eco recibe.
En tanto esperamos que pasemos a una escala superior en la alerta de pandemia, surgen noticias que dinamizan los despachos de prensa.
Las impúdicas fotos publicadas por el diario español El País sobre los festines del jefe del gobierno italiano Il Cavaliere, Silvio Berlusconi, con su cohorte de azafatas televisivas, que muestran a personas desnudas y bañitos privados en Jacuzzi, en la “modesta” mansión en Cerdeña han levantado irritación y ronchas en el mundo.
Los aviones oficiales arriban con total impunidad los fines de semana a la paradisíaca isla del Mediterráneo, con su carga de corrupción y desvergüenza. Hecho que ha motivado la apertura de una investigación judicial.
Berlusconi, con total cinismo, dijo que ha tenido como huésped al “impoluto” primer ministro checo, Mirek Topolanek.
“¡Cosas veredes!”.
Por otra parte, con el lema de Vuele como un monarca, la empresa aérea Ryanair utilizó la imagen de Sofía de Grecia, reina de España, para promocionar sus viajes.
Hace poco Su Alteza voló en una nave de la línea para visitar en Londres a su hermano Constantino de Grecia, recién operado.
La firma que ha sido multada con anterioridad por utilizar en su publicidad a figuras públicas se disculpó ante la “molestia” de la Casa Real por el uso indebido y sin consulta “de la imagen de la reina”.
En un terreno más serio en términos de política internacional el presidente estadounidense, Barack Obama, en su discurso de El Cairo, afirmó que la única solución al conflicto en el Medio Oriente pasa por la coexistencia de dos Estados, uno israelí y otro palestino, y añadió que su país “no acepta la legitimidad” de las colonias judías en Cisjordania, pues “es hora de que estos asentamientos se detengan”.
Las palabras del líder demócrata ponen, como se dice, contra la pared al primer ministro israelí, Benjamín “Bibi” Netanyahu, que ahora encara el dilema de enfrentar a los ultraconservadores miembros de su propio partido Likud -renuentes a cualquier concesión a los palestinos- o “cuadrar” la partida con Obama.
En esa nos quedamos, mientras insistimos con la pregunta inicial: ¿Qué pasa con la epidemia?
Por Esto!
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