Feb 20 2009 |
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Los efectos del gigantesco fraude de Sir Allen Stanford se siguen extendiendo por América Latina / Varios países adoptaron nuevas medidas contra empresas del multimillonario texano, sospechoso también de nexos con el Cártel mexicano del Golfo / Intervenciones en Stanford Bank en Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela / México investiga en medio de incertidumbre
BOGOTA, Colombia, 19 de febrero (EFE/AFP/DPA/AP).- Los efectos del caso Stanford se siguieron extendiendo hoy por América Latina, donde en varios países se adoptaron nuevas medidas contra empresas del multimillonario texano Robert Allen Stanford, investigado por una estafa millonaria y sospechoso también de nexos con el Cártel mexicano del Golfo.
Mientras Venezuela, Perú y Ecuador adoptaban acciones para salvaguardar los intereses de los clientes de Stanford, en EU el FBI localizaba al financiero, cuyo paradero era desconocido por las autoridades desde que el martes fue acusado de captar 8,000 millones de dólares mediante un entramado de inversión fraudulento.
La policía federal se limitó a informarle sobre las acusaciones en su contra, pero no lo detuvo ya que de momento solo se enfrenta a un proceso civil y no criminal, pese a que según filtraciones a la prensa es también sospechoso de lavar dinero para esa organización narcotraficante.
Según la cadena de televisión ABC, la policía mexicana tiene en su poder uno de los aviones del magnate texano y en él se encontraron cheques aparentemente vinculados con ese Cártel.
ABC informó que la SEC tenía preparado el caso contra Stanford hace algún tiempo, pero no tomó medidas para no entorpecer una operación encubierta del FBI sobre sus posibles vínculos con el narcotráfico.
Tres de las empresas del presunto estafador fueron intervenidas el martes, cuando la SEC anunció el inicio de una investigación en su contra.
Desde que estalló el escándalo, los clientes de las firmas del entramado financiero organizado por Stanford en países latinoamericanos han formado largas filas para retirar su dinero, como en Venezuela y Panamá.
Mientras, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, la entidad reguladora mexicana, aseguró que ni las cuentas ni los activos de Stanford Fondos, filial de Stanford Financial que opera en México como administradora de sociedades de inversión, “han sido congelados”.
En su sede en Ciudad de México, los empleados atendieron a algunos de los clientes que se habían manifestado el día anterior al encontrar las oficinas cerradas, pero 14 de los 32 trabajadores no acudieron por temor a represalias de los inversionistas, uno de los cuales los llegó a amenazar el martes con una pistola.
Cinco países latinoamericanos tomaron hasta ahora medidas contra las empresas y filiales de la entidad Stanford International Bank, acusada de un fraude millonario en Estados Unidos, lo cual provocó nerviosismo y carreras a los bancos en estos Estados del subcontinente.
Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela, decretaron intervenciones o suspensiones temporales de las firmas vinculadas al magnate financiero Robert Allen Stanford, cuyo grupo tiene presencia en 140 países pero era muy popular entre los millonarios de América Latina y el Caribe.
Desde el miércoles, miles de clientes de esta región realizaron retiros millonarios de sus cuentas, mientras los gobiernos intentaban apaciguar el nerviosismo.
Este jueves, el Gobierno venezolano tomó el control y anunció la venta inmediata del Stanford Bank Venezuela, tras el retiro masivo de dinero por parte de sus clientes y para garantizar la estabilidad del mercado financiero local.
En Panamá, la Superintendencia de Bancos tomó el control el miércoles de la filial panameña del Stanford Bank a raíz de este fraude y de los retiros masivos de depósitos por parte de los clientes.
La situación del Banco, como la decisión de intervenirlo, “no afecta al resto de los bancos establecidos en nuestro Centro Bancario” Internacional, garantizó la entidad panameña en un comunicado.
En Perú, la estatal Comisión Nacional Supervisora de Empresas y Valores (CONASEV) decretó este jueves la suspensión durante 30 días de las actividades de Stanford Group Perú, que opera en la Bolsa de Lima.
Stanford Perú podrá “realizar sólo aquellas operaciones y servicios que sean compatibles con la actividad de intermediación en el mercado de valores” y esto “no exime” a la firma “de cumplir sus compromisos con sus clientes y las obligaciones asumidas en el mercado de valores”, explicó la entidad.
En Quito, una casa de valores del texano Robert Stanford también fue suspendida durante 30 días el miércoles, plazo en el que “deberá subsanar las causales que motivan esta suspensión” o en caso contrario será suspendido en la bolsa de valores de Quito, según las autoridades financieras.
En Colombia, una firma comisionista de bolsa y la oficina de representación de un banco vinculados Stanford suspendieron por iniciativa propia las actividades. La Superintendencia de bancos en Bogotá anunció que tomó medidas para “proteger a los clientes e inversores de dicha entidad y preservar la confianza en el mercado de valores”.
Y la filial de Stanford en México operaba normalmente éste jueves, aunque algunos clientes que acudieron a la institución expresaron su incertidumbre ante la ausencia de información sobre el destino de sus ahorros.
“Las oficinas se encuentran abiertas y la operación de la misma funcionando”, dice una circular pegada en la puerta de vidrio de un lujoso edificio en el exclusivo barrio Polanco de la capital mexicana, donde se encuentran la sede de la institución bancaria.
La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) “no ha intervenido ni clausurado a Stanford Fondos. Las cuentas y/o activos de dicha empresa tampoco han sido congelados por la autoridad”, informó por su parte la comisión en un comunicado difundido la mañana de este jueves.
Añadió que “no existe ninguna restricción por parte de la Comisión (CNBV) para que aquellos inversionistas que suscribieron contratos con Stanford Fondos en México puedan solicitar el retiro de sus fondos a esta empresa”.
Sin embargo, los empleados en estas oficinas “dicen que no pueden dar mayor información (...) y están invitando a lo clientes a cancelar la cuenta a través de un formulario que se envía por fax a Antigua y Barbuda”, dijo Kristian Frich, presidente de un despacho de abogados, quien dice que su representado tiene ahorros de 25 años depositados en Houston, Texas.
“Hay muchos afectados y eso hace que se junte un gran capital y un equipo jurídico de lo mejor para evitar que las demandas se pulvericen”, opinó por su parte Juan de la Barra, otra de las personas presuntamente afectadas que llegó a las oficinas en México.
En la circular pegada en la puerta del edificio se dan a conocer varios teléfonos a los que se pueden comunicar los “clientes de filiales extranjeras”, que remiten a las oficinas en Houston y Antigua.
En tanto, una fuente de la procuraduría federal (PGR) dijo este jueves a la AFP que “no hay ninguna averiguación” en marcha en esa órbita acerca de una información difundida por la cadena estadounidense ABC, según la cual el FBI está investigando la posibilidad de que Allen Stanford haya hecho operaciones de lavado de dinero en favor del Cártel mexicano del Golfo.
La fuente añadió que “se ha revisado y no se hallado nada” sobre una presunta detención en México de un avión de Stanford en el que supuestamente se habrían hallado cheques que estarían relacionados con ese cártel de la droga.
Las autoridades mexicanas informaron que iniciaron una investigación sobre el alcance del fraude del grupo financiero Stanford en México, donde al parecer se canalizaban recursos hacia el exterior al margen de la ley.
R. Allen Stanford seducía a sus inversionistas mayormente de dos maneras: halagando y engañándolos.
Su empresa servía a una clientela acaudalada, contaba con empleados de categoría y se ufanaba de ser “una institución de capital privado que tiene toda la libertad para dedicarse a su mayor prioridad: usted, el cliente”, dicen documentos del banco, que prometen “ganancias sin par”.
Pero esas ganancias al parecer nunca existieron.
Por Esto!
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