Eduardo Sojo está equivocado
El secretario de economía Eduardo Sojo está equivocado al declarar que hay que aumentar los precios de la gasolina a niveles internacionales. Tenía que estar equivocado ya que lo nombró el Presidente Felipe Calderón y como Mouriño y muchos otros secretarios de estado, nomás no dan una, ¡tienen que parecerse a su jefe; en la ineptitud! Dice Eduardo Sojo que hay que aumentar; ¿a niveles internacionales? ¡Hay que bueno!, ¡en Venezuela se vende el litro de gasolina a 50 centavos el litro! Nomás que él no se refiere a Venezuela sino a Estados Unidos y a Europa. Tampoco se refiere a muchos países petroleros donde la gasolina es mucho más barata que en México además de tener salud y educación gratuita de por vida pagados con su petróleo. Sus declaraciones son mentirosas igual que las de su jefe y la mayoría de su gabinete. La mentira, las medias verdades son la tónica en este gobierno panista. Tampoco dice que los salarios en Estados Unidos y en Europa son diez veces más altos que en México y todavía así los norteamericanos se quejan de los altos precios de las gasolinas a pesar de sus salarios altísimos comparados con los mexicanos. ¿Por qué diablos tenemos que tener las gasolinas a niveles internacionales de los países súper desarrollados? ¿Por qué no los salarios, Sr. Sojo a "esos" niveles internacionales? Además los precios altos de las gasolinas se deben a las especulaciones de las compañías voraces internacionales, las mismas a las que Felipe Calderón quiere entregar nuestro petróleo. ¿Imagínese, estimado lector, lo que nos pasaría si Felipe Calderón se sale con la suya y logra entregar el petróleo a esas compañías con la complicidad del PAN, de Beltrones y los traidores chuchos?
Me extraña muchísimo que un economista proponga aumentar aún más las gasolinas, que ya están carísimas para el nivel de vida mexicano, para la situación precaria en plena recesión de nuestra economía y con ello aumentar la inflación, empeorar la competitividad ya muy maltrecha, aumentar por lo tanto el desempleo y la pobreza. ¿En que cabeza cabe que un economista proponga una medida así en estos momentos en vez de voltear a lo obvio y acabar de una vez por todas con la altísima corrupción en PEMEX y su sindicato y el despilfarro total en ambos? PEMEX y su sindicato es responsabilidad del ejecutivo y es SU responsabilidad acabar con esas lacras y como vemos que no lo hacen ni quieren hacerlo se convierten ambos, el Presidente Felipe Calderón y Eduardo Sojo y demás involucrados en cómplices de toda la corrupción desastrosa que invade no solo a PEMEX y su sindicato sino en todo su gobierno que se está convirtiendo ya en campeón de la impunidad y la corrupción.
Pena de muerte o, ¿paredón?
Emilio Gamboa, líder de la cámara de diputados propone que si siguen los secuestros y llegan hasta a los altos personajes, como parece que ya los incluyeron a estos, entonces si convendría aplicar la pena de muerte.
Mientras secuestraban a personas sin renombre no le preocupaba en lo más mínimo. Emilio Gamboa padece de poca memoria, de mucho cinismo y del síndrome de los que tiran la piedra y esconden la mano. Ya se le olvidó que él mismo ha sido un elemento clave, junto con una gran parte de la clase política, del gran empresariado y de la alta jerarquía, en la evolución de la descomposición del estado durante los últimos años que ha permitido que la delincuencia se apodere del control de muchas regiones del país. En realidad ha habido antes otros secuestradores que han secuestrado las instituciones del país antes de que aparecieran los secuestradores actuales. Estos secuestradores iniciales que secuestraron al gobierno en sus tres poderes; cómplices del Fobaproa, cómplices de las muertas de Juárez, cómplices de los genocidios en Chiapas, aguas Blancas, Atenco, cómplices del saqueo del país, culpables del desempleo masivo, de la expulsión de millones de mexicanos, etc. etc. prepararon el terreno para la aparición de los actuales secuestradores y no sería muy descabellado sospechar que estos tengan cómplices en las altas, bajas y medias esferas de las instituciones del estado, al fin todos ellos son secuestradores; unos dedicados al secuestro de personas y los otros dedicados al secuestro del país.
Antiguamente había en México la ley del paredón donde se ajusticiaba a los traidores a la patria, pero esta fue abolida. Ninguna de las dos es buena, ni la pena de muerte ni el paredón, pero en caso de pensar en la posibilidad de la pena de muerte habría que empezar por el paredón para castigar a los autores intelectuales que prepararon las condiciones para que aparecieran los nuevos secuestradores.
Ya se le olvidó también que él fue un elemento clave en la malversación de los fondos del seguro social y que la tenían, junto con PEMEX como la caja chica del despilfarro del gobierno en turno y que posteriormente hubo necesidad de pasar una ley para que los derechohabientes paguen los platos rotos por varias generaciones.
Si hay alguien sin autoridad moral para hablar sobre los secuestradores es él, porque ha participado totalmente en todas las decisiones que acabaron con el estado de derecho en este país.
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